Cabildo | El Plan Insular de Ordenación

La Isleta, la Sima de Jinámar y el Oasis de Maspalomas, entre las 25 áreas de «alta fragilidad» de Gran Canaria

El nuevo PIO incluye tres listados con las zonas más vulnerables de la Isla, las que necesitan una restauración prioritaria y las dañadas por minería o vertidos

Tramo de la Playa de Maspalomas entre el faro, a la izquierda, y la charca

Tramo de la Playa de Maspalomas entre el faro, a la izquierda, y la charca / Yaiza Socorro

El nuevo Plan Insular de Ordenación (PIO) de Gran Canaria establece un total de 25 «áreas de alta fragilidad» en el territorio, entre ellos La Isleta, la Sima de Jinámar, la Costa de Tufia o la Playa de Maspalomas en el tramo entre la charca y el faro, con descripciones de su situación actual, los valores a proteger y las actuaciones a realizar en el futuro. 

El documento aprobado por el Cabildo de Gran Canaria el pasado 29 de diciembre también fija 32 «áreas de restauración prioritaria», algunas de ellas coincidentes con esos lugares de alta fragilidad, y otros 29 territorios que necesitan ser restaurados tras quedar deteriorados por extracciones mineras o por vertidos de residuos. 

Los tres listados de las zonas más frágiles de Gran Canaria son los mismos que figuraron en la propuesta de PIO que se sometió a exposición pública en el año 2017, con la excepción de las 16 áreas de alta fragilidad marina, que se retiraron del documento a instancias de la Dirección General de Costas al invadir competencias del Estado sobre la ordenación del litoral.

Telde, Arucas y San Bartolomé acumulan el mayor número de territorios con debilidad ambiental

Aparte de los cuatro reseñados, en la lista de Áreas de Alta Fragilidad (AAF) del nuevo planeamiento insular figuran la Costa del Juncal (en los municipios de Agaete y Gáldar); el Acantilado de Sardina del Norte y el Entorno norte del Monumento Natural de Amagro (Gáldar); el Acantilados de El Mármol y El Angosto (Santa María de Guía); la Costa de las Salinas del Bufadero y la Costa de la Punta de Arucas (Arucas); la Montaña de la Atalaya-El Castellano de Taliarte, el Malpaís de Santidad, el Barranco de Silva, el Entorno del Sitio de Interés Científico de Tufia y la Península de Gando (Telde); el Morro del Burrero (Ingenio); la Desembocadura del Barranco de Guayadeque y Costa de La Florida (Agüimes e Ingenio); el Entorno del Monumento Natural de Arinaga y Vargas (Agüimes); la Costa de Tenefé (Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana); la Costa de las Casillas, el Entorno del Sitio de Interés Científico de Juncalillo del Sur, Montaña de Arena y Costa de Carpinteras (San Bartolomé de Tirajana); Costa de Tiritaña (Mogán); y Bocabarranco de La Aldea (La Aldea de San Nicolás). 

Proteger La Isleta

En el documentación referida a La Isleta, la única área de alta fragilidad en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, los redactores del PIO establecen dos sectores, que abarcan en su conjunto la totalidad de los terrenos situados al norte de la ciudad que no están declarados por Ley en el Paisaje Protegido de La Isleta. Estos ámbitos son el núcleo central del Paisaje Protegido y la zona de El Confital, situada fuera del mismo.

Respecto a los «valores objeto de protección», el documento resalta que «la totalidad de la Isleta constituye un ámbito extraordinariamente frágil y valioso, conformado en su mayor parte por llanuras, laderas, conos volcánicos y malpaíses del conjunto volcánico reciente, sujeto por una parte a la presencia del uso relacionado con la defensa, y por otra parte, sometido a una importante presión por su colindancia con la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria».

Por tanto, según propone el PIO, «han de ser objeto de protección la totalidad del suelo y sustrato, todos los elementos de su morfología y geología, su vegetación y su fauna y sus elementos patrimoniales, y su paisaje árido.

El documento del Cabildo plantea limitar el tránsito de vehículos a motor en toda La Isleta

En el apartado de «criterios y determinaciones de actuación, se plantea que para garantizar la protección de esta área (ambos sectores) y de sus valores naturales y paisajísticos, además del cumplimiento del resto de determinaciones establecidas en el presente Plan con dicha finalidad, se deberán realizar dos intervenciones. 

La primera es «detener el deterioro geomorfológico y la alteración de las condiciones superficiales naturales del suelo volcánico y de la totalidad de los elementos del vulcanismo reciente, siendo por tanto prioritario y urgente un control estricto del tránsito de vehículos de motor (incluidas motos) fuera de las carreteras y pistas autorizadas, que deberían ser las menos posibles, tanto en los llanos costeros de El Confital y Las Salinas, como en el sector de Las Coloradas y en la propia zona militar». 

En segundo lugar, «evitar con carácter general las nuevas transformaciones de terrenos y construcciones en todo el ámbito; los usos que se considerasen compatibles con la protección, minimizarán su presencia física en el territorio y se adecuarán al máximo para integrarse – e incluso mimetizarse – en el paisaje y deberán conllevar la restauración ambiental del entorno de dichas actuaciones».

En el caso de la Sima de Jinámar, donde se ha iniciado la búsqueda de los represaliados del franquismo que fueron arrojados a la gruta tras el golpe militar, el área de alta fragilidad engloba la propia Sima «y un entorno a la misma conformado por áreas generalmente en excelente estado de conservación», pues gran parte de este ámbito pertenece al Paisaje Protegido de Tafira y también se ha incluido en el Área de Restauración Prioritaria de Hoya Niebla.

El objeto de protección es «la singularidad geomorfológica insular que constituye la propia Sima, y su entorno visual y ambiental, localizada en un entorno que ha estado sometido durante muchos años a una intensa actividad extractiva que ha degradado el mismo, existiendo en la actualidad numerosos accesos capaces de canalizar usos y actividades susceptibles de ocasionar graves daños». Por tanto, «es imprescindible» su protección integral y su restauración ambiental.

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Una de las 25 Áreas de Alta Fragilidad (AAF) de la isla es la del extremo Oeste de la Playa de Maspalomas, entre la charca y el faro, conocida como el Oasis. Está descrita en el PIO como un «pequeño tramo litoral situado entre la Reserva Natural Especial Dunas de Maspalomas y el Faro de Maspalomas, no incluido en las zonas ASE (Áreas de Sensibilidad Ecológica) de la Ley 12/1994». Respecto a los valores a proteger, subraya que «es un ámbito que forma parte indisoluble y fundamental del sistema dunar y la dinámica sedimentaria de las Dunas de Maspalomas». Por último, en los criterios de actuación, detalla que «para garantizar la protección de este ámbito y de sus valores naturales y paisajísticos, además del cumplimiento de las determinaciones establecidas en el PIO, debe actuarse en él con los mismos criterios aplicables en la Reserva y en la franja litoral colindante con la misma, preservando la dinámica sedimentaria natural, así como la naturalidad del ámbito, y adecuando los usos y actividades compatibles a dichos objetivos.

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