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San Bartolomé de Tirajana

Veinticinco años agarrados al risco

El Club de Montaña y Escalada To’patras conmemora su cuarto de siglo con una charla de los deportistas Edu Marín, su hermano Álex y su padre Francisco ‘Novato’

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Club de Escalada To'patrás Cedidas Club To'patrás

Alejandro Martín tenía 11 años cuando a mediados de 1998 pasó por la puerta del pabellón deportivo de San Fernando y vio unas planchas de fibra en el suelo. Preguntó qué era aquello y se enteró de que el Ayuntamiento estaba levantando un rocódromo de nueve metros de altura. Semanas después fue a la inauguración, probó a realizar una escalada y al día siguiente ya tenía sus pies de gato y su arnés, un material que mantiene hoy con 37 años y como presidente del Club de Montaña y Escalada To’patras de San Bartolomé de Tirajana.

De aquello hace 25 años, los mismos que este año celebra el colectivo, que nació casi de la mano de la infraestructura deportiva. «Este es el municipio de la isla que más sectores de escalada tiene y cada vez se animan más personas y vienen más extranjeros de turismo activo», señala.

El club que Alejandro preside desde 2018, y que dirige el funcionamiento de la escuela municipal de escalada, nació el 15 de julio de 1998 de la mano de Álvaro Mejías, Jorge Ortega, Moisés Mejías, Jesús Pascual, Ramón Ventoso y Roberto Hernández, seis amigos aventureros que querían «trasmitir lo bien que lo pasábamos escalando y la pasión que compartíamos cuando íbamos a la montaña», relata el que fuera su primer vicepresidente, Jorge Ortega, quien además reclama una mayor infraestructura como albergues y guías para fomentar aún más este deporte en la isla.

Jornada de escalada en Fataga. Cedida por el Club To’patras

El club que arrancó con seis miembros tiene hoy 50 niños entre ocho y 16 años y otros 50 adultos, y anota 181 asociados a la federación regional.

Aquel innovador rocódromo se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la escalada al tiempo que los fundadores empezaron a equipar vías de escalada en montaña en Fataga, en las inmediaciones de las presas de Chira y Ayagaures, La Candelilla -cerca de Ayacata-, y la zona de El Berriel, cinco sectores que hoy son de los más demandados por los escaladores y que posicionan al municipio como destino preferente para practicar este deporte. El sector estrella es La Candelilla, una pared de hasta 35 metros de altura con unas 60 vías de escalada, aunque el club tiene especial cariño por las vías de Fataga, donde nació su escuela y donde está la que considera la subida más dura: la Andujar Power, una vía corta de agarre muy pequeño.

«Este es un deporte extremo y de adrenalina, pero seguro; cuando la escalada gusta se convierte en un deporte para toda la vida», señala Martín

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El crecimiento el club ha ido en paralelo al incremento de eventos en los que participaba y organizaba, como el Moganbloc, el Encuentro de Jóvenes Escaladores, el Campeonato de Canarias o el Campeonato de Maspalomas, entre otros. «Los eventos que hacemos cada vez son más y mejores, llegan a más personas y traemos a más profesionales de la escalada a nivel nacional», destaca su presidente, «aunque lo más importante es que hemos creado una familia». Entre los hitos de este club está haber entrenado a los campeones de España Maja Jonjic y Samuel Calvente, también varias veces campeones de Canarias.

Instalaciones

Las instalaciones donde el club dirige la escuela municipal de escalada también han crecido y ahora cuentan no solo con el rocódromo de nueve metros, sino con un área de boulder para competición, otra de boulder preparada para los entrenamientos de resistencia y otra de campos para entranamientos de fuerzas. «Este es un deporte extremo y de adrenalina, pero seguro», señala Martín, «cuando la escalada gusta se convierte en un deporte para toda la vida».

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Inauguración del rocódromo Club Topatras Cedidas Jorge Ortega

El club cuenta con otros monitores, Diego Cazorla y Jorge Ramírez. Este último llegó hace 10 años como otro de aquellos niños curiosos que pasaban por la zona. «A mi la escalada me aporta libertad, me da alegría y satisfacción; no es ir a una montaña y escalar una pared, sino todo lo que la rodea: estar en la naturaleza y crear vínculos con otras personas». Jorge venía del fútbol pero se acabó formando como guía de barranquismo e incluso abrió en 2020 una empresa de turismo activo. «Las nuevas generaciones vienen muy motivados y eso nos da aliento para seguir progresando», añade. Ambos deportistas destacan la importancia de esta modalidad para afrontar situaciones cotidianas. «En la escalada hay problemas que resolver y mucha frustración a la que hay que buscar solución, y eso es extrapolable a la vida». 

Para conmemorar sus 25 años, el escalador Edu Marín ofrece este viernes una jornada sobre la gestión del miedo al caer y el sábado a las 18.00 horas el centro de mayores acoge la proyección de la película Valhalla, cielo de roca, en la que se narra la experiencia de Marín, su hermano Álex y su padre Francisco ‘Novato’ en el gran arco de Getu en China en 2019. Luego darán una charla. Colabora la concejalía de Deportes.

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