De Bamberg hasta el almendro

A los alemanes Holger y Birgit les encanta ese pago cumbrero por sus montañas y por sus dulces | El municipio se llena de visitantes de medio mundo, atraídos por la Fiesta del Almendro en Flor

Fiesta del Almendro en Flor en Tejeda

Juan Castro

Miles de personas se acercaron ayer hasta Tejeda para disfrutar de la Fiesta del Almendro en Flor en una jornada que estaba dedicada a los turistas. Llegados del sur de la isla, y procedentes de la ciudad alemana de Bamberg, algunos como la pareja formada por Holger y Birgit acudieron movidos por el paisaje, su gente, y sus dulces de almendras, encantos que confiesan que ya conocían. También llegaron de Suecia, de Finlandia, de La Rioja, La Palma o de otros municipios de la isla.

Tejeda recibe con un agradecido sol, platos típicos y un paisaje único a los miles de turistas, que llegados de Alemania, Suecia, Finlandia, Logroño, La Palma, y de otros municipios de la isla se acercaron ayer hasta este pueblo de la cumbre para disfrutar de la Fiesta del Almendro en Flor, que dedicaba la jornada precisamente al turista. Desde las diez de la mañana, con una temperatura de once grados que se soportaban bien con algo de abrigo, en los puestos instalados a lo largo de la calle doctor Domingo Hernández Guerra, los vecinos de los distintos barrios aguardaban a los visitantes con los potajes de berros recién hechos, los chicharrones, pellas de gofio, las papas ya en el fuego para arrugar, las tortillas de carnaval, y con una amplia variedad de dulces elaborados con almendra.  

Lo único que se echaba en falta eran las flores rosas y blancas de los almendros, amuladas tras los reiterados temporales de viento y calima de los últimos meses.

Tortillas de calabaza

 A sus 78 años, Isabel Quintana está al frente de una sartén de la que no para de sacar tortillas de calabaza. «Calabaza, huevos, harina, canela, azúcar y un poco de sal. No tiene nada más», explica mientras echa cucharones de la masa sobre el aceite , les da una a una la vuelta, y las saca después para colocarlas en un plato. Así lleva dos horas, pero asegura no estar cansada. Su hija, Elsa Huertas, al frente del puesto de los vecinos de El Juncal cuenta que este año acuden con más viandas «para que no pase como otros años que a las dos de la tarde se ha acabado todo». Por eso se han instalado con unos 150 kilos de papas y unos 350 de chicharrones con el fin de cubrir la demanda a lo largo de los dos días de celebración de la fiesta. 

 Entre los turistas que a las once de la mañana ya buscan por los puestos algo que llevarse a la boca están Holger y Birgit. La pareja de alemanes a la que acompaña su mascota perruna acaba de comprar una bandeja de dulces de Tejeda, y comentan que cuando vienen a la isla, que suele ser dos veces al año, se acercan hasta el municipio para llevarse bollería y almendras. Uno de los motivos por los que eligen Gran Canaria y esta localidad es porque «les encanta recorrer las montañas y pasar la noche en las cabañas de madera». 

Frío sin sorpresa

Pese a que han salido de Maspalomas con una temperatura de 20 grados, el fresco de la cumbre no les coge por sorpresa. «La primera vez que vinimos no lo sabíamos, llegamos con pantalones cortos y nos metíamos en el coche a coger calor», cuentan entre sonrisas. También apuntan que «la gente es muy amable, y anuncian que «van a seguir viniendo a la isla y a Tejeda todos los inviernos durante los próximos 20 años».

A mediodía la calle principal del casco empezaba a llenarse de visitantes que llegaban en guagua desde el sur de la isla, aunque en realidad proceden de medio mundo, y algunos desde islas vecinas o de localidades más cercanas.

Cuando Ángel Marrero, uno de los miembros del Club Juvenil de este municipio, que organiza la primera celebración del almendro en flor en 1970, miraba desde fuera de su ventorrillo como estaban colocados los quesos y las naranjas, la parranda Los Chanos, de Vecindario, empezaba a animar el ambiente con la canción 'Somos costeros'. Entre ligeros movimientos de pie como conteniendo las ganas de baile, tras oir la frase del «Viva la fiesta» de la letra muchos los que se habían acercado para escuchar su repertorio acabaron repitiéndola subiendo incluso el tono.

De La Rioja cada invierno

«Muy ricos los chicharrones», confiesan Miguel Castillejo y María Dolores Grande, una pareja de jubilados de La Rioja que lleva varios años visitando Tejeda. Mientras María Dolores le daba fin al plato, Miguel explicaba que desde que cumplieron con su etapa laboral, cada año desde el 5 de enero hasta el 30 de marzo realizan un periplo por las islas. En esta ocasión empezaron por dos semanas en Tenerife, luego fueron a La Palma, para continuar el viaje por Fuerteventura y Lanzarote. En Gran Canaria suelen alojarse en la capital porque «el sur solo les gusta ir de visita». Entre los motivos que les hacen volver a este pago cumbrero en una fecha tan festiva exponen que lo hacen porque «el paisaje es muy bonito, además la gente es muy amable, y saben que se van a disfrutar del día saboreando platos y oyendo música popular».

También desde La Palma habían llegado Julián González y Nieves Pérez , aunque en vez de para bailar para disfrutar del fin de semana y ver la actuación del grupo Tabaiba Project en el que toca su hijo. «El ambiente, el paisaje y la organización, todo está muy bien», comenta Julián. 

Desde su puesto de ropa típica regional, Pino Pérez que tiene la tienda en la Avenida de Ansite, en el Cruce de Arinaga, donde vende sus confecciones, aprovechaba para explicar que cada vez hay menos artesanos de este oficio, pese a que se reclama más la vestimenta para acudir a las fiestas populares.

Pasatiempo

Hasta partir almendras con una piedra sobre un tronco de madera se convirtió en todo un pasatiempo para los visitantes. Werner, un suizo que lleva viniendo a Playa del Inglés desde hace 28 años , se lo pasaba en grande cogiendo de un saco que había colocado el Ayuntamiento de este municipio los frutos para quitarles la cáscara y comérselas. 

En la Vaguada, bajo una carpa la agrupación de Los Sabandeños dedicaban una folia las madres, lo que arrancó los aplausos de los asistentes entre los que estaba el presidente del Cabildo, Antonio Morales, acompañado de su mujer, el regidor del municipio Francisco Perera, también junto a su pareja. A la tarde, el presidente insular recibía en el mismo lugar el  Almendro de Plata de las manos del alcalde en un acto en el que se rememoró la primera celebración de esta fiesta hace ya más de medio siglo.

Tras este acto tuvo lugar la actuación de Los Gofiones que mantuvieron con sus canciones populares a los asistentes pendientes de su música pese a que ya a esas horas si que se notaba más el frío. Este domingo Tejeda celebra el día grande de la fiesta.

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