El Cabildo de Gran Canaria reforzará la seguridad y vigilancia en las estaciones de guaguas ante los problemas detectados en los intercambiadores de San Telmo, Santa Catalina o Gáldar, como el uso de los baños públicos como punto de encuentro para mantener relaciones sexuales, la utilización de los aseos para bañarse o afeitarse, actos vandálicos contra el mobiliario, ataques a conductores o consumo de drogas dentro de las instalaciones. También se ampliará la vigilancia en el interior de los propios vehículos. 

Un informe de la Autoridad Única del Transporte de Gran Canaria (AUTGC) detalla todas esas incidencias y constata «la necesidad» de realizar una segunda modificación en el contrato con la empresa Securitas Seguridad España S.A., adjudicado en mayo de 2020 y que ya sufrió un primer cambio en noviembre de 2021 para incluir prestaciones como la vigilancia embarcada, patrullas móviles y caninas, un centro de control o el incremento de las horas de servicio presencial.

El documento de la AUTGC, un organismo del Cabildo dependiente del vicepresidente insular y consejero de Transportes y Movilidad, Miguel Ángel Pérez del Pino, señala que las prestaciones objeto de modificación del actual contrato de vigilancia son «la realización de controles de acceso específicos para los aseos públicos de las infraestructura de transporte mediante auxiliares de servicio, liberando de esa función a los vigilantes de seguridad en los casos que así fuese», la «flexibilización y ampliación de la bolsa de horas de refuerzo», la «ampliación de servicios de la patrulla móvil» y la «ampliación de la vigilancia con presencia física fija en la estación de guaguas de Gáldar». 

En el primer caso, el informe considera necesario «un control de acceso específico para los aseos públicos de San Telmo y Santa Catalina», las dos principales infraestructuras de transporte que son objeto de «malos usos». Así, se ha comprobado que los baños masculinos de la estación de San Telmo se usan «como punto de encuentro para mantener relaciones sexuales entre personas», lo que ha hecho necesario «utilizar horas de vigilantes de seguridad con dedicación exclusiva al control de acceso del aseo norte, así como al cierre del aseo sur masculino, para que el control de acceso pueda ser realizado por un solo vigilante de seguridad». 

«Se trata -añade el informe- de una solución provisional no óptima, no habiéndose conseguido la eliminación total del problema, pues se ha detectado su traslado al intercambiador de Santa Catalina». 

También se ha comprobado que algunas personas utilizan los baños para afeitarse o lavarse el cuerpo entero, cuando «debe tenerse en cuenta que los aseos de las estaciones no están preparados para dichos usos».

Respecto a los actos vandálicos, el informe elaborado por un ingeniero de la AUTGC destaca que en los aseos públicos se registran roturas de inodoros, urinarios, lavamanos, espejos, jaboneras o dispensadores, puertas y fechillos. Además, se realizan pintadas en paredes y cabinas y se roban accesorios y consumibles (escobillones, papel, jabón).

«Los malos usos anteriormente detallados se localizan principalmente en la estación de San Telmo y en el intercambiador de Santa Catalina, suponiendo un decremento en la seguridad y calidad de los servicios prestados en dichas infraestructuras, pues las relaciones sexuales provocan molestias al resto de personas (ocupación inadecuada de espacios, compartir espacio con exhibicionismo no deseado)», sostiene el informe, que recuerda que la estación de San Telmo «es un lugar con una afluencia de personas considerable (10,8 millones de viajeros/año aproximadamente), existiendo posibilidad de uso de los aseos por personas vulnerables como menores, que en algún momento podrían ser afectados por las mencionadas conductas». 

Para controlar y evitar las relaciones sexuales ha sido necesario cerrar al público el aseo sur masculino de San Telmo y poner vigilancia continuada y exclusiva en el acceso del baño norte, lo que «supone pérdida de efectividad en las labores de vigilancia del resto de la estación, así como un decremento de la calidad del servicio prestado en la estación al cerrar uno de los aseos disponibles». 

«Respecto a los malos usos relacionados con afeitarse o asearse el cuerpo entero», añade el documento de la AUTGC, «debe tenerse en cuenta que los aseos quedan posteriormente en condiciones inadecuadas para el resto de usuarios (bolas de papel que rebosan papeleras o se tiran a las vasijas, suelos mojados o restos de suciedad».

Además, la reparación de los actos vandálicos supone un coste económico, un decremento en la efectividad del servicio de mantenimiento y cierres temporales de parte de los aseos. «Todos los malos usos anteriormente comentados suponen una mala imagen del servicio de transporte regular de viajeros y de la isla de Gran Canaria, pues la estación de guaguas de San Telmo y el intercambiador de Santa Catalina son las puertas de entrada de muchos visitantes a la ciudad», recalca.

Los cambios en el contrato de vigilancia incluirán controles de acceso específicos para los aseos públicos mediante auxiliares de servicio, con una supervisión continua del correcto uso de los baños, manteniendo presencia continua en la entrada e interior de ellos. En el caso de que se detecten malos usos, se informará al usuario para que desista en su actitud, avisando al servicio de seguridad en el caso de que el usuario haga caso omiso. 

Otra de las funciones de ese personal auxiliar será avisar al servicio de limpieza o mantenimiento en el caso de que sea necesaria su presencia para subsanar consecuencias de malos usos que no hayan sido posible evitar. Los controles de acceso serán realizados principalmente en los aseos masculinos, por ser estos los más problemáticos. No obstante, también serán realizados en aseos femeninos

«Las funciones de control de acceso serán realizadas con plena coordinación y comunicación con el servicio de seguridad para aquellos situaciones en las que se haga caso omiso a las indicaciones de los auxiliares de servicio y para ello, deberán contar con dispositivo de comunicación compatible con el del servicio de seguridad», precisa el informe que justifica el refuerzo de la seguridad.

Vigilancia en ruta

Un segundo punto de la modificación del contrato de seguridad es la ampliación de las horas de prestación de servicios de la patrulla móvil. Para realizar con mayor garantía esa vigilancia en ruta durante fines de semanas y festivos se propone incrementar las horas de servicio en viernes, sábados y vísperas de festivos. 

El informe también recoge «la necesidad» del refuerzo de la vigilancia presencial en la estación de guaguas de Gáldar, que ahora dispone de un vigilante de seguridad durante las 12 horas al día de mayor afluencia de personas, de 9.00 a 21.00 horas. No obstante, relata el documento, «en el horario nocturno no cubierto por el actual servicio de vigilancia, se han registrado sucesos y situaciones contrarias a la seguridad de las personas. Entre esos incidentes cita que el febrero de este año un conductor de Global fue apuñalado con arma blanca a la altura de la cadera izquierda, lo que le provocó una herida grave.

En marzo también se detectó la presencia de un grupo de jóvenes fumando sustancias prohibidas en la terraza de la máquinas expendedoras y se les invitó a que desalojaran la estación, pero posteriormente volvieron y se quedaron en el interior de estación tras terminar el turno de vigilancia a las 21.00 horas. Desde entonces se han registrado más casos de personas que acceden por la noche a las instalaciones «a pedir dinero o incluso a consumir estupefacientes, generando molestias y situaciones de inseguridad».