Telde

Mucha devoción, 'voladores' y solo un puesto de caña dulce en su fiesta de Jinámar

El Día grande de la fiesta de la Concepción en Jinámar llenó de fieles el barrio aunque solo con tres puestos de agricultores locales. Una incidencia paró la procesión y los interminables fuegos artificiales imperceptibles de día solo sirvieron para espantar al ganado y mascotas

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El día grande de las fiestas en honor a la Virgen de la Concepción de Jinámar en Telde con la misa principal y la magna procesión se vivió este domingo con intensidad, aunque con menos participación a todos los niveles. La fiesta también llamada de la caña dulce bajó en visitantes y se quedó tan solo en 3 puestos para productores agrícolas locales, uno de caña dulce, otro de naranjas y un tercero para producir guarapo con toque alemán. La feria de ganado mantuvo el tipo con sus 60 ejemplares por la tradición y para alegría de pequeños y mayores. Aunque se vieron alterados como las mascotas por los interminables fuegos previos y traca final que solo se notaron de día por el ruido insoportable. El percance por atragantamiento de un hombre que paralizó un momento la procesión fue la anécdota de la cita que se convierte año tras año en obligada para muchos feligreses, vecinos o no de Telde. Es el caso de Inés Santana, de la capital. Acudió por primera vez a la procesión con sus padres con solo cuatro meses. Desde entonces no falla cada año porque recuerda este día como de los "más felices" de su niñez y juventud y ahora más, porque murieron sus padres", comentó entre lágrimas esperando la salida de la procesión. Inés mantiene esta devoción y acude ahora con su marido y nieto.

Un puesto de caña dulce

Quejas y muchas de algunos asiduos en el día grande de las fiestas, al ver que la también llamada fiesta de la caña dulce solo contaba con un puesto, el de Ángel, que había vendido 1.000 kilos de caña moscatel en tres días y lleva desde 1989 con este puesto fiel a la cita. También estaba en la plaza, pero sin su puesto de caña dulce, Domingo Santana, que abrió el sábado y lo cerró este domingo porque quería ver a la virgen en día grande. Un segundo es de Teresa, de naranjas de todos los tipos, aguacates guayabos. A las claras dijo "esto no es lo que era, se están cargando esta fiesta", dijo en alusión a la organización y la casi nula participación de sus colegas agrícolas, que otros años llenan los alrededores de la iglesia.

Además, un puesto de guarapo, que transforma la caña dulce en líquido en una máquina que manejaba Daniela, de nacionalidad alemana, mientras su marido servía a los clientes vasos del dulce manjar solo o con misterio, un mojito.

La Fiesta de la Inmaculada en Jinámar

La Fiesta de la Inmaculada en Jinámar / José Carlos Guerra

La devoción de Inés

"Venir a ver a la virgen suponía estar en familia comiendo caña dulce o naranjas y pasar una jornada completa este día grande", que lo ha sido para Inés Santana , que vive en la capital grancanaria, casada con Andrés Falcón. Tienen dos hijos y un nieto. Son su alegría, como lo es la devoción que siente por la virgen de la Concepción de Jinámar. Incluso mantiene una alerta en el móvil para este día "sé que no se me va a pasar, pero la mantengo por si acaso". Esperaba fuera de una iglesia abarrotada de fieles y esperó a ver salir en su trono a la virgen "porque quiero recordar este momento todos los años", dijo casi llorando, mientras su marido dijo con cariño "es que cada vez que los recuerda se pone así". Quiere mantener viva la tradición que le inculcaron sus padres, a los que perdió en solo dos años. Ahora Inés mantiene esa devoción y tradición y como miles de fieles acudió este mediodía de domingo e a ver salir del pórtico de la iglesia a la Virgen en su trono para iniciar el recorrido habitual.

Inés Santana y su marido, Falcón, este domingo.

Inés Santana y su marido, Falcón, este domingo. / La Provincia

Misa, procesión, percance y traca

La menor afluencia de visitantes no restó un ápice el fervor, fe y canariedad que arrancó su plato fuerte a las 12.00 30 horas con la misa oficiada en el templo, abarrotado de feligreses por la Virgen de la Concepción, presidida por el vicario episcopal de la zona sur de Gran Canaria, Antonio Juan López González, y concelebrada por varios sacerdotes.

El mercadillo y la feria de ganado, en zonas colindantes a la plaza, se encontraban llenos de personas desde por la mañana, hasta que finalizada la misa, fueron llegando por goteo para agolparse y presenciar ante el pórtico de la iglesia la salida de la virgen para iniciar el recorrido en procesión pasadas las 13.00 horas.

Al poco del recorrido, un hombre que presenciaba el cortejo sufrió un atragantamiento cuando la procesión subía por la carretera vieja de Jinámar. El dispositivo de emergencias se organizó rápido. Entre los operarios de la empresa privada y los de la ambulancia el servicio del 1-1-2 se entendieron: "Sube por detrás con la ambulancia, porque la otra que está abierta es de piedras y no sé si está cerrada".

La asistencia llegó a tiempo, el afectado por el percance fue atendido que tras el susto y prosiguió, como la procesión con su recorrido, con la comitiva institucional encabezada por el alcalde de Telde, Juan Antonio Peña, la Banda Municipal de Música y numerosos feligreses. Durante el trayecto, varios solistas interpretaron composiciones en honor a la Virgen, donde no faltaron bailes al son de chácaras.

Lo peor, la interminable secuencia de fuegos artificiales antes y sobre todo, al término de la procesión. Lo más que hicieron fue alterar a mascotas y ganado y los oídos de los presentes. "No sé cuánto les habrá costado, pero para la porquería que no se ve de día y lo molesto que son, se los podían haber ahorrado", dijo Juani, que se iba de retirada con su hija sin poder hablar por móvil "porque no escucho nada".

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