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Agüimes

El portal de Belén más reivindicativo

Dámaso Suárez, creador del nacimiento más grande del Sureste en la iglesia del Cruce de Arinaga, clama para no anteponer el alumbrado a la tradición y alerta de la pérdida de belenistas artesanales. Se inaugura el domingo con las fiestas de La Milagrosa

Agüimes

Quién más o quién menos ha visto de cerca en su casa, la de sus de amigos o familiares un portal de Belén en Navidad. Montarlo era un ritual. Sobre una mesa donde se dibujaba un escenario al detalle recreando el momento del nacimiento del Niño Jesús. Casero, se usaba por ejemplo la tapa de un bote recubierta con papel de aluminio con agua emulando un pozo; se cubría con a ras el borde de la mesa con un poco de tierra para plantar el alpiste o grano, regarlo a diario para que brotara el verde. Mientras, se colocaban las pequeñas figuras de las pastorcillas, los corderos o cabras, los Reyes Magos sobre camellos llegados del desierto camino al pesebre por un sendero de arena. En la cueva de cartón piedra esperaban las figuras de San José la Virgen María y la cuna de madera del Niño Jesús con el buey y la mula custodiando la entrada. Alegraba y divertía a pequeños y grandes de la casa. Esta tradición, la familiar, se ha reducido a un rincón de la vivienda "porque cada día son más pequeñas, y casi ocurre lo mismo con los belenistas aficionados. Cada vez se hacen menos belenes en los municipios, de los que hacemos los costumbristas por amor y sin cobrar. Hay que recuperar esta maravilla popular y nunca perder la tradición. Valen los alumbrados, pero que vivan más los belenes".

600 figuras y 2.000 visitantes

Lo lanza Dámaso Suárez, amante de esta afición que lleva en vena desde los ocho años. Ultima este jueves como hace más de 15 años el Belén insignia del Sureste grancanario en la iglesia San José obrero del Cruce de Arinaga, que se bendice el sábado y se inaugura el domingo con la misa de las 12.00 horas que abre las fiestas de La Milagrosa, la copatrona de la parroquia de este barrio de Agüimes. Ha recopilado 600 figuras en este tiempo y como novedad, este año incorpora un pozo en miniatura hecho a mano por su padre, Carmelo Suárez, copia del real en el que trabajó toda su vida. "Hasta el motor lo hizo a mano", detalla como curiosidad.

Réplica del pozo en miniatura con motor que hizo el padre de Dámaso.

Réplica del pozo en miniatura con motor que hizo el padre de Dámaso. / La Provincia

Otro añadido este año, el vestido en miniatura confeccionado por las caladoras de Ingenio, una filigrana para el Niño Jesús. "Pasaron el año pasado y se quedaron encantadas con este Belén y quisieron regalarlo este año para que lo luzca, que normalmente está desnudo", comento.

El Belén del cruce, que solo en visitas guiadas recibió el año pasado a más de 2.000 personas, está ubicado en una de las naves de la iglesia San José Obrero, de unos 400 metros cuadrados de los que ocupa buena parte este diseño. Es característico también por su cascada, de cuatro metros de altura o su casa de Herodes, que trabajó a mano el propio Dámaso en cartón.

Ruta de belenes, no de luces

Son detalles que quiere poner en valor, no tanto por su trabajo, que es una afición desde niño, o el de su padre, sino por reivindicar que la Navidad siempre se ha caracterizado por la ruta de los belenes "y este año es por los encendidos navideños". No se muestra contrario al boato que hace unos años rodea las luces y elementos ornamentales en las calles de los municipios tras el contagioso atractivo turístico que supuso el del ayuntamiento de Vigo con su espectacular árbol. Pero lo que sí reclama como belenista es "mayor atención a lo nuestro, nuestras tradiciones".

Vestido regalado al Niño Jesús por las caladoras de Ingenio

Vestido regalado al Niño Jesús por las caladoras de Ingenio / La Provincia

Argumenta que, por ejemplo Moya fue un municipio referente en los portales de Belén "había cuatro o cinco y eran una maravilla, pero este año ni sé si Sionita lo hará". Con ello se refiere a que la tradición del belenista se pierde a pasos agigantados "comidos por empresas que son las que se encargan ahora de realizarlo en grandes centros comerciales, pero pagando".

Para Suárez no supone un sacrificio, sino todo lo contrario, montar el Belén "porque me gusta. Pero mi empeño es que se recupere también entre las familias, en sus casas". Dice ser consciente de que hoy día los espacios en las casas son más reducidos, pero no por ello debe perderse el tradicional portal de Belén.

El pozo en miniatura es uno de sus orgullos, lo hizo su padre a mano, durante dos años. Hasta el motor lo elaboró". Es en movimiento y recrea el mismo en el que Carmelo trabajó durante muchos años: "Era en la granja de doña Pino, el pozo de la Chozuela", recuerda. y apunta además que estas actividades incluso ayudan y motivan a personas mayores, como a mi padre".

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