El vicepresidente y consejero de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, se comprometió este jueves a realizar las obras que sean necesarias para acabar con el deterioro en el Mirador de El Lloret, inaugurado hace poco más de un año, que achacó a la imposibilidad de suscribir un convenio con el gobierno municipal para el mantenimiento de esa atalaya porque se ha detectado un hundimiento en el entorno del acantilado que, previsiblemente, obligará a intervenir en esa zona para garantizar la seguridad de los transeúntes.
«Mi idea es no mirar para otra lado». Esa fue la respuesta de Hidalgo durante el debate de una moción del Grupo Popular en una Comisión del Pleno del Cabildo en la que propuso una actuación «urgente» para adecentar y embellecer el Mirador de El Lloret, que a juicio de su portavoz adjunta, Pepa Luzardo, se encuentra «en un lamentable y vergonzoso estado de abandono».
Hidalgo, que hasta junio fue alcalde de la capital y ahora dirige el área de Obras Públicas del gobierno insular, no negó el deterioro de ese mirador, que fue construido por la Consejería de Política Territorial del Cabildo e inaugurado por el presidente Antonio Morales el 15 de junio de 2022. Sin embargo, recordó que entre El Lloret y el Atlante confluyen responsabilidades del Ayuntamiento, del Cabildo, del Gobierno de Canarias y de la Demarcación de Costas, por lo que anunció que convocará una reunión con todas las administraciones implicadas para mejorar «cuanto antes» el perímetro del acantilado y decidir quién paga esas obras.
Al contrario que en los otros dos miradores que construyó el Cabildo en la ciudad, en la zona de Las Coloradas, en El Lloret no existe un convenio de mantenimiento porque tras el paso del temporal Hermine el Ayuntamiento informó de un hundimiento en el entorno y se pidieron nuevos informes a Costas y a Obras Públicas por si había riesgo para la autovía del Norte, la GC-2.
«No afecta a la carretera, pero sí se detectó un cierto horadamiento como consecuencia del embate de las olas y del Hermine, por lo que se recomendó vallar el entorno por seguridad, para que la gente no se acercara al límite del acantilado en todo ese entorno», explicó Hidalgo, quien subrayó que «no hay lugar para el convenio con el Ayuntamiento pues se va a tener que hacer algún tipo de intervención» en ese acantilado.
El consejero también recordó que el Cabildo, al final del pasado mandato, colocó una nueva valla de acero inoxidable desde las antiguas fábricas de El Rincón hasta el monumento del Atlante, sobre la que sí existe un acuerdo para su limpieza y mantenimiento.
Pepa Luzardo, al defender la moción de su grupo, dijo que el Cabildo gastó 53.000 euros en la construcción del Mirador de El Lloret «y ahora nadie sabe quien lo tiene que mantener», por lo que ofrece «una imagen de abandono y desidia» a los ciudadanos y turistas que pasan a diario por allí.
La consejera del PP también denunció el estado de los alrededores de la escultura de Tony Gallardo, con socavones y agujeros junto al muro de piedra que pueden provocar una caída directa al acantilado. También criticó el diseño del mirador, sin sombras en muchos metros alrededor y «con bancos para sentarse que en vez de estar dirigidos hacia el mar y la bahía lo están hacia la carretera».
Moción rechazada
La moción del PP para embellecer el entorno de El Lloret y el Atlante fue rechazada por el grupo de gobierno con el argumento de que algunas de sus propuestas son inviables y otras ya se están realizando. La votación arrojó el resultado de seis votos en contra (NC y PSOE), tres a favor (PP) y dos abstenciones (CC y Vox). «Es una pena que tan sólo un año después de su inauguración este mirador se encuentre en un estado tan deplorable, casi tercermundista, lleno de basura y suciedad, con vallas de obra tiradas por el suelo y sin una sola zona de sombra bajo la que poder sentarse para contemplar y disfrutar de unas vistas privilegiadas de esta parte de la capital grancanaria», señaló Miguel Jorge Blanco, portavoz popular. El PP también planteó la necesidad de ejecutar mejoras a lo largo del carril ciclo-peatonal que discurre desde El Rincón.