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Santa Lucía de Tirajana

Vecindario acoge la primera sinagoga de la comarca sur de Gran Canaria

Guido Rave Ocho impulsa en el Cruce de Sardina un espacio para la reunión de practicantes del judaísmo que aspira a ser reconocido por el Rabinato de Israel

Guido Rave Ochoa, impulsor de la sinagoga de Vecindario, sostiene un libro de textos en hebreo. Juan Castro

Guido Rave Ochoa reconoce que cuando va por las calles de Vecindario con la kipá sobre su cabeza -la gorra ritual que utilizan los hombres judíos- se siente observado por quien le rodea pero no por ello siente algún tipo de rechazo. Y destaca precisamente porque la presencia de población judía o judíos practicantes en una sociedad como la española es bastante reducida -apenas 45.000 personas, según datos de la Federación de Comunidades Judías de España-, y quienes lo son intentan pasar cuanto menos desapercibidos para no ser víctimas de una persecución que ha durado siglos a lo largo de la historia. Pero él, dice, no es de madre judía ni nacido en Israel, sino un judío converso hace cuatro años, y eso hace que no tenga temor y que junto a otras once personas esté impulsando la que será la primera sinagoga de la comarca sur de Gran Canaria y la primera pública de Canarias. Aunque hay una en cada capital de provincia, éstas son privadas mientras que él promueve un espacio de oración y encuentro con acceso libre para todas las personas y creencias.

Guido Rave Ochoa, impulsor de la sinagoga de Vecindario, sostiene un libro de textos en hebreo. Juan Castro

De origen colombiano pero afincado desde hace 22 años en Gran Canaria, este licenciado en Administración y Dirección de Empresas trabaja como albañil y está acondicionando un local de 120 metros cuadrados ubicado en la planta baja de un edificio del Cruce de Sardina, en Santa Lucía de Tirajana, con el objetivo de comenzar a congregarse allí la docena de personas que hasta ahora se han reunido en casas particulares o a través de internet para practicar la oración y estudiar la Torá -los textos que fundamentan el judaísmo-.

Reconocimiento

Rave explica que a través de la comunidad religiosa de ámbito nacional Beit Nisi, de cuya directiva forma parte, cuenta con la autorización del Gobierno de España para funcionar como una sinagoga, a pesar de que no está reconocida oficialmente como tal. Y ese es precisamente su objetivo. «Queremos crear comunidad, consolidarnos y a partir de ahí mostrar nuestro proyecto para lograr ser reconocidos por el Gran Rabinato de Israel», señala este pastor, que no rabino pues no ha sido ordenado por las autoridades del Rabinato.

La sinagoga tiene autorización del Gobierno estatal a través de la comunidad Beit Nisi

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«La idea de crear una sinagoga abierta al público nace de nuestro interés por atender no solo a personas que practican el judaísmo, sino que también puedan acercarse todo tipo de personas que busquen respuestas a cualquiera de sus inquietudes», señala Guido Rave, «no solo queremos guiar a judíos, sino también a todas las personas que se quieran acercar al judaísmo, sin convertirse, sean musulmanes, cristianos, ateos o agnósticos; no queremos conflictos con nadie, sino crear comunidad y responder preguntas». «No queremos que nadie cambie sus creencias ni imponer la nuestra», prosigue, «solo ayudarle a entender cómo quiere vivir su vida, porque en el judaísmo lo que pretendemos es que una persona, independientemente de la creencia que profese, tenga una manera de proyectarse que sea útil para la sociedad, que se desarrolle como ser humano».

También quiere trasmitir a las nuevas generaciones la historia del pueblo judío. «España es históricamente un lugar donde habitaron muchos judíos que fueron obligados a convertirse, sobre todo durante la Inquisición», señala, «y ahora los jóvenes se preguntan por la historia de sus antepasados».

«No queremos crear conflicto, sino buscar soluciones, paz, amor y convivencia entre todos»

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Guido Rave quiere una sinagoga abierta a todo el mundo, y la promueve precisamente en Vecindario, explica, porque es una localidad en la que tradicionalmente han convivido un gran número de culturas y nacionalidades diferentes. De hecho, en este municipio hay iglesias de las distintas ramas del cristianismo y mezquitas en un radio de menos de dos kilómetros del local donde se ubicará la sinagoga. «No queremos crear conflicto, jamás, sino buscar soluciones, paz, amor, convivencia y compartir», añade, «no queremos que nadie se imponga, sino que haya entendimiento y armonía».

El pastor reconoce que «es inseguro ser judío en el mundo», aunque en España la situación es bien distinta. «Es cierto que todavía hay antisemitismo, pero la mayoría de la población española acepta muy bien al pueblo judío, pero ojalá lleguemos a una aceptación plena».

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