Honores y distinciones

Carmen Martín, la mujer que llevó a Ron Arehucas a conquistar el mundo

El Cabildo distingue con el Roque Nublo a la aruquense que relanzó la firma a finales del siglo XX y principios del XXI

Carmen Martín

Carmen Martín / La Provincia

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

El Cabildo de Gran Canaria distingue con el Roque Nublo en el Ámbito Económico María del Carmen Martín Rodríguez, quién desde finales de los 80 hasta 2002 presidió Ron Arehucas, dando impulso a la firma y lanzándola con éxito a a los mercados internacionales.

El Cabildo otorga el Roque Nublo de Gran Canaria en el ámbito económico a María del Carmen Martín Rodríguez, (Arucas, 1928-2022), «por su dedicación y entrega en la consolidación de la centenaria empresa Destilerías Arehucas, consagrando una marca de prestigio basada en la calidad e historia de sus caldos y logrando establecerse como referente de la sociedad canaria y pilar fundamental, con el fin de dar a conocer al mundo la imagen de su producto, el arraigo y la tradición de la cultura de Canarias».

Carmen Martín, como es más conocida, es figura transcendental de una de las empresas más emblemáticas del Archipiélago, y que hoy pasea la marca de Canarias por buena parte del planeta gracias a la impronta exportadora que supo implementar durante la década de los 90 del siglo pasado.

Para contextualizar su papel hay que recurrir a la deliciosa historia de la que comenzó siendo la fábrica de azúcar de San Pedro, fundada en la ciudad de Arucas por Alfonso Gourié Álvarez el 9 de agosto de 1884, y en la que comienza a trabajar un joven, de nombre Alfredo Martín Reyes.

Con su chimenea de ladrillo rojo, sus enormes calderas y el potente aroma a fermentación que desprendía a pleno rendimiento, para los aruquenses de finales del siglo XIX y principios del XX aquél enorme y modernísimo artefacto era el epítome de La Fábrica por antonomasia, que es como se populariza en aquellos años.

A Martín logró no solo bregar con momentos de crisis sino aprovechar el impulso para salir al exterior

Una pequeña parte de su trajín azucarero era dedicado a la producción de aguardientes de caña y ron, y con tanto tino, que al poco tiempo del andar de sus trapiches la entonces Reina Regente María Cristina convierte a la firma grancanaria en proveedora oficial de la Real Casa y Corte Española, de forma que ya en 1892 el ron de Arucas comienza a asentar su nombre en toda Canarias.

El impulso va en aumento cuando en 1909 importan un vanguardista alambique francés del fabricante Egrot et Grangé, con el llamado sistema Guillaume, a lo que sigue posteriormente un periodo de crisis que culmina en 1920 con el cierre de su actividad azucarera.

Pero La Fábrica se reinventa en 1942 de la mano de aquél joven pionero Alfredo Martín Reyes, que ahora la dedica exclusivamente a la producción del ron y una creciente gama de licores, que es cuando nace la marca Ron Arehucas como tal. Alfredo, un hombre con la capacidad de solucionar de la manera más sencilla los obstáculos que parecen insalvables, iba mientras acrecentando una familia de lo más numerosa, de nueve hijos: Purita, Rodolfo, Pepe, María Teresa, Lola, María del Carmen, Alfredo, Vicky y Cloti.

El siguiente gran impulso llega en el año 1965, cuando el antiguo ingenio azucarero pasa a denominarse Destilerías Arehucas, como se conoce hoy, pero dos años después fallece Alfredo Martín Reyes.

Quedan al frente de la empresa los hermanos Rodolfo, Alfredo, Pepe -compaginando la gestión con sus labores de profesor-, y José Méndez Montelongo, ya casado con la nueva Roque Nublo: Carmen Martín.

Carmen es madre de Rafael Méndez, actual gerente de la fábrica. Y habla de ella con un inmenso cariño para explicar que además de dejar un contundente legado empresarial en clara expansión, culminó la carrera de piano convirtiendo el instrumento en una pasión de la que él continúa disfrutándola como compositor, eso sí, «amateur», como él indica expresamente.

Méndez detalla que su madre, que es la sexta de los nueve hermanos, fue designada por la familia a finales de la década de los 80 como presidenta del consejo, «y le tocó lidiar una época muy difícil, pero consigue bajo su mandato que la firma vuelva a crecer», relata con orgullo.

Así, con Carmen Martín al frente, «iniciamos en Ron Arehucas la salida del mercado canario, ya que hasta entonces solo vendíamos en las islas, para expandirnos primero por la península, y posteriormente imprimirle una proyección internacional, algo que hay que puntualizar es mérito de todo el equipo liderado por ella. Esto lo consiguió sin quebrantar la unidad familiar, porque ya se sabe que cuando las cosas no van bien es imprescindible tomar posiciones difíciles, que ella supo solventar en un sentido y en otro».

Y además lo hace bregando con la dura enfermedad de su marido, durante varios años postrado en cama hasta que murió en 1991, y con «el fallecimiento de mi hermana en el año 2000».

Rafael Méndez asevera que toda su vida ejerció como ama de casa, pero siempre pendiente «de que todo el mundo estuviera bien, tanto en el hogar como en el trabajo. Y solo es después del centenario de la firma, con su designación ejecutiva, cuando su gestión se hace más visible, con su elegancia natural, si bien prefería delegar los viajes y la mayor exposición pública a su hijo Rafael.

En este aspecto en concreto, el actual director subraya que Carmen Martín «nunca fue una especialista en gestión bancaria o financiera, pero sí tenía una visión helicóptero de la empresa, lo que le facilitaba buscar el equilibrio adecuado».

Su legado se encuentra hoy en las alacenas de los mercados de todo el mundo, desde América a Asia

Esto se traducía en una plantilla también muy unida. «En la empresa», continúa explicando Rafael Méndez, «la plantilla oscila entre las 100 y las 120 personas, y ella coadyuvó para convertirla en una empresa familiar en todos los ámbitos, y esto incluye a los trabajadores, de tal forma que muchos de los que hoy forman parte de Ron Arehucas son nietos de aquellos abuelos que dedicaron su vida a la firma».

 María del Carmen Martín deja la presidencia de Arehucas en 2002, «aunque la familia la nombra presidenta de honor y así quedará para siempre», y también queda para siempre su condición de hija predilecta de Arucas, como así la prestigió el Ayuntamiento de la ciudad norteña en 2022, el mismo año de su fallecimiento a los 94 años de edad.

Su otro legado se encuentra en las alacenas de mercados estadounidenses, asiáticos y europeos, donde la etiqueta Ron Arehucas, unas de las firmas que distinguen a las islas, luce con orgullo y distinción el nombre de Canarias.

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