Santa Brígida

Los libros recorren las calles de Santa Brígida

El municipio coloca nueve casitas de madera repartidas por los barrios con libros en su interior para fomentar el intercambio entre ejemplares

La intención es promover la lectura y hacer que las historias vuelen de las bibliotecas a las calles

Una chica hace uso de los libros ubicados en las casitas de madera

Una chica hace uso de los libros ubicados en las casitas de madera / Andrés Cruz

Santa Brígida

Un centenar de libros han viajado de los hogares y la biblioteca municipal de Santa Brígida hasta las calles. Resguardados en casitas de madera, desde hace un poco menos de un año, la iniciativa ha sentado bien a la población de la Villa, que ha entendido a la perfección la importancia de la lectura, y la intención del ayuntamiento con esta idea, que no es otra que hacer que las historias vuelen de un hogar a otro, creando sueños.

Las calles de Santa Brígida están llenas de historias. Y no de esas que van detrás de cada persona, que también, sino las que cuentan los cientos de libros que hay ubicados en determinados puntos del municipio dentro de casitas de madera y con la firme idea de que la lectura llegue a todos los públicos y llene de historias, sueños e ilusión a todo el que los lee. Se trata de una iniciativa que llegó hace casi un año, y que hasta entonces se ha mantenido debido al buen recibimiento por parte de la población, que durante este tiempo le ha dado un buen uso. Con cara de asombro, una de las vecinas de la villa, que prefiere mantenerse en el anonimato, mira los libros que hay dentro de las casitas.

Su vida profesional la hace estar constantemente entre Gran Canaria y Berlín, por lo que durante todo este tiempo no se había fijado en esta nueva iniciativa, tan normal y habitual en las calles de Alemania. "Allí es muy común ver todas estas cosas, dar una segunda vida tanto a los libros, como a la ropa o a las cosas que ya no usas", dice. Ella, en su Santa Brígida natal aún no ha tenido la oportunidad de realizar un intercambio de libros, pero asegura que en Berlín lo hace muy a menudo. "Esto es una iniciativa que tenemos que aprovechar, porque es una pena que compremos libros, los leamos y los dejemos tirados, porque yo por ejemplo tengo muchos que nunca más he vuelto a leer", asegura.

Desde la biblioteca municipal, cada vez que llegan libros que donan, se aprovecha para ver si ya cuentan con esos ejemplares, y si la respuesta es sí, y están en buen estado, se llevan a estas casitas para que la gente los pueda aprovechar. "Hay libros para todo tipo de lectores, y lo que queremos dar a entender a la población es que los libros no solo están en las bibliotecas y en los estantes, sino que también deben tener alas y volar para llegar a todo el mundo y en cualquier lugar", explica Avelina Fernández, concejala de cultura, comunicación y patrimonio de Santa Brígida.

Libros en movimiento

Desde la biblioteca municipal, dejan clara la idea de que no se trata de quitarse libros de encima, sino compartir aquellos que consideras adecuados y que la historia haya gustado. "Queremos que los libros estén en constante movimiento, coges uno y pones otro, porque la cosa es no dejar nunca las casas vacías, sino que siempre haya algún libro que leer y nadie se quede sin hacerlo por no tener libros en casa o bibliotecas a mano", asegura Avelina Fernández.

Los libros se renuevan tanto por parte de la biblioteca, como de las propias personas que cogen y dejan otros ejemplares

María Dolores Alonso es una lectora habitual de los libros de estas casitas, y es que tal y como ha explicado, ya es la cuarta vez que acude a una de ellas para entretener a sus dos nietas, de ocho y tres años. "Todos los libros que he cogido están en buen estado, y lo mejor de todo es que hay para todas las edades", dice. Una iniciativa "estupenda", como asegura María Dolores que sirve para "dar alas y vida" a través de la lectura. "Leyendo descubres cosas nuevas y eso es muy positivo para todos. Yo los cojo y cuando los leo los vuelvo a poner donde estaban, y los libros que tenemos en casa sin usar, los ponemos en las casitas para que lo disfruten otras personas", comenta.

A pesar de que las nuevas tecnologías han hecho que la lectura se haya visto afectada, son muchos los que siguen apostando por un libro antes de dormir, para empezar a soñar antes de tiempo. Una idea que en Santa Brígida han adoptado con mucho cariño y con la que se pretende cambiar la mentalidad de que las cosas de segunda mano no sirven. Aunque hasta el momento no se han obtenido datos de los libros que han podido entrar y salir de cada una de las casitas disponibles, en total nueve repartidas por el municipio, desde la biblioteca municipal y el área de cultura se está buscando la manera de conseguir datos y saber qué tipo de lectura interesa más a los usuarios, para así reponer los más demandados. En estas fechas, con la Navidad presente, desde la biblioteca han introducido más ejemplares. "No queremos que nadie se quede sin un libro en estas fechas", sentencia Avelina Fernández.

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