Santa Lucía de Tirajana

Don Enrique y doña Clara resisten

Los recuerdos de los maestros quedan en la memoria de los vecinos ante el derribo del colegio para levantar la Casa de Cultura

Una máquina, ayer, durante el inicio de los derribos del viejo colegio público de Santa Lucía.  | | A.S.T.L.

Una máquina, ayer, durante el inicio de los derribos del viejo colegio público de Santa Lucía. | | A.S.T.L. / LP/DLP

Antiguos alumnos recordaban ayer frente a la escuela a don Enrique y doña Clara, que «fueron muy buenos maestros». A las 10 y media de la mañana de ayer, en horario muy escolar, comenzaron los trabajos de demolición del antiguo colegio público de Santa Lucía de Tirajana, en la zona alta del municipio. En este solar se construirá la Casa de la Cultura de Santa Lucía, un proyecto del Ayuntamiento que también albergará un museo con la colección de restos arqueológicos de la familia Sánchez Araña.

Tano Toledo , Fefa Sánchez y Carmen Toledo conversaban en un banco de la plaza de la iglesia de Santa Lucía casco, de fondo se oye el ruido de la pala que a menos de cien metros está tirando abajo las paredes de la antigua escuela, cerrada en enero de 1980. Fefa mostró un álbum de fotos antiguas, donde se ve el colegio, los niños y las niñas separados en diferentes clases, y los maestros, informó el gaboinete municipal. ·Este es don Enrique, que le daba clase a los niños, y ahí está doña Clara, la maestra de las niñas», decía Fefa.

Cuando llevan un rato de conversación se incorporó otro antiguo alumno del colegio, Francisco García, alcalde en funciones de Santa Lucía de Tirajana. «Bueno, yo estuve los tres últimos cursos antes de que se cerrara el colegio- apunta el primer edil- y esos años ya empezaron a hacer las clases mixtas».

«Yo creo que fue uno de los primeros colegios que tuvo botiquín», dice con tono de orgullo Fefa. Carmen Toledo señalaba otra foto «fíjate en las pizarras, encima estaba el abecedario en minúsculas y en mayúsculas». El alcalde toma otra foto en su mano y hace gala de buena memoria «miren aquí está Julito Marrero, Pepito el guardia, Margarito Ramírez…».

El alcalde explicaba que el colegio «fue primero una antigua tienda, luego fue colegio, también se celebraban aquí las primeras comuniones y fue sede de la Asociación de Vecinos el Roquete, por eso se trata de una construcción que forma parte de la historia de Santa Lucía». La Casa de la Cultura podría estar terminada en diciembre de 2024, según los cálculos municipales, «y entre museos y centros de interpretación contaremos con seis instalaciones de este tipo», dijo el alcalde.

Todos guardan buen recuerdo de sus maestros, don Enrique y doña Clara. Fefa recuerda que «nos llevaron de excursión a muchos sitios, a la Casa de Colón, a la Feria del Atlántico, a la playa, vernos todas juntas en una guagua era una auténtica fiesta». Carmen agradece «que gracias a doña Clara aprendí todos los ríos de España cantando, también usaba una regla para darnos en la mano si no nos portábamos bien o teníamos las uñas sucias, así aprendías que el lunes siguiente tenías que limpiarte bien las uñas después de jugar con la tierra».

Tano relataba: «íbamos al barranco a buscar el agua para hacer la leche, y lo pasábamos muy bien mientras íbamos a buscar el agua y nos bañábamos en un estanque, si tardábamos muchos aparecía algún padre con una caña para reprendernos».

«Tuvimos una infancia muy bonita», remarcaba Carmen Toledo. «No estábamos colgados al teléfono, cogíamos una soga y la amarrábamos a dos árboles en este parque y nos remábamos, hasta que llegaba el guardia, don Pepito, y nos la quitaba y acababa el juego».

Después de una hora y media de trabajo con la pala se ha convertido en un solar con escombros. Las pizarras, el abecedario en minúsculas y mayúsculas, la regla de don Enrique ya no están. Quedan en el recuerdo y en el álbum de fotos.