Santa María de Guía

Los secretos ocultos de la Virgen de Guía

La restauración de la imagen de la patrona para combatir los insectos revela el uso de oro de 24 kilates y materiales nobles, y su origen renacentista

Francisco Díaz Guerra, restaurando las manos de la Virgen de Guía, en el camarín.

Francisco Díaz Guerra, restaurando las manos de la Virgen de Guía, en el camarín. / J. B.

Javier Bolaños

Javier Bolaños

La talla de la Virgen de Guía se somete a la restauración más profunda de su historia, para acabar con la invasión de insectos xilófagos que atacan la madera. Los trabajos iniciales del experto Francisco Díaz constatan que se trata de una obra del Renacimiento español o italiano (finales del siglo XVI), en la que se emplearon materiales nobles, oro de 24 kilates y cuenta con una falda propia de lino decorada con flores, pintada como un cuadro.

La imagen responde a una escultura de bulto redondo policromada, con una tipología de candelero o de vestir, seguramente para reducir el peso y sus costes de fabricación. El soporte es madera y mide 1,53 metros de altura, con el tronco tallado, siendo las manos articuladas para facilitar el trasiego de poner y quitar la ropa, aunque en este caso ahora son de una época posterior. Está vestida con otra pieza de gran valor artístico, y que sirve a modo de zagalejo de los suntuosos trajes con los que se expone y sale en procesión que le dan el lustre. Esta falda es de lino, y se asemeja a un cuadro con motivos decorativos vegetales, lo que le confiere un valor por sí mismo, aunque por desconocimiento se hablaba de que tenía una especie de hule de las mesas. Pero todo lo contrario.

Imagen de gala de la Virgen de Guía, con el bebé en sus brazos.

Imagen de gala de la Virgen de Guía, con el bebé en sus brazos. / F. D. G.

Estas son algunas de las características de la imagen de la Virgen, que se somete en estos meses a un proceso de restauración, al verse sometido al ataque de insectos que ponían en riesgo su estructura.

«La Virgen está vestida como una dama del Renacimiento, con el gorro típico. Eso demuestra la calidad de los artistas y del taller. Y el tratamiento es como de un cuadro: es una lienzo de tela de lino, con su preparación y su imprimación, sus pinturas y pigmentos encima, y el mismo color que el cuerpo», apunta el restaurador.

La talla de los Riverol se ganó el altar mayor

Díaz Guerra detalla que las analíticas de las 10 extracciones de microcatas a la talla concluyen que el material empleado tiene su origen en el Renacimiento español o italiano, esto es, de finales del 1500 (siglo XVI). Los datos históricos que se tenían ya hablaban de que la escultura llegó con la familia de los Riverol, conocida por el ingenio azucarero de Sotelo (subida de Anzo). Estos potentados tenían una capilla en la iglesia de Guía (donde está ahora Las Mercedes), con una advocación a la Virgen de La Candelaria. Según datos de los Archivos Parroquiales, se supone que en 1609 donan esa imagen de La Candelaria, y pasa al altar principal ya como advocación de Santa María de Guía. Por tanto, sustituye a la primigenia, que vino con Sancho de Vargas, que era una imagen pequeña de bulto completa dorada.

El objetivo del trabajo es tocar lo menos posible la escultura, y se centra en la limpieza, tras acumular mucha suciedad, y quitar puntuales repintes realizados a lo largo de los cinco siglos.

Un análisis constata que el pan de oro tiene el 98% de pureza

La talla se moldeó con materiales nobles. No en vano, se empleó oro de 24 kilates y todavía quedan restos en el pecho, que lógicamente no se repondrá. Un análisis químico concluye que el pan de oro es del 98% de pureza.

La imagen tenía el ribete de adorno completo de oro y el torso estaba decorado con el color bermellón, de los que ya queda muy poco visible, porque ha ido desapareciendo. Entre otras razones, porque sufrió un antiguo cepillado.

La falda de lino que es propia de la talla, con sus dibujos florales.

La falda de lino que es propia de la talla, con sus dibujos florales. / J. B.

«El material empleado demuestra que no lo hizo cualquier tallero», señala Francisco Díaz, natural en La Atalaya de Guía, y que es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, con la especialidad de conservación y restauración de obras de arte, y ha trabajado con anterioridad en algunos retablos de la propia iglesia de Guía.

Los brazos también fueron añadidos posteriores, y se ensancharon los hombros. Incluso, se usaron tornillos industriales de décadas recientes para sujetarlos al conjunto de la talla, sin bien todavía en la escultura se conservan clavos de forjas que constatan su antigüedad. Se trata de ajustes por cambios de gustos y necesidades, en distintas épocas a lo largo de los siglos.

El niño que lleva en su brazo izquierdo es un añadido posterior, de entre el siglo XVII y XVIII (tiene ojos de cristal).

Un encargo del Ayuntamiento

La madera conserva muchas capas de ropa. Y se observan en la talla los efectos de la carcoma, perdiendo parte de la madera por la invasión de insectos que se alimentan de la madera.

«Estamos ante el trabajo de restauración más profundo que se le haya podido realizar a la imagen de la Virgen de Guía, aunque sí ha sufrido cambios desde su origen», señala el experto, que lamenta el cepillado de la policromía, y la pérdida de gran parte de la cenefa dorada, «que es muy bonita y vistosa».

El párroco Agustín Lasso reconoce que esta es una obra indispensable, en la que se venía trabajando desde hace mucho tiempo para obtener permisos. Para ello, el Ayuntamiento de Guía concedió a la Diócesis de Canarias 15.836 euros.

Carbono 14

Los trabajos se iniciaron en la primera semana de noviembre, y se prolongarán cerca de dos meses más. Y tras controlar los daños del soporte causados por la carcoma o termita, para lo cual se realizaron pruebas radiográficas, ahora se está en la fase de limpieza, para eliminar repintes sobre el original y limpiar la suciedad por velas, el paso del tiempo, el polvo y humedad. Y luego se reintegra cromáticamente donde hay falta de color, sin pintar.

Por último, el restaurador pretende hacer un estudio de carbono 14 a los tejidos de la falda de candelero. Y ya se hizo en un primer momento un estudio con luces ultravioleta. 

El camarín de colores alegres.

Uno de los grandes atractivos de la histórica iglesia de Guía es su camarín, que es la gran desconocida para el público, a pesar de contar con una riqueza artística de enorme valor. Una de las intenciones de los responsables es poder abrirla cuando se acaben los trabajos en la talla. Junto a la imagen de la Virgen sobresale el artesonado del techo y, sobre todo, sus maderas policromadas con dibujos artísticos de sus paredes, con una riqueza propia de los grandes salones renacentistas italianos. A esto se suma la muestra de los trajes que luce la Virgen en las distintas ceremonias, y enseres y prendas religiosas.

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