Gran Canaria ya se codea con las grandes rutas del vino de España

Las peculiaridades de las bodegas de Gran Canaria les permiten compararse en enoturismo con las grandes rutas del vino de España, como las de Rioja, Ribera del Duero o Rías Baixas. Aunque la escasa producción de uvas en la isla es un obstáculo para competir en la comercialización, no ocurre lo mismo a la hora de captar visitantes para ofrecerles una experiencia distinta a la que pueden disfrutar en la Península. 

El creciente número de turistas interesados en las rutas del vino españolas no disponen en Gran Canaria de bodegas diseñadas por arquitectos de renombre, pero eso se compensa con una naturaleza única y con el resto de servicios turísticos que atraen cada año a cuatro millones de visitantes europeos y peninsulares. 

Esa idea sobrevuela entre los asistentes a la trigésima asamblea general de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), inaugurada este martes en el Auditorio Alfredo Kraus por el presidente del Cabildo, Antonio Morales. Las «potencialidades» de la isla en el sector vitivinícola fueron resaltadas tanto por la presidenta de Acevin y alcaldesa de Alcázar de San Juan, Rosa Melchor, como por la gerente de esa organización, Ana Cano. Por su parte, Sandra Armas, presidenta de la Ruta del Vino de Gran Canaria y gerente de Bodegas Bentayga, resumió esas ventajas en una frase: «nosotros hacemos vino y embotellamos paisaje».  

El presidente del Cabildo dio la bienvenida al centenar de representantes de las 36 rutas del vino españolas con una explicación de las condiciones geográficas en las que se cultivan las vides y también las circunstancias históricas para tener una gran cantidad de varietales, pues fue una de las pocas zonas del planeta que se libró de las plagas de filoxera. 

«Nuestra ruta, única certificada por Acevin fuera del territorio peninsular, es un logro para el sector vitivinícola de la isla y un atractivo turístico de alto valor añadido que se enmarca en nuestra apuesta por la soberanía alimentaria y es parte del modelo de ecoisla que estamos promoviendo», añadió.

Ruta benjamina

Rosa Melchor dijo que para Acevin era un reto «saltar el charco» y tener una ruta más allá de la Península, lo que se ha conseguido. Al ser una de las «benjaminas» de las 36, con solo veinte meses desde su puesta en marcha, la asociación decidió celebrar su reunión anual en la isla para darle un impulso. «Llevamos muy pocas horas aquí y estamos encantados de lo bien que lo están haciendo», recalcó.

Melchor sostuvo que la ruta de bodegas de Gran Canaria «tiene gran potencial» y consideró que «obviamente hay que maridar el vino con esos factores que ya tiene la isla», como un clima estupendo todo el año, el mar, la naturaleza o los paisajes que ya se vienen utilizando como atraer visitantes. 

«Pero esta ruta no es un reclamo turístico más, sino que viene a consolidar que la relación entre el mundo del vino y el del turismo ya es una realidad», señaló Melchor, quien aseguró que en los 30 años de experiencia de Acevin se ha constatado que «donde hay rutas del vino también hay mayor capacidad de cohesión territorial en todos los ámbitos, social y económico, y en muchos lugares del país se han convertido en un factor de desarrollo y de crecimiento económico, que seguro que también ocurrirá en Gran Canaria».  

Sandra Armas destacó que en tan solo veinte meses de vida la Ruta del Vino de Gran Canaria haya sido elegida para celebrar la asamblea y consideró que es una oportunidad de aprender de la experiencia de otras ciudades y también de mostrarles lo que se hace en la isla. «Gran Canaria puede presumir de tener una buena ruta y todo lo mejor está por llegar, queda trabajo, pero hemos comenzado con buen pie. Podemos competir con las de la Península porque aquí tenemos cosas diferentes que ofrecer, la naturaleza y las tradiciones», concluyó.  

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