El pueblo de Valleseco vivió un entretenido mediodía en la prueba piloto de la alerta mediante móvil que promueve el Gobierno de España. Anunciada a las doce del mediodía, el primer alarido del celular se producía siete minutos después de la hora previsto, en pleno hongo de la bomba atómica.

Valleseco. 11.00 horas. El Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de la localidad han comunicado días antes que este jueves a las doce del mediodía -Hora Zulú-, sonará una alerta en los móviles de todo aquél que se encuentre dentro de las lindes del municipio. Es un simulacro de la Red de Alertas Nacional, Es-Alert. Así se llama. También sonará el inquietante guineo en Garachico. Ambos puntos son los elegidos de Canarias para este trajín piloto por riesgo de temporal marítimo en el segundo caso, y tras la catástrofe del gran incendio forestal de 2019, en el primero.

-30 minutos

Valleseco es un remanso de paz. Sobre el viejo molino de gofio, canta un mirlo. Del ayuntamiento entran y salen funcionarios, trabajadores y algún que otro vecino a sus cosas, entre buenos días y me alegro verte. Igual ocurre en la parte de arriba de la calle peatonal, con un ligerísimo trasiego entre la farmacia, la barbería y la acreditada carnicería. En la plaza principal, bajo los fabulosos plátanos que le dan sombra, tres chicas descansan en un banco de concreto.

-15 minutos

Varios vehículos ajenos al trajín diario buscan aparcamiento. Son un Toyota Land Cruiser del 112; una Toyota Hiace de Protección Civil hasta la baca de atarecos y chismes de rescatar, que busca hueco frente al Nissan Patrol de la Policía Local; y un pequeño Hyundai azul de una tele regional. Algo se está cociendo.

Alarma por una alerta José Carlos Guerra

-10 minutos

Juan Manuel Guerra comanda la mítica Cafetería Mi Cielo, del 15 de la calle León y Castillo. El que no haya tomado al menos un café en el establecimiento, por no citar sus croquetas de setas, albóndigas o carne cochino, jamás ha ido a Valleseco, o no existe. Guerra está a lo que está. «Anoche me lo dijo mi mujer, pero no estoy muy empapado en el asunto. Pero bueno, a ver si el móvil suena».

El primero que recibió una señal fue el perro ‘Toby’, que pegó un ladrido dos minutos después

-8 minutos

Llega don Vicente Guerra al pueblo. Es de Valsendero, tiene 80 años, cachorro claro, camisa de cuatros y velocidad ralentí. Se le pregunta por el conato pero no muestra mayor interés, al punto que se dejó el móvil «en el coche de mi hijo». ¿Y no va a buscarlo? «¿A buscarlo?, pero si está allá abajo en Valsendero». En la plaza de enfrente sí que ya hay más meneo. Se adhieren al potencial suceso clientes de establecimientos, más residentes, y hasta algún concejal suelto. Todos miran el móvil. Repasan baterías y coberturas.

-6 minutos

Rianga otra vez dentro de Mi Cielo. Ahí están Esther Ruíz y Heriberto Gutiérrez, junto con el trabajador municipal Francisco Javier Salas. La pareja es de Telde, «y nos acabamos de enterar». Ellos venían a buscar en Valleseco, donde se casaron el viernes, ¡el certificado de bodas!, puntualizan sin disimulada emoción. Eso sí, ahora aguantan en el sitio hasta que se detone la madre de todas las alertas. Y se ponen a repasar el estado anímico del celular. En la mesa de atrás, y a todo móvil, José Antonio Mentado con Cruz Marrero, que se enteraron en la víspera, por Facebook, pero que de momento «estamos tranquilos», ríen. Saben que cuando el cacharro se desgañite, «solo hay que darle a aceptar». Justo en ese momento entra un señor vestido de 112, con su uniforme blanco con ribetes azules y un gran número en la espalda, el citado 112, por si quedaban dudas. Pregunta a los allí presentes por sus respectivas operadoras. ¿Tú? Movistar. ¿Y tú? Orange. «Yo de Vodafone», anuncia un cliente allá al fondo. Se retira satisfecho por la agradable receptividad de los futuros alarmados.

-4 minutos

Falta muy poquito, pero tampoco se para el mundo. Heriberto, el que aún come pan de boda, se anima a comprar un boleto para la cesta de Navidad del Mi Cielo después de ver el contenido. Paleta curada, figuritas de mazapán, turrón, Ron Arehucas…, en un surtido que va a tener que necesitar de un buen portabultos para regresarlo a Telde, mientras que su flamante esposa ya está en la acera con el móvil en alto, a ver qué pasa. Enfrente, en la plaza, hay grupos sustanciosos, llegados de los talleres y actividades del pueblo, y también de desalojados en el pavoroso incendio del 19.

Algunos de los parroquianos sugirieron que la señal viajaba en guagua tras salir de la central

Hora Zulú

La iglesia da las campanadas. Y en el bar suena la señal horaria de los 40 Classic. Son las doce. Pero ni flores. Esther, que ha entrado, apunta que quizá no han dado los cuartos, como en fin de año. Dentro y fuera, todo el mundo mira con cara de haber perdido el Pasapalabra. «Algo falló», dice un parroquiano. El compadre le contesta: «Si llega a ser la bomba atómica, todos fritos». Silencio sepulcrar y..., ¡guau!, ladra Toby. «Ja, el único con cobertura», exclama su orgulloso dueño, José Antonio Domínguez. Parranda general.

Alarma por una alerta en Valleseco. José Carlos Guerra

+4 minutos

Se acaba el primer tema musical de los 40 Classic y el propietario del animalito exclama: «Yo no entiendo nada». Fuera, los del 112 reciben un mensaje. «Dicen de central que lo acaban de enviar». «Pues debe venir en Utinsa», se oye al fondo.

+ 7 minutos

Toby ladra por segunda vez y los primeros móviles agraciados se rechiflan con una alerta con fondo amarillo incluido en la pantalla.

+ 11 minutos

Suena en la plaza el móvil de Dayda Abdullah Domínguez la última alarma de la mañana. «Me da que es porque es chicharrero el móvil», dice muerta de risa. Pero no. El caso es que iba por operadoras. «Movistar, Orange y Vodafone», de más a menos, explica el del 112, en un día de prueba que es un éxito si la bomba cae para mañana, pero una hecatombe si impacta justo al mediodía. De su walki, sonaba un llamado: «Sala de crisis. Charlie, ¿me escuchas?»