Santa Brígida | José Miguel Bravo de Laguna Alcalde de Santa Brígida

José Miguel Bravo de Laguna: «No habrá sorpresas en mi retirada porque los pactos son para cumplirse»

«El pacto de gobierno con Ando Sataute y el PSOE va funcionando bien y pienso que acabará el mandato» , afirma el político

José Miguel Bravo de Laguna, alcalde de Santa Brígida

José Miguel Bravo de Laguna, alcalde de Santa Brígida / Juan Castro

José Miguel Bravo de Laguna, uno de los pocos políticos grancanarios de la Transición que siguen activos, se retira definitivamente de la vida pública y cederá la Alcaldía de Santa Brígida a José Armengol, tal como se firmó en junio de 2023. Pese a reconocer que ha recibido insinuaciones para romper ese acuerdo y seguir con el bastón de mando, en esta entrevista afirma que no habrá sorpresas por los pactos se hacen para cumplirse. 

La vida municipal anda algo revuelta en Gran Canaria, pues en solo año y medio de mandato ya ha habido tres mociones de censura -San Mateo, Guía y Agaete- y la renuncia del alcalde de Ingenio, a lo que se suma la posible ruptura en Nueva Canarias. ¿Habrá un relevo tranquilo en la Alcaldía de San Brígida el próximo 31 de diciembre?

Sí, yo entiendo que sí. Lo correcto es que lo hagamos así. Tenemos un pacto llamado time sharing, a tiempo compartido, en la Alcaldía. Desde el principio se acordó entre las tres fuerzas políticas que constituimos el grupo de gobierno, Ando Sataute, el PSOE y Unidos por Gran Canaria, que yo ocuparía la Alcaldía hasta el 31 de diciembre de este año y luego me sustituye José Armengol, que además ya fue alcalde. Por tanto, se va a producir así. La idea que tengo es convocar un Pleno el día 30, porque el 31 no es hábil para el personal del Ayuntamiento, para anunciar mi renuncia. Y permaneceré unos días como concejal para que el día 7 de enero se celebre el Pleno para elegir al nuevo alcalde. Como la persona que me sustituye tardará unos días en tener la credencial, lo que vamos a hacer es que yo votaré a Armengol y luego dejaré de ser concejal.    

¿Le han tentado para que incumpla el pacto con Ando Sataute y el PSOE y seguir en la Alcaldía?

Bueno, siempre hay conversaciones e intentos, hasta cierto punto explicables, de formar una mayoría alternativa . Téngase en cuenta que en el Ayuntamiento ningún grupo tiene mayoría. Los más votados fueron Ando Sataute y el PP, con cinco concejales cada uno, y la mayoría absoluta son nueve. Por tanto, hay una cierta fragmentación del espacio político y se pueden formar mayorías distintas. De hecho, nosotros, aunque solo tenemos dos concejales, desde el punto de vista del espectro ideológico estamos un poco en el centro y por eso, teóricamente, podríamos pactar por un lado o por otro. Sí, no puedo negar que ha habido conversaciones al respecto, pero por mucho que se insista en esa idea, yo creo que los pactos son para cumplirse y hay que ser serios. 

Usted cumplirá y cederá el bastón de mando a José Armengol, ¿pero lo hará también su partido hasta el final del mandato?

Sí. Yo no puedo responder de los actos de los demás, pero las dos concejalas, Purificación Amador y Carmen Juez, esta última que me sustituye a mí, son personas que en principio cumplirán. También podría romperse no porque se quiera incumplir un pacto, sino por incumplimiento de los acuerdos. No puedo vaticinar que no haya algún problema de futuro, pero entiendo que no porque el balance de este año y medio es positivo. Hemos conformado un buen equipo de gobierno, muy coordinado. Yo implanté desde el principio la costumbre de reunirnos todos los lunes por la mañana, los famosos maitines que conocí en mi etapa de diputado nacional, y eso es muy conveniente, porque durante un par de horas intercambiamos opiniones y vamos conociendo lo que ocurre en las distintas áreas. Uno de los papeles de un alcalde es coordinar las acciones, yo no soy el jefe político de los demás grupos y cada uno responde a su propio programa y sus intereses, pero nos hemos coordinado bien y creo que el pacto va seguir.  

«No le guardo rencor al PP, hubo decepción y tristeza porque creo que cometió un error al no dejarme repetir»

Tras las elecciones municipales de 2023 sorprendió el pacto de Santa Brígida, pues parecía más lógico un acuerdo suyo y de su partido con el PP, no con fuerzas progresistas. ¿Cómo ha funcionado ese pacto con la izquierda ?

Va funcionando bien. Y no creo que sea tan sorprendente porque nosotros somos un partido de centro liberal y podemos pactar tanto por la derecha como por la izquierda. Y además, yo tengo una historia con el PP un tanto complicada, aunque aquí hay que prescindir de consideraciones de carácter personal o de historias particulares, porque entonces no acabaríamos nunca. Hubiésemos podido pactar perfectamente con el PP, son buena gente, alguno además procede de UxGC, pero creo que era más coherente el pacto que hicimos porque suponía un cambio. El pacto y el alcalde anterior, entre 2019 y 2023, fueron del PP, pero también es verdad que fue un periodo complicado porque gobernó en plena pandemia del Covid y tenía sus limitaciones presupuestarias y de personal.  

¿Le guardaba rencor al PP por haberle apartado hasta en dos ocasiones de la primera línea política e impedirle intentar un segundo mandato en el Cabildo.

No. Sinceramente tengo que decir que fue un error del PP, pero no tengo rencor. Tomó una decisión, la de no volver a presentarme como candidato a la Presidencia del Cabildo. Yo fui el cabeza de lista en 2011 y obtuvimos 14 consejeros, a falta de uno para la mayoría absoluta, por lo que pudimos gobernar hasta 2015 con un miembro de CC. Cuando ocurrió aquello, yo tenía dos posibilidades. Una era retirarme de la política, pues ya tenía años suficientes para ello, pero entendí que en Gran Canaria hacía falta un partido insular fuerte, pues era la única isla del Archipiélago que no lo tenía. Existía ATI en Tenerife, Asamblea Majorera en Fuerteventura, el PIL en Lanzarote, API en La Palma, AHI en El Hierro y el grupo de Casimiro Curbelo en La Gomera.  Así que formé ese partido, Unido s por Gran Canaria, y obtuvo un buen respaldo entonces, cuatro consejeros en el Cabildo y el PP solo seis. Ahí se fraccionó en parte ese electorado de centro derecha y la consecuencia fue que el más votado fue Antonio Morales. Seguramente, eso no hubiese ocurrido si hubiese sido yo el candidato del PP, pero eso ya es leche derramada y no hay que recordarlo. Hubo decepción, desengaño, tristeza, pero rencor no, prefiero huir de ese sentimiento, que de todas formas también es humano.

Después de ser diputado en las Cortes, presidente del Parlamento de Canarias y presidente del Cabildo de Gran Canaria , entre otras muchas cosas en política, ¿aún ha podido aprender algo como alcalde de su pueblo?

Sí, de todo en la vida se pueden aprender cosas. He dicho en varias ocasiones que yo, desde el punto de vista territorial, he hecho la carrera política un poco al revés de lo normal, porque empecé en las Cortes con Adolfo Suárez en la etapa constituyente. Soy el único diputado por Las Palmas de las primeras elecciones de 1977 que sigue vivo. Eran seis parlamentarios por esta provincia y los de la UCD sacamos cinco. Mis cuatro compañeros eran Fernando Bergasa, César Llorens, Rafael Martín y Nicolás Díaz Saavedra. El sexto fue Jerónimo Saavedra, el único diputado del PSOE. Estuve 13 años de diputado nacional, pues cuando desapareció la UCD me integré en el Partido Liberal y en Coalición Popular. Fui vicepresidente cuarto del Congreso, el único canario en todos estos años de democracia que ha presidido alguna sesión de la Cámara Baja, cuando no estaba Gregorio Peces Barba y los otros vicepresidentes. Y he acabado en el Ayuntamiento de Santa Brígida. Con otra paradoja, que mi hijo fue alcalde de este municipio mucho antes que yo. 

José Miguel Bravo de Laguna, este pasado viernes durante la entrevista.

José Miguel Bravo de Laguna, este pasado viernes durante la entrevista. / Juan Castro

¿Qué le ha faltado por hacer en Santa Brígida?

Evidentemente, un año y medio es poco tiempo para hacer cosas. Téngase en cuenta que es un municipio relativamente pequeño, con un presupuesto anual que no llega a los 20 millones de euros, por lo que la capacidad de maniobra es limitada. Me encontré con dos problemas principales que, por lo menos, intento dejar encauzados. Uno es el desarrollo de la propia villa, el llamado mamotreto, al que se ha denominado ya Gran Canaria Central gracias a una moción que hemos presentado nosotros y que se ha aceptado con unanimidad de todos los grupos. Lo llamamos Gran Canaria Central porque quiero darle un impulso a Santa Brígida desde lugar de referencia de toda la Isla, un punto de encuentro porque estamos a menos de diez kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria y de Telde. Por tanto, creo que es un sitio muy atractivo en lo medioambiental, lo social y lo cultural. Vamos a sacar por fin el concurso de proyecto y obra para desarrollar esa estructura, esa Gran Canaria Central, que tardará varios años. Va a ser exclusivamente de uso social y cultural, no va será un centro comercial, y además nos soluciona en buena parte los problemas de movilidad, porque están previstas no menos de 350 plazas de aparcamiento. El segundo problema importante que me encontré es la falta de una estructura organizativa en el Ayuntamiento, pues por ejemplo no tenemos una Relación de Puestos de Trabajo, la RPT. Y los convenios de los funcionarios y del personal laboral son de 2005 y de 2007, hay que actualizarlos. Eso también lo vamos a encauzar. Hemos tenido algunos desencuentros, por ejemplo con la Policía Local, pero hasta el último segundo de mi mandato estamos haciendo un esfuerzo por dejar esos problemas encauzados. No digo que resueltos, pero sí dando una solución razonable.  

Aunque se puede decir que usted ha tenido dos o tres carreras políticas distintas y aún podría seguir hasta mayo de 2027 como miembro del gobierno municipal de Santa Brígida, anuncia que se retira definitivamente. ¿Por qué ahora? ¿Qué se siente al ser el último de su generación que abandona la vida pública?

No voy a continuar como concejal porque no quiero más actividad política, ya está bien. Tengo 80 años y creo que ya es hora de decir «hasta aquí hemos llegado». He tenido la enorme suerte a lo largo de esa vida política que siempre he sido votado por mis conciudadanos. Me he presentado a 12 elecciones, cuatro en las Cortes, tres en el Parlamento de Canarias, cuatro en el Cabildo y una a mi Ayuntamiento. Y siempre he salido elegido. Eso es una satisfacción personal importante y al mismo tiempo que lo agradezco también pido disculpas por los errores que pueda haber cometido a lo largo de toda esta trayectoria. En definitiva, he tratado de ser una persona seria, coherente y dedicada a mi Isla. Lo he planteado tanto en la etapa constituyente, donde fui impulsor del reconocimiento del REF canario en la Constitución Española, como cuando elaboré el primer borrador del Estatuto de Autonomía de Canarias, que se aprobó finalmente en 1982. Como presidente del Parlamento canario hice la ampliación de la Cámara. En esa etapa, en la que yo era también presidente regional del PP, hubo acuerdos muy positivos para Canarias, como el convenio de carreteras con el Estado. Por ejemplo, hoy todo el mundo reconoce la que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria sería un caos absoluto si no tuviese la Circunvalación. Pues en solo cuatro años se hicieron las tres primeras fases. Y como presidente del Cabildo ahí queda el Gran Canaria Arena o la compra de las cuevas de Risco Caído, que eran privadas y se adquirieron por solo 36.000 euros. Ahora son Patrimonio de la Humanidad.   

Bravo de Laguna en la calle Pérez Galdós de la capital grancanaria

Bravo de Laguna en la calle Pérez Galdós de la capital grancanaria / Juan Castro

«Los políticos de ahora se queman más rápido por los extremismos»

Los políticos grancanarios más relevantes de su quinta, algunos ya desaparecidos, se retiraron o los retiraron hace tiempo, ¿por qué decidió seguir hasta los 80 años? ¿Es verdad eso de que la política engancha? 

Sí , sin duda. Si tienes vocación engancha. Yo soy abogado del Estado y también he estado años fuera de la política. Desde 2003 a 2011 me dediqué al ejercicio de la profesión y fue cuando he ganado algo de dinero. Siempre me ha tirado más la política, no sé por qué, son cosas que a lo mejor no tienen una explicación lógica. Desde siempre he tenido el sentimiento de que le debía algo a Gran Canaria. Y me metí de lleno porque la etapa constituyente fue de gran ilusión, eran momentos históricos. También viví el golpe el 23-F. Pude haberme retirado a los 70 años, en 2015, cuando el PP decidió que no fuera su candidato al Cabildo. E incluso en 2023, pero mi hijo Lucas y otras personas me convencieron para presentarme al Ayuntamiento.  

¿De qué etapa de su vida política se siente más satisfecho?  

Todas me han dado satisfacciones, también algunos inconvenientes. La etapa de diputado nacional fue muy dura, en 13 años hice 1.500 viajes entre aquí y Madrid, como si hubiese ido a la Luna en kilómetros. En tiempo real dos meses de mi vida metido en un avión.

¿Y qué hará a partir de ahora?  

Intentaré seguir activo mentalmente, y físicamente en lo posible. Escribir, participar en algún coloquio y prestar mi ayuda si alguien me lo solicita. Tengo mucha documentación para completar unas memorias que ya salieron en un libro que titulé Mayoría de edad parlamentaria, pero es una tarea ardua.  

Le hemos escuchado quejarse de la polarización y el radicalismo de los últimos años. ¿Le asusta lo que se ve ahora en los parlamentos y en redes sociales o son situaciones pasajeras?  

Como persona de centro me preocupan los radicalismos. Y he vivido etapas políticas tan interesantes como los debates en las Cortes entre La Pasionaria y Blas Piñar. Los enfrentamientos y los radicalismos me preocupan porque se retroalimentan, desgraciadamente ahora en Europa con la extrema derecha. Nunca vi esas descalificaciones personales tan presentes como ahora. Tampoco es que sea una situación dramática, pero sí se ha perdido aquel espíritu de consenso. 

En los años de la transición española también había extrema derecha y extrema izquierda, e incluso muchos separatistas. ¿Cuáles son las diferencias? 

Lo que hubo en la transición fue un acuerdo muy importante de la izquierda y la derecha, sobre todo porque Santiago Carrillo y Adolfo Suárez tenían un diálogo permanente. Se encontró una solución intermedia entre lo que proponía la izquierda, que era la ruptura hacia la democracia, y la reforma que propiciaban los partidos más hacia la derecha o los que venían del Movimiento, como el propio Suárez , Pío Cabanillas o Fraga. Y la reforma fue tan profunda que casi fue una ruptura con el sistema anterior y, por tanto, no hubo ese intento de resucitar el pasado de la Guerra Civil. La sociedad española de 1977 y los años posteriores tenían la conciencia de que los enfrentamientos podían reproducir viejas historias. El golpe de Estado fue una involución. Respeto todo lo que sea memoria histórica, pero me parece absurdo de empezar ahora a hablar de franquistas y antifranquistas o de buenos y malos en la Guerra Civil, porque hubo de todo en ambos bandos. 

Desde su larga experiencia, ¿por qué cree que los políticos actuales se queman tan rápido?  

Precisamente como consecuencia de esa radicalización, porque siempre saldrá alguien más al extremo, lo hemos visto con Pablo Iglesias, Pablo Casado o Albert Rivera, que se quemaron en pocos años quizá por ser moderados frente a otros más radicales. Y ahora tenemos a los de Vox en la extrema derecha, pero ya les ha salido el Alvise. Cuando se radicalizan las posturas es normal que se generan esas tormentas, una Dana política.  

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