Colombofilia
Una plaga de halcones arrasa con las palomas mensajeras de la Isla
Los aficionados a la colombofilia advierten de pérdidas de hasta el 40% por ataques de las rapaces, que afectan sobre todo al Norte y a la capital

Un nido de halcón en la azotea de un edificio. / LP / DLP
Una plaga «bestial» de una especie exótica como el halcón peregrino está poniendo en peligro la continuidad de una práctica centenaria y muy canaria como la colombofilia, tras detectarse matanzas de palomas mensajeras en los últimos años, sobre todo en los municipios del Norte y Las Palmas de Gran Canaria. El colectivo reclama que se tomen medidas para el control de estas aves rapaces, tras sufrir entre un 35 y 40% aproximadamente de pérdidas en los palomares, causando también un gran daño sentimental y económico a los aficionados. Además, el colectivo señala que este fenómeno está ocasionando también estragos entre jilgueros, gorriones, la paloma rabiche y especies autóctonas.
La naturaleza suele autorregularse. Sin embargo, los amantes de las palomas mensajeras han detectado un creciente fenómeno, que ha llevado a muchos aficionados a la colombofilia a abandonar o replantearse si merece la pena continuar con su afición.
El colombófilo Juan Diego Cazorla sitúa el origen de este problema en la creciente colonia del halcón peregrino, una especie invasora foránea, y que se ha ido expandiendo de forma incontrolada en las Islas, gracias a que se han podido asentar en muchas ocasiones en las azoteas intransitables de los edificios, donde crían a sus pollos. Y, para sobrevivir, se alimentan entre otras aves de las palomas mensajeras.
Arucas, Firgas, Escaleritas
La colonia puede rondar el millar en Canarias y entre 300 y 400 en Gran Canaria, que es una de las islas más afectadas por esta situación, junto a La Palma y Tenerife. A esto se suma que también se ha ido mezclando con especies canarias como el Tagarote, creando una hibridación dañina para el equilibrio del ecosistema local.
Juan Diego Cazorla: «Es muy triste ver a señores de 75 y 80 años, que llevan toda la vida en esto, llorar a lágrima viva por estas muertes»
Juan Diego Cazorla aclara que estas aves rapaces solo actúan contras las mensajeras, porque vuelan a gran altura, mientras que las palomas callejeras se mueven a ras de suelo, por lo que pueden evitarlos.
El especialista en esta actividad centenaria señala como ejemplo el caso de un aficionado que soltó su paloma mensajera en África, y al llegar a la Isla tras muchos kilómetros de vuelo fue atacada por uno de los halcones asilvestrados. «Es lo más triste que puede vivir un colombófilo».

Una paloma que fue atacada y se pudo escapar del halcon. / LP / DLP
El problema tiene una especial incidencia en municipios del Norte como Firgas y Arucas, junto a Las Palmas de Gran Canaria, aunque se extiende a todo el territorio insular. En el caso de la capital, se han detectado nidos en barrios como Escaleritas y Guanarteme, donde han podido ir multiplicándose. «Es muy triste ver a señores de 75 y 80 años, que llevan toda la vida en esto, llorar a lágrima viva», reconoce, mientras recopila numerosas fotos y vídeos de palomas masacradas por las rapaces.
Uno de los orígenes de este problema, según creen, puede surgir en las campañas llevadas a cabo en la capital hace años para erradicar las palomas, y en su crianza en cautividad. El resultado, añade, es que se está haciendo un daño terrible a un deporte de más de 100 años, al que «puede que le queden pocos años de existencia». A su juicio, también está haciendo daño a los conejos y perdices, que sirven de alimento para estas aves.
Diez juntos
El colectivo recalca que la colombofilia es una práctica centenaria, muy arraigada en Canarias. «Estamos desesperados», señalan. «No hablamos de matarlos, sino de inseminarlos para evitar su procreación». Y señala que hay un vídeo en el que se llega a contar hasta 10 halcones en un mismo espacio en el aire atacando a palomas. «Son muy territoriales», insiste. Y advierte de que, en una situación límite, puede llegar a atacar a crías de perros.
«No hablamos de matarlos, sino de inseminarlos para evitar su procreación»
Juan Diego Cazorla se queja de que, incluso, se ha visto a algún cetrero en la vía pública, lo que da idea de la falta de conciencia sobre el peligro que supone.
El problema se ha intensificado en los últimos tres años, alcanzando tintes «dramáticos» en los últimos 24 meses.

Halcon Peregrino sobrevolando Guanarteme. / LP / DLP
El colectivo ha señalado en una carta al Gobierno de Canarias que estas aves de presa «son inteligentes y, ‘como buenos turistas’, se prendaron del clima canario y de la benignidad de su fauna. Ningún depredador. Por el contrario, presas mansas, nada rápidas y sin experiencia frente a sus perseguidores. Todo ello hasta llegar hasta las fechas actuales en las que el halcón peregrino es el rey de los cielos canarios, habiendo crecido sus números de tal manera que, como la mala simiente, ha invadido toda Canarias, esquilmando no solo a nuestras mensajeras, sino también a aves de las que nos sentimos orgullosos; jilgueros, gorriones, la paloma rabiche...», detallan.
Carta al Gobierno de Canarias
Los deportistas federados en el ámbito de la colombofilia de la Comunidad Autónoma de Canarias, que reúne a cerca de 2.000 aficionados, remitieron este año una carta al área de Medio Ambiente de la consejerÍa de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias «en demanda de adopción de medidas destinadas a la defensa de la práctica deportiva de la paloma mensajera, así como el mantenimiento del equilibrio de la fauna autóctona canaria, puesto en peligro por el exagerado desarrollo del halcón peregrino, especie exótica, extraña e invasora en nuestro entorno, en el que no tiene depredadores que cumplan con la función de equilibrio y armonía que impone la naturaleza para la supervivencia de todas las especies».
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