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Agaete

La barrera de control de paso se fija en 700 metros de altitud

El rabogato se dispersa con facilidad por los márgenes de las carreteras, gracias a las corrientes de aire del paso de coches

imágenes de la planta invasora del rabogato José Carlos Guerra Mansito

El plan para controlar la expansión del rabogato en Gran Canaria fija una serie de premisas. Uno de los retos es evitar el avance de la especie por encima de los 700 metros de altitud, focalizándose en aquellas poblaciones pioneras por encima de esta cota, según la Unidad de Espacios Naturales Protegidos del Cabildo. Para ello se trata de determinar la estrategia más efectiva de control, dentro de las metodologías establecidas en los protocolos del Gobierno de Canarias como consecuencia de los trabajos previos. Y para llevarlo a cabo se requiere también determinar qué patógenos o su productos derivados pueden inducir a la seca, el estrés hídrico o la no germinación de las semillas, así como evaluar la dinámica poblacional y reproductiva de la especie en distintos ambientes de la Isla, para lo que se han determinado las citadas parcelas de seguimiento de las distintas medidas experimentales.

El rabogato está presente en todas las islas, aunque en algunas se ha conseguido erradicar casi por completo. Y una de sus cualidades para su expansión es que dispersa fácilmente por los márgenes de las carreteras, aprovechando las corrientes de aire que genera el paso de vehículos. Incluso, cuando se realizan podas sin tomar medidas preventivas para evitar que se propaguen las semillas.

Esta especie compite en Canarias fuertemente con la vegetación nativa, hasta llegar a desplazarla. Esta lucha medioambiental puede ser realmente problemática en ecosistemas insulares, donde existen muchos endemismos y una elevada sensibilidad a las perturbaciones.

Al convenio de colaboración entre Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna en la búsqueda de nuevas técnicas de control, se han sumado los cabildos para actuar en las islas afectadas por esta especie invasora. Al amparo de este procedimiento, personal científico está testando nuevos productos de origen natural en la zona de Guayedra, con la finalidad de valorar su eficacia.

Recuperar los ecosistemas nativos es más rentable que matar la especie invasora

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La investigación se centra en identificar hongos asociados al rabogato y evaluar su patogenicidad sobre esta especie. El objetivo es disponer de un catálogo de hongos que viven sobre la especie y evaluar su capacidad patogénica, tanto en ambientes controlados como en parcelas de ensayo.

A esto se suma la identificación de compuestos que reduzcan o supriman la germinación de las semillas y una evaluación de competencias interespecíficas con plantas silvestres. La finalidad es conocer los factores de interacción que pueden condicionar la colonización de esta especie, y disponer de nuevas herramientas para la ejecución de programas de control del Cenchrus setaceus.

Otro de los objetivos es identificar compuestos que induzcan al estrés hídrico en el rabogato y lo marchiten, para inducir situaciones de debilidad en la especie invasora y que, además, la predispongan a la acción de posibles patógenos. Así como identificar las condiciones que son óptimas de aplicación de esas sustancias.

Se considera más rentable la recuperación de los ecosistemas nativos, que la eliminación de la especie

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Los planes de erradicación han dado como resultado un control temporal de la especie, pero con un alto coste económico. Las propias dinámicas naturales y el funcionamiento de esta especie, indican los técnicos, marcan pautas de control efectivo y permanente. Así, las parcelas agrícolas recientemente abandonadas son colonizadas por hierbas no endémicas en Canarias, pero, a medida que aumenta el tiempo de abandono (sin alteraciones), se van sustituyendo por matorrales de especies nativas que resultan dominantes a largo plazo. A ello hay que unirle las dificultades de germinación de sus semillas cuando la planta se encuentra a la sombra de otros vegetales.

Por ello, se considera más rentable a medio plazo la conservación y recuperación de los ecosistemas nativos y la reducción de las alteraciones, que la simple eliminación de la especie, ya que esta actuación está condenada a repetirse indefinidamente. 

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