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La Aldea de San Nicolás

«El susto fue grande y faltó muy poco para que se inundara mi casa y el pueblo»

Los vecinos se reponen del ‘Hermine’ | Las máquinas limpian el barranco de Tocodomán

Marina Santana y Román Ojeda, ayer, cuidando de las flores en la vivienda familiar junto al barranco de Tocodomán, en obras. J. B.

«El susto que nos llevamos ese día fue muy grande, el barranco estuvo a punto de desbordarse, y si hubiera pasado eso, el agua no solo hubiera entrado en mi casa, sino que hubiera llegado a todo el pueblo». Marina Santana y su hijo Román Ojeda están trasplantando unas plantas que tiene en la puerta de la vivienda, que está situada en el margen del Barranco de Tocodomán, en La Aldea. Ambos muestran la altura que alcanzó el agua de más de dos metros y medio en el cauce, y el temor que pasaron en esas horas. Marina señala que temió sobre todo por la vecina mayor que vive en la zona de enfrente, si tenían que ser evacuados.

Las máquinas trabajan en estos días en esta zona para tratar de retirar tierra y rocas acumuladas, que luego están sirviendo para rellenos ‘naturales’ de las paredes del barranco.

Tomás Pérez señala que el dispositivo actual se está centrando sobre todo en esa zona de Tocodomán, donde se está haciendo una limpieza y reforzando con la misma tierra y piedra los bordes del cauce, para evitar que se pueda desbordar en un momento dado si se registran lluvias tan cuantiosas como las de finales del mes pasado durante este invierno.

Román Ojeda recuerda que ya en el año 1954 se produjo un desbordamiento del barranco, que entró en el casco y llegó a la residencia de mayores. En esa época había menos casas, por lo que ahora las consecuencias hubieran sido perores. Su madre apunta que las viviendas hubieran estado realmente en peligro porque se levantan sobre una zona frágil.

Los técnicos del Consejo Insular de Aguas constatan que el barranco soporta la entrada de agua de las distintas laderas de montañas que bajan de la Cumbre al pueblo de La Aldea.

«Todo viene hasta aquí, y en el camino lo arrastra todo», señala la familia, en alusión a que la fuerza del agua arrastró todo tipo de restos, que podían bloquear el río y los bajos de los puentes.

Sin embargo, un antiguo dirigente político defendía ayer que el barranco había funcionado muy bien, y que les había salvado de una situación muy complicada.

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