Madres y padres de Jinámar enseñan a sus pequeños a preparar los postres de las abuelas

El grupo Motor, de vecinos del barrio de Telde, en colaboración con el proyecto municipal 'Vive tú calle' organiza una jornada de lo más golosa

A Paula, una pequeña de 9 años que reside en Telde, le pareció «muy fácil» aprender a hacer bolitas de coco y cruasanes rellenos de dos chocolates. En el taller de repostería de postres caseros hechos con recetas de la abuela, que impartió este sábado en el parque Jaime O´Shanahan de Jinámar (parque de las Mil Palmeras), el grupo Motor, formado por vecinos de este barrio de Telde, que colaboran con el proyecto municipal ‘Vive tú calle’, Paula se las manejaba con destreza aunque su madre, Alicia Brito, seguía sus pasos en todo momento. 

Unos 48 participantes, entre niños y niñas, madres y dos padres, terminaban de elaborar las bolitas de coco a las once de la mañana en El invernadero, un espacio que se cuenta dentro de este parque, pero no se atrevían a probar ni una. Tan solo les añadían más y más coco. Fue después de hacerse las fotos y casi cuando les explicaban los voluntarios del grupo Motor como debían unas sacar tiras en forma de triángulo de la masa madre, colocar encima los trozos de chocolate, blanco y de leche, y luego enrollarlo todo, para conseguir unos cruasanes cuando empezaron a probar sus dulces. Para entonces del horno empezaba a emitir vapores de las piezas de bollería que aunque son de origen francés tenían sello teldense.

Masterchef Junior

Acostumbrada a hacer galletas, magdalenas, y helado, con sus abuelas Alicia y Cati, la pequeña Paula cuenta que le gustaría poder acudir a MasterChef Junior. Le apasiona tanto la cocina dulce que los Reyes Magos le trajeron un delantal de este conocido concurso de televisión, un libro de 100 recetas de repostería, y un kit de utensilios de pastelería: moldes, rodillo, manga pastelera, entre otros. Explica su madre que decidió inscribirla y participar en este este taller porque le apasiona preparar todo este tipo de golosineo.

Sin embargo, Luisa, de once años, se estrenaba ayer en estas labores . «Sólo hacen falta tres ingredientes: galletas, leche condensada y coco rallado », explica ante un plato lleno de las bolitas de coco. Su madre, Lorenza Medina, asegura que acababa de anunciarle que «está decidida a comprar los ingredientes para hacerlas un día en casa». 

Las pequeñas Yaneisy y Leire, sobrina y tía, miran atentas como su madre y abuela, Gesy Gallardo, amasa la galleta. Según comenta, con frecuencia se pone a preparar estas galletas para entretenerlas. «Es la receta que todas hemos aprendido de las abuelas, y que son muy recurridas», destaca. 

Un plan para pasar el día

Entre tanta madre, algunas junto a sus bebés recién nacidos, destaca en una mesa la presencia de Francisco Ramírez, que ha acudido con su hijo Aray. Pero no es el único padre que participaba en este taller, pues Christian Falcón, que forma parte del grupo Motor, ha ido con su pequeña Oriana. «Es un plan para pasar el día», señala Francisco, que asegura que tiene costumbre de hacer de cocinero en casa. «Hace pizzas, con la masa incluida, croquetas, fabada, tortilla de papas », desvela Aray. En cuestión de dulces, asegura este pequeño pastelero que a él se le dan bien las galletas de mantequilla con pepitas de chocolate. 

Una vez terminados los cruasanes, los participantes tuvieron un pequeño descanso para tomarse unas naranjas o un refresco, momento que aprovecharon para salir al parque. 

Entre galletas y suspiros

Les quedaba el último postre por hacer, el polvito uruguayo, y el descubrimiento por parte de una madre de unas orugas de la mariposa monarca, que estaban colgadas en los tallos de unos matos dio lugar a una clase práctica de ciencias naturales. De repente, alguna progenitora se atrevió a ejercer de profesora para explicar cómo es el proceso de metamorfosis que realizan estos insectos en su paso de oruga a mariposa. Hasta hierba huerto encontró otra madre, que fue otro momento que sirvió para mostrar a los niños la planta que utiliza para dar en la sopa.

La forma de preparar el último postre se la contó a Zuleima Núñez una vecina de Jinámar. «Se escacha la galleta, se le añade dulce de leche, después la nata y el suspiro», explica. Después de tanto amasar, las familias abandonaron este espacio con la merienda preparada. La repostería fue la excusa, como explicaba Atteneri García, una de las monitoras de Mojo de Caña, para pasar la mañana. 

 La agenda de los sábados siempre ofrece actividades en este barrio. Otras veces han ido a montar a caballo, a practicar paddle surf, senderismo o tiro con arco, propuestas lúdicas incluidas en el Plan Integral de Jinámar que promueve el Ayuntamiento de Telde.