Entrevista | Rafael Robaina Romero Catedrático de Fisiología Vegetal de la ULPGC

«El Cabildo siempre ha implicado a la ULPGC en el crecimiento de Gran Canaria»

«Hay que apostar por la diversificación de nuestra economía y ésta, necesariamente, pasa por la I+D+I», afirma el catedrático de Fisiología Vegetal y exrector de la ULPGC distinguido por el Cabildo grancanario

Rafael Robaina Romero en su laboratorio en la Facultad de Ciencias del Mar, en el Campus de Tafira de la ULPGC. | |

Rafael Robaina Romero en su laboratorio en la Facultad de Ciencias del Mar, en el Campus de Tafira de la ULPGC. | | / Andrés Cruz

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

El catedrático de Fisiología Vegetal de la ULPGC, Rafael Robaina, asume el nombramiento de Hijo Predilecto de Gran Canaria con la alegría y la emoción de quien se considera «profeta en mi tierra». El exrector de la ULPGC ha contribuido al desarrollo de la Isla desde su faceta como profesor, investigador y gestor de la institución universitaria, a lo que se suma su aportación al folclore isleño, como integrante del grupo Tabaiba.

Hijo Predilecto de Gran Canaria, ¿Qué significado tiene para usted esta distinción?

Es un honor que me hace sentir profeta en mi tierra. La gente que me conoce, sabe que lo que más me define como persona sería la humildad, así que no esperaba nada como esto y me emociona.

¿Qué significa Gran Canaria para usted y cómo es su relación con la Isla?

Siempre tienes la sensación de volver a la patria chica cada vez que has viajado fuera. Esto es un sentimiento muy compartido en el caso de los isleños. Desde que era un adolescente me he movido en mi entorno, desde las acampadas al monte y a la playa, que vas bajando que lo hacíamos, hasta recorrer toda la isla a pie, que también lo hemos hecho, y las romerías. En fin, además de la dimensión estrictamente académica y científica, porque toda mi labor científica se ha desarrollado con recursos de aquí, tengo un nexo de unión importante con el paisaje, el mar, incluso el folclore con mi grupo nuevo Tabaiba, etc. En definitiva, Gran Canaria para mi lo es todo.

¿Cuál ha sido la contribución de la ULPGC a Gran Canaria?

Eso se puede poner en números, porque cuando no existía la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria aquellos que pudimos salir a estudiar, la mayoría con becas y mucho sacrificio, éramos muy pocos. En aquella época el ambiente universitario en Las Palmas de Gran Canaria era muy pobre, y desde que se creó la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han habido miles de incorporaciones de nuevos titulados al tejido productivo de la Isla y de la ciudad. Sin duda, una de las grandes contribuciones de la Universidad Las Palmas de Gran Canaria, ha sido poner en el mercado del orden de 70.000 egresados. Antes lo tenían otros sitios donde había universidad y se notaba la diferencia, pero el nacimiento de la ULPGC ha servido para equilibrarnos.

El Cabildo fue fundamental en la creación de la ULPGC, ¿cómo ha evolucionado esta relación en estas tres décadas?

Bajo mi experiencia ha habido una complicidad total, en el sentido de que el Cabildo depositaba en muchas ocasiones sus planes estratégicos, en lo que a ciencia y tecnología se refiere, en la propia Universidad. Yo pude vivir el desarrollo de proyectos interesantísimos como el Bioasis, que siguen en activo, pero también me constan trabajos desde el ámbito de las renovables, agua..., con grupos específicos de investigación. La Universidad, al final, se convierte en una especie de dispensario de conocimiento que es muy útil a todas las instituciones. El tema es encontrar a gente sensible en el Cabildo que sea capaz de ser receptiva a lo que la Universidad dice. Yo puedo decir que el Cabildo, en general, siempre ha implicado a la ULPGC en sus planes de crecimiento de la Isla, ha intentado que nos impliquemos cada vez más en lo que es su estrategia diaria y eso ha hecho una comunión que también aporta al crecimiento isleño, gracias a los políticos receptivos que ven que aquí se tiene conocimiento suficiente como para que le resolvamos los problemas.

¿Cuál es su rincón preferido de la Isla?

Yo tengo siempre una sensación de felicidad recorriendo desde la costa norte, desde Gáldar, hasta La Aldea. Me parece un paisaje inigualable, que coincide con la parte más antigua de Gran Canaria. Además es la parte donde siempre hemos trabajado con las algas, de ahí sacamos la materia prima, lugares como La Furnia o Bocabarranco, en Sardina. Toda esa zona es la más diversa en cuanto a algas se refiere y es la que más me gusta.

¿Cuáles son, a su juicio, las fortalezas de Gran Canaria y cuáles sus debilidades?

Su fortaleza es el carácter emprendedor, siempre ha habido aquí un espíritu combativo frente a las adversidades, y sobre todo, en el ámbito empresarial bastante potente. Y en cuanto a la debilidad, yo diría que pueblo chico infierno grande, porque aquí nos conocemos todos, y a veces tenemos que luchar contra el enemigo interno. Tendríamos que intentar consensos para evitar que nuestras propias ambiciones repercutan en el bien común, pero eso es normal en los pueblos chicos.

¿Qué proyectos defendería para impulsar un cambio de modelo económico?

Estoy a favor de un modelo de autosuficiencia, en el sentido de que busquemos salidas para tener asegurada nuestra propia subsistencia en todos los planos, en el alimentario, energético... Siempre he apostado por la diversificación que, necesariamente, pasa por la investigación y el desarrollo. Ya se demostró con la pandemia que no podemos tener todos los huevos en la misma cesta.

Tristemente las otras tres personalidades distinguidas este año como Hijos Predilectos de Gran Canaria ya no se encuentran entre nosotros. ¿Qué destacaría de cada uno de ellos?

Con Alexis Ravelo compartí físicamente el año pasado el Hijo Predilecto del Ayuntamiento capitalino, y su muerte ha sido un impacto para todos. A Manolo Vieira lo conozco como todo el mundo, en el sentido de que es un referente orgulloso, y además isletero como yo, de forma que no sólo exporta el modelo grancanario, sino que su visión de las cosas me resultan bastante familiares porque son las que viví cuando pequeño. Y a Jane Millares, la conozco a través de su obra, que en la Universidad siempre ha estado muy presente. Es una pena que no nos puedan acompañar, pero la vida es así, tiene esa parte de tristeza.

¿Qué valores debe reunir un embajador de Gran Canaria?

Estar orgulloso de ser y pertenecer a la Isla, aderezado con nuestro carácter afable y hospitalario. Luego, evidentemente, el orgullo de ser canario y no abandonar nuestras esencias. Por ejemplo, hay algo que me preocupa últimamente, que es el lenguaje y el pensar que hablamos mal. Debemos mantener nuestros signos de identidad.

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