San Bartolomé de Tirajana
Maspalomas, en la cara oculta de la Luna
La estación del INTA en San Bartolomé de Tirajana ayudará en la entrada a la atmósfera de la misión china Chang’e 6, la primera de la historia que trae muestras del hemisferio ‘invisible’ del satélite

Recreación del despegue de la misión Chang’e 6 desde la cara oculta de la Luna este viernes 6 de junio. / CNSA

Los especialistas de la estación de seguimiento de Satélites de Observación de la Tierra del Inta en Maspalomas están ‘sacando brillo’ a su antena de 15 metros para cubrir la reentrada a la atmósfera de una de las aventuras estrella de lo que va de este siglo XXI, la de la misión Chang’e 6 de la Administración Nacional Espacial China (CNSA) que, entre otros hitos, ha protagonizado el primer lanzamiento de la historia de una cápsula desde la hasta ahora casi inaccesible cara oculta de la Luna.
Para poner en contexto la misión hay que reseñar que la Chang’e 6 partió de la Tierra el pasado viernes 3 de mayo para alunizar un mes después, el 1 de junio, en uno de los mayores cráteres del satélite, ubicado en la parte del polo sur de su cara oculta, en la cuenca Aktken, llevando a bordo un sistema con brazo robot para taladrar la superficie y extraer entre dos y tres kilos de muestras.
Su siguiente paso tuvo lugar el pasado martes 4 de junio, cuando la sonda, una vez hecho acopio de las rocas y tras disparar unos mecanismos explosivos, se libera de su estructura de alunizaje para volver a situarse en la órbita lunar, punto en el que se acopló este jueves 6 de junio a otro segmento de la nave original al que descargará la carga de material lunar y que será con el que regrese a Tierra.
En trayectoria
Pero, para ello, deberá esperar otros 14 días orbitando la Luna hasta dar con la ventana exacta en la que ‘apuntar’ a Mongolia Interior, que es el lugar elegido por la Administración Nacional Espacial China (CNSA) para su aterrizaje, y es ahí, en esa delicada reentrada donde entra de lleno el papel de la antena de 15 metros del Inta en Maspalomas, ya que se encuentra dentro de esa trayectoria.
Para explicar este proceso nadie mejor que el canario Daniel Marín, astrofísico y uno de los mejores divulgadores de España en esta materia, como atestigua el Premio Bitácoras 2012 y el Premio 20Blogs 2015 al mejor blog en la categoría de ciencia, al que se añade el Naukas 2013 al mejor blog de divulgación científica.
Marín detalla que el papel de Maspalomas en esta misión «es muy interesante», y que con ella repite colaboración con la agencia espacial china, ya que su función «será muy parecida a la de su antecesora, la Chang’e 5, que tuvo lugar hace cuatro años con el mismo propósito de recoger material, pero en aquel caso de la cara visible de la Luna».
Según añade, los chinos no cuentan con estaciones de seguimiento terrestres en occidente, aunque sí una serie de barcos con sistemas de seguimiento, sobre todo en el Pacífico, y además por motivos políticos no pueden acceder a la red de seguimiento espacial de la NASA en Madrid, pero sí a las de la Agencia Espacial Europea. De hecho, gracias a esta misión, ahora se encuentran en la cara oculta tres instrumentos europeos que han viajado con la Chang’e 6: el detector francés de radón DORN; el retrorreflector láser italiano INRRI; y el sensor sueco de viento solar NILS, herramienta, esta última, que ha logrado descubrir «un nuevo componente del plasma en la Luna que abre una ventana para la física espacial y para las misiones humanas y robóticas», según explícita un comunicado de la ESA.
Rebote en la atmósfera
El siguiente gran paso tendrá lugar cuando la cápsula de reentrada se acerque a la Tierra el 25 de junio a una velocidad crítica de 11 kilómetros por segundo.
Esta elevada velocidad, que implican fuerzas de hasta 40 G, -las naves tripuladas entran a ‘solo’ 8 kilómetros por segundo- obliga a ingresar en la atmósfera para preservar intacta su carga recurriendo a la denominada doble reentrada, similar a cuando se tira una piedra lisa sobre la superficie del agua. Así, la nave entra en un ángulo inclinado sobre las capas altas de la atmósfera y literalmente rebota, con la consiguiente -y necesaria- reducción de velocidad.
Para dar idea de estos parámetros hay que subrayar que el primer toque tendrá lugar sobre Oriente Medio y, el segundo, sobre Mongolia Interior, y para ello es fundamental conocer la telemetría mediante la estación de Maspalomas para poder conocer su situación exacta, «porque cualquier mínima desviación en este proceso significa una variación de kilómetros en una dirección u otra».
Esto es fundamental para agilizar al máximo «la recogida de las muestras que trae de la Luna», subraya Marín, para no desvirtuar su contenido en caso de una brecha del contenedor o cualquier otra incidencia, incluidas las meteorológicas.
Si todo sale según lo previsto, China, que hace apenas 20 años no tenía programa espacial y hoy tiene a tres compatriotas permanentemente en su flamante estación orbital, Tiangong, estará aún mucho más cerca de ‘reinar en la galaxia’, Maspalomas mediante.
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