Las últimas lluvias riegan la cumbre con 156 litros de agua por metro cuadrado

La Aemet califica el año 2022 en Canarias como húmedo gracias a la traca del Hermine

Foto: Acequia en la finca de Osorio, esta pasada semana, durante las últimas lluvias. / Vídeo: Lluvias en Las Palmas de Gran Canaria.

Andrés Cruz

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

A principios de la semana pasada los meteorólogos pronosticaban la llegada de una irrupción marítima polar de largo recorrido, que en su camino hacia el archipiélago canario se iba envilmando de humedad, lo que provocaría precipitaciones débiles, localmente moderadas en las cotas situadas a mayor altura y una bajada de las temperaturas, por fin, un tiempo propio del invierno que se ha saldado en apenas seis días con acumulados de más de 156 litros por metro cuadrado en las cumbres y algo menos en las medianías de Gran Canaria.

Un auténtico regalo de Reyes con el que se estrena 2023 y que tenía su precedente bien pronto, desde el 12 de enero, jornada que dejaba en los pluviómetros unos generosos registros de hasta 50 litros por metro cuadrado en las medianías del norte.

Adiós al cálido verano

Esto, tras tres meses viviendo un otoño y principios de invierno más propio de un cálido verano, a modo de resaca de la tormenta Hermine, la que dejaba enchumbada a las islas con registros récords de tres dígitos.

Tras esos entrantes de situaciones extremas se llegaba al pasado martes día 17 de diciembre, momento en el que arribaba a las islas ese frente húmedo con origen en el norte del Atlántico y que a modo de presentación rociaba a las medianías septentrionales de Gran Canaria con más de 12 litros por metro cuadrado en puntos como Teror, casi 12 también en Valleseco y casi 9 en las cumbres, según el pluviómetro situado en Llanos de la Pez, si bien era San Andrés y Sauces, en la isla de La Palma, donde se anotaba la máxima de Canarias con 16 litros por metro cuadrado.

Pero las tornas iban a cambiar a partir de ese día a favor de la isla redonda. El miércoles 18, mientras la Agencia Estatal de Meteorología emitía avisos amarillos por mala mar y potentes rachas de viento en las islas de la provincia de Las Palmas llovía serena pero sin pausa en toda la mitad norte de Gran Canaria, desde la capital, con casi cinco litros por metro cuadrado hasta Agaete, donde se apuntaba más de 16 litros de agua por metro cuadrado, pero era de nuevo en las medianías donde se hacía caja, como en Valleseco, con 25 litros por metro cuadrado o Teror, con 23, incluyendo de nuevo a la cumbre, donde se superaban los 17. La fiesta empezaba a coger forma.

Mala mar

El jueves 19, esos avisos amarillos por temporal marítimo obligaba a suspender el transporte de pasajeros entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura, y Gran Canaria se llevaba una jornada más la máxima pluviométrica del archipiélago con casi 29 litros por metro cuadrado en Cruz de Tejeda, otros 27,2 en Llanos de la Pez, 20 en Valleseco y otros 14 en Teror. Gota a gota se superaban ya los 70 litros por metro cuadrado en algunos puntos, como consecuencia de ello caía derrumbada la fachada de una antigua vivienda de Juncalillo.

También se tenía que cerrar por el mismo efecto varias vías del interior, por pequeños derrumbes, mientras los agricultores comenzaban a frotarse las manos por unas precipitaciones recibidas en zonas donde el 80 por ciento de sus cultivos ya se encontraban plantados y en su primer estadío vegetativo.

Lluvia

Para el viernes 20 la casi imparable lluvia de la mitad norte y cotas más altas dejaba registros de puntería en zonas como Cruz de Tejeda donde tras recibir más de 30 litros en esa jornada sumados los días, llegaban a los 92 litros por metro cuadrado, mientras que en Valleseco ya superaban los 72 litros por metro cuadrado.

La lotería además se extendía por un amplio arco de Gran Canaria. Así, en esos cuatro días también se regaba en Corral de los Juncos, con 76 litros; Teror, con casi 60; o Agaete con más de 42.

Pero aún quedaba el sábado 21, donde caen otros 23 litros en Cruz de Tejeda, y otros más discretos 9 litros en San Mateo o 6,4 en Valleseco, para dar paso a este pasado domingo en el que de nuevo el tiempo se enrala para empapar aún más a Cruz de Tejeda con 33,6 litros por metro cuadrado; con 15 litros por metro cuadrado a la Vega de San Mateo; 9,4 a Valleseco; y con 6,4 litros a la villa de Teror. Además las temperaturas mínimas iban descendiendo a medida que la bruma se hacía permanente, anotando a las once de la noche en Llanos de la Pez, valores de apenas tres grados centígrados.

Con estas cifras, más los 7,6 litros por metro cuadrado caídos en Cruz de Tejeda este mismo lunes, el icónico cruce cumbrero de caminos se lleva la palma de lo que va de enero con 156 litros por metro cuadrado.

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El tiempo inestable se ancla en el archipiélago hasta final de mes según la Agencia Estatal de Meteorología. De momento, las lluvias tenderán a remitir en los próximos días, si bien para el miércoles se esperan avisos amarillos por mala mar y vientos las islas más orientales, mientras las temperaturas continuarán estables o en ligero descenso. El jueves, sin embargo, los cielos se irán aclarando un tanto a partir del mediodía en la mitad norte, para encapotarse de nuevo a últimas horas y dar paso a un viernes con nuevas lluvias en general débiles en la segunda mitad del día en las vertientes norte, donde podrá ser más acusado un nuevo descenso de las temperaturas mínimas en zonas del interior. La tónica continuará durante el fin de semana con posibilidad de lluvias moderadas en los mismos puntos. 

Temperaturas en aumento

De esta forma, el primer mes de 2023 se revela al menos como muy húmedo frente a un año 2022 que, según la Agencia Estatal de Meteorología, califica de muy cálido para el archipiélago canario y de extremadamente cálido para la Península y el archipiélago Balear. 

Es más, en concreto, el verano y el otoño más cálidos convierten a 2022 en el año más cálido en España de una serie que ha comenzado en 1961, según detalla la Aemet en su resumen climático hecho público este lunes. 

Sin embargo, en las islas, frente al resto del territorio, lo declara de húmedo, gracias a la aportación de la tormenta tropical Hermine de finales de septiembre, o golpes de agua como el del 25 de diciembre, como ocurría en el observatorio del aeropuerto de Gran Canaria donde se registraron 104 litros por metro cuadrado en esa jornada, efemérides que constituye el valor más alto de precipitación diaria desde el comienzo de la serie en el año 1951», según aporta la Aemet. 

Para el conjunto del Estado, según analiza la agencia estatal, la precipitación acumulada en el año 2022 fue inferior al valor normal en prácticamente toda la Península y llegó a ser inferior al 75 por ciento en la cornisa cantábrica, norte de Castilla y León, puntos de Aragón y Cataluña, gran parte de Navarra y La Rioja, sur de País Vasco, Guadalajara y mitad occidental de la isla de Mallorca.

En contraste, según resalta la misma fuente, la precipitación acumulada llegó a superar el 100 por ciento del valor normal en el sureste de Aragón, la Comunitat Valenciana, Murcia, Almería, el norte de Granada, Albacete, algunas áreas de Cuenca, Toledo, sur de Madrid y Extremadura, así como en el archipiélago canario.

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