Valleseco se engalana con queso, manzana y flores y celebra el medio siglo del grupo Los Labradores. Al igual que otros grupos folclóricos -muchos de los que surgieron en la década de los setenta-, Los Labradores tuvieron su presentación pública, no en su pueblo de origen, sino en la tarde de la Víspera del Pino, en Teror.
El siete de septiembre de 1974, el municipio trajo hasta la Plaza del Pino una carreta que representaba un patio canario en el que unos jóvenes llevaban queso tierno y frangollo, en símbolo y representación de las tierras que ofrendaban a la Virgen del Pino. Esos jóvenes eran ‘Los Labradores de Valleseco’.
Habían tenido previamente meses de reuniones, ilusiones y organización del grupo que querían crear. De ello hablarán esta noche en su pregón en Valleseco. Lo cierto es que querían mostrar el resultado de aquellos trabajos previos en La Laguna, en la raya con Teror donde Francisco Pérez -Pacuco- había iniciado los primeros trabajos para consolidar lo que querían hacer con tanta inquietud por defender y difundir las tradiciones que sentían como profunda esencia de sus vidas y de su cultura. Francisco José Pérez Nuez, había nacido el 15 de diciembre de 1950, por lo que era un joven enseñando a otros de su misma edad. Desde chico se pudo apreciar ese ardor hacia los saberes tradicionales del campo canario a través de su expresión musical. Esa temprana afición lo llevaba a rascar un trozo de caña, haciendo que tocaba un instrumento…que no sonaba en sus manos precisamente a caña rajada. Su insistencia se mantuvo hasta que sus padres encargaron un timple al artesano Vicente Domínguez. Un timple que empezó a tocar con su propio padre Juan del Pino Pérez Henríquez y con su vecino Ricardo Reyes, hasta que con 14 años bajó veredas y carreteras hasta la Villa de Teror a seguir avanzando bajo la mano diestra y tajante de José Santana -Pepito Cocina- de conocido y también artístico linaje terorense, y con José Dávila.
Su pertenencia a grupos como Los Roneros o Piña Aterura iniciaron su frenética, imparable e incansable carrera en defensa de todas estas tradiciones musicalesque lo encauzaron con tan sólo 24 años ser el que dirigiera estos primeros pasos del nuevo grupo.
Los Labradores se nutrieron de esta forma con los saberes de Pepe Cocina, Candidito y las rondallas terorenses; además de los que muchas gentes de Zumacal, Monagas, etc., aportaron a sus raíces. La presentación más oficial del grupo tendría lugar al mes siguiente, en las Fiestas de la Encarnación y la Manzana. El viernes 4 de octubre de 1974, Santiago Santana pronunciaba el pregón de las mismas y se engalanaban calles y plazas.
Al día siguiente, el sábado 5 de octubre, actuaban por primera vez Los Labradores en el pueblo que les daba nombre y les aportaba esencia y existencia. El domingo en la fiesta principal, tras la feria de ganado; la bendición de las manzanas y demás frutos, tuvo lugar la ofrenda, en la que actuaron nuevamente.
Eran, y así lo querían, como el propio pueblo: labradores, de tradición y valores y defendían lo más profundo de la canariedad; con regusto a taifa y a baile en las eras, de viejas mazurcas, sentidas folías y querenciosas malagueñas. Eran de campo…y a mucha honra.
Valleseco se engalana con queso, manzana y flores y celebra el medio siglo del grupo Los Labradores
El 18 de mayo de 1975, tras la función solemne en honor a San Vicente Ferrer oficiada por el Beneficiado de la Catedral natural de Valleseco, Abraham González; cantaron la Misa Canaria.
Nunca dejaron de cumplir con su pueblo de origen, pero comenzaron a ser llamados de todas partes. Hasta que en las Fiestas de San Pedro Mártir de abril de 1976, el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Patronato Provincial de Turismo quisieron realizar un evento para promocionar conjuntos y agrupaciones de folklore canario de todo el archipiélago: el ‘Primer Concurso de promoción de canciones y bailes típicos del folclore canario’.
Celebrado en su fase final en el Parque Doramas, se puntuaba no sólo la vestimenta. Además, la interpretación de una serie de palos, que venían fijados en las bases, como la isa, folia, malagueña, aires de Lima, seguidillas, Santo Domingo, Arroró, Tanganillo, Tajaraste, Vivo, Polka, Sirinoque, Tango Herreño, Saltona, Pericón, La Berlina, etc. Entretanto, Los Labradores participaban también en el evento del Gánigo de la Paz de Ansite. Era un no parar porque Canarias buscaba lo que Los Labradores ofrecían.
El premio a la mejor letra original quedó desierto; el primer premio de Gran Canaria fue otorgado al Grupo de Ingenio; y Los Labradores vieron como a su solista más joven, el niño Alberto/Norberto Herrera de tan sólo cinco años, se le concedía una mención especial como solista.
Norberto Herrera fallecería trágicamente en las playas del sur de la isla con tan sólo 23 años, el Viernes Santo 1 de abril de 1994; celebrándose el 29 de octubre de aquel mismo año el I Memorial en su honor. La malagueña Un viernes santo marchó cantada aquella noche, alcanzó el cielo en su honor.
Los Labradores siguieron con mucha honra y los vaivenes. A partir del año 2010 iniciaron una última fase de fortísima implantación, tanto en su propio pueblo como en todo el archipiélago y en el extranjero. Por eso, comenzaron a pensar en lo que querían todos los grupos: grabar un LP ; un disco con canciones originales de sus miembros y otras «sacadas de sus andanzas por los núcleos más apartados de los barrios de pueblo natal», lugares donde no llegaban ni los coches y numerosos ancianos eran portadores y conocedores del auténtico folklore canario. Como afirmaba Pacuco Pérez por entonces lo verdaderamente interesante es buscar el folklore en su fuente. De toda aquella labor surgió a fines de 1979 un peculiar e interesante trabajo discográfico: Los Labradores de Valleseco cantan a su tierra.
Todas las canciones del disco eran nuevas y entre los autores se encontraban los componentes del grupo Antonio Rodríguez, el alcalde y cronista de Valleseco Nicolás Sánchez, el propio Pacuco Pérez más una del genial Juan Alberto Monzón. Dos bandurrias, dos laúdes, dos timples, contrabajo, pandero, triángulo, bombo y ocho guitarras fundamentaban la extraordinaria grabación, orgullo no sólo para los integrantes del grupo, sino para todo Valleseco. Los temas Tejeda, la Isa del gofio, El pastor, las Seguidillas del Agua, la mazurca Entre montañas de Juan Alberto Monzón; las Folías de Tirajana, Seguidillas, los Aires de Lima de Valleseco, el vals Ven conmigo a la ciudad del propio Pacuco y la Mazurca Popular dieron aún mayor difusión al sensible y patrimonial trabajo de Los Labradores. Gracias a ello, las Cartas de Ajuste de la TVE tuvieron durante años como fondo recurrente este disco.
Y así, casi sin buscarlo, eran llamados para todo. Homenajes a personajes públicos como el maestro Salvador León, la presentación oficial del club firguense de Lucha Canaria de Buen Lugar, la inauguración de la iluminación navideña de El Corte Inglés, o fiestas canarias en el Club Prensa Canaria y el Club Victoria.
Por ello, por ese saber hacer, cuando le pidieron a don Faustino Alonso – párroco de San Vicente Ferrer- tocar villancicos en la iglesia, dicen que contestó «fandangueos y guitarreos dentro de la iglesia no» pero cambió rápidamente de opinión después de escucharlos, porque Los Labradores tienen lo que antes se llama «palabra de campo», que asegura antes que nada su respeto por lo que hacen y donde lo hacen.
El homenaje a su primer director musical tuvo lugar en el Auditorio de Teror el 30 de noviembre de 2013. Personajes de nuestro folclore como Pedro Manuel Afonso, Abelardo García El Tormento, Pepe Afonso, Candelaria González, Virginia Rodríguez y Besay Pérez participaron en aquel emotivo recordatorio; celebrado en el Auditorio Dr. Juan Díaz Rodríguez de Valleseco.
Uno de sus distintivos más peculiares y respetados y con el que llegan casi sin cambios al medio siglo es su vestimenta. Tal como destacara el periodista Javier Bolaños, «no ha variado en estos 40 años de giras por los pueblos: cachorro negro, pantalón gris con camisa a rayas, chaleco con la muselina y el fajín negro».
En 2018 en su afán de demostrar permanentemente su respeto hacia la gente de la tierra canaria y queriendo «mantener y rescatar la historia de los pastores y el duro trabajo que conlleva» idearon un proyecto interactivo entre la música y lo visual para no olvidar una actividad que marcó la vida de los habitantes de las medianías durante generaciones: el pastoreo. Su homenaje a los pastores grancanarios es otra muestra del buen hacer hacia lo que nos define como pueblo.
Hoy, con todo mérito pregonan las Fiestas de San Vicente Ferrer el presente año. Es honra para ellos, es verdad. Pero es mayor honra para el pueblo que con esta decisión reconoce sus valores y pone al grupo de Los Labradores de Valleseco en el lugar que merecen. Los pueblos de consideración y estima saben tener esos gestos.