Medio Ambiente
Eucaliptos con una segunda vida en Gran Canaria
El eucalipto rojo, una especie introducida en Gran Canaria que daña la flora autóctona porque consume toda el agua a su alrededor, tiene una madera de gran calidad que hasta ahora se ha utilizado poco en la Isla
Un proyecto del Cabildo pretende reducir el número de ejemplares y, de paso, aprovechar sus restos

Juan Carlos Castro
Es jueves 16 de enero y en el fondo del barranco de Teror, a la altura de Miraflor, medio centenar de alumnos y profesores de tres institutos limpian el cauce y cortan troncos de eucalipto rojo para convertirlos allí mismo en tablones de madera. Alguien dice que parece la fuga de San Diego, pero en plan forestal.
Son estudiantes de Gestión Forestal y del Medio Natural de los centros de Formación Profesional Felo Monzón y San Mateo, y de Carpintería en el Instituto Fernando Sagaseta, que realizan una clase práctica para conocer las técnicas de corte y aserrado de manos de sus profesores. También de profesionales como Víctor Manuel Hernández, que les enseña in situ cómo conseguir piezas de madera listas para fabricar muebles.
A un kilómetro de distancia se desarrolla otra fase del Proyecto Eucalipto Rojo, la de trepa y poda, impulsada por el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo con el objetivo de gestionar los eucaliptos situados en fondos de barranco y laderas para propiciar una lenta sustitución por especies autóctonas, generando a su vez un sector local de la madera.

Poda de eucaliptos en el barranco de Teror / Juan Carlos Castro
La práctica de trepa y poda conlleva bastante riesgo y en esta ocasión el único alumno es un chico alemán, Jan Godow, Momo para sus colegas, que se encuentra en la Isla por un convenio de colaboración entre la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la Escuela Superior de Ciencias y Artes Aplicadas de Göttingen.
Momo se ha encaramado a la parte más alta de un tronco de eucalipto, a unos 15 metros de altura, para cortar las últimas ramas. Abajo, controlando todos los elementos de seguridad y sin quitar ojo a sus movimientos, se encuentra su tutor, Johannes Poesl, un especialista también germano que hizo prácticas hace tres años. Y como apoyo logístico le acompañan Álvaro Mejías, técnico de la entidad pública Tragsa, y Alfredo Yánez, gerente de la empresa privada Podas Canarias.
El ‘Proyecto Eucalipto Rojo’ busca reducir esta especie foránea y aprovechar su madera de calidad
Durante la mañana han talado un enorme eucalipto del cauce del barranco cuya sombra estaba arruinando una cercana plantación de aguacates. Uno de los puntos fuertes del convenio del Cabildo con los dos centros universitarios es la arboricultura con las técnicas de trepa y poda, por eso se ha organizado este encuentro de selvicultores alemanes y canarios.
Estas prácticas de campo buscan afianzar lazos y compartir conocimientos en una profesión que actualmente es fundamental, dada la necesidad de cuidar el arbolado urbano y gestionar la seguridad de las personas.

Berta, alumna del IES Felo Monzón, junto a uno de los eucaliptos talados. / Juan Castro
«Este eucalipto se ha quitado porque estaba encima de una finca de frutales y al no poder llegar aquí una grúa se ha tenido que hacer a trepa, un sistema tradicional que consiste en subir con cuerdas y arneses para cortar y bajar las ramas», explica Mejías, quien comenta que hay pocos especialistas en selvicultura pese a que es una profesión con mucho futuro.
«Desgraciadamente, de aquí hacia atrás se han hecho barbaridades y la gente joven tiene que aprender nuevas técnicas de poda para hacerle los mejores tratamientos a los árboles», subraya el técnico de Tragsa.

La Provincia
Alfredo Yánez, en un descanso, relata que este sistema necesita de un trabajo en equipo, pues no solo se trata de subir y cortar, sino maniobrar en situaciones que se pueden complicar por mil razones. «Hay que minimizar los riesgos, pero siempre están ahí porque estamos colgados a 30 metros de altura con pesos, cuerdas y motosierras; es algo que no se aprende en un año ni en dos», resalta.
Por su experiencia, que incluyó trabajar en el mantenimiento de los parques de Londres, este empresario vecino de Teror señala que Gran Canaria «tiene un problema desde hace muchos años por la invasión de eucaliptos grandísimos, que por la orografía de la isla no se pueden explotar como en la Península, donde se encuentran en extensiones más llanas y con mejor acceso».
Alumnos de tres institutos hacen prácticas de gestión forestal en el fondo del barranco de Teror
Tras considerar que la proliferación de esta especie en los barrancos isleños «es una batalla casi perdida», detalla que en este caso particular se trata de una finca agrícola «que está en umbría permanente por estos monstruos y hay que quitarlos para que haya producción».
Estas gestiones forestales, sostiene Yánez, se deben hacer tanto en los montes públicos como en los terrenos privados. «Donde quiera que haya unos árboles llevan un mantenimiento; el que tiene un ejemplar de 20 metros en su casa debe ser consciente de que eso supone una gran cantidad de madera y de peso a gran altura, por lo que es responsable de cualquier accidente que ocurra por no tener un tratamiento óptimo». El trámite es pedir un permiso de poda y llamar a alguien con experiencia y con la logística suficiente para hacer ese tipo de trabajos de riesgo.

Trabajo en equipo para limpiar el monte. / Juan Castro
Mantener los montes es una salida laboral para los jóvenes, afirma Orlando Díaz, profesor del Instituto Felo Monzón, que acompaña en esta práctica a sus alumnos del ciclo superior de Gestión Forestal y del Medio Natural. «Es bueno que vean la realidad de estos espacios con vegetación porque esta es una profesión de futuro», relata.
Cambio climático
Aunque a algunos estudiantes les cuesta adaptarse al principio, son pocos los que abandonan. Es más, entre el 80% y el 90% de los que obtienen el título consiguen un trabajo en las empresas del sector. «Esta enseñanza tiene cada vez más auge por el cambio climático y por esa conciencia medioambiental, es de los ciclos formativos donde hay lista de espera», recuerda Díaz.
Beatriz Gómez, profesora del Instituto de San Mateo, también anima a sus alumnos de primero y segundo grado superior durante el corte y traslado de troncos de eucalipto rojo. «Esa madera se puede aprovechar y con eso conseguimos no depender de la que viene de fuera, sino utilizar los recursos que tenemos aquí», declara la tutora. A su juicio, esta actividad no solo permite mover la economía y dar trabajo a esos jóvenes, sino también controlar y reducir una especie que no es autóctona, además de eliminar combustible de cara a potenciales incendios forestales.

Víctor corta listones de madera. / Juan Castro
Gómez coincide con su colega del Felo Monzón en que cada vez hay más interés por esta profesión, no solo estudiantes de 17 años hacia arriba, sino personas de más edad y otros perfiles laborales que quieren incorporarse a esta actividad. La idea es reactivar el sector de la carpintería con esta madera de reconocida calidad. Otras salidas laborales pueden ser trabajar en las empresas que se dedican a las podas o presentarse a oposiciones para agentes de Medio Ambiente.
Víctor Manuel Hernández sabe mucho de talar árboles y darles el corte perfecto para utilizar su madera. Nacido en Moya, presume de ser la tercera generación que se dedica a ello, pues aprendió de su abuelo y su padre. «Y creo que se acaba en mí», agrega con resignación. Acude a la llamada del Cabildo para ilustrar a los alumnos sobre el buen uso de la motosierra e indica que la madera del eucalipto rojo ya ha sido probada por varios carpinteros y dicen que es «buena de trabajar y bastante dura».
Berta Telarrea, estudiante de 22 años del Instituto Felo Monzón, es una de las sorprendidas por la belleza del color de esta madera. «Me metí en esta carrera porque desde niña me he criado en el monte y me gustaría trabajar en ello, volver al mundo rural y que el bosque esté limpio», dice.
Suscríbete para seguir leyendo
- Sale a la luz el plan de David Rodríguez tras descubrir que el foco de la investigación se centra en él: «Contar muchas cosas de su pareja»
- Un psicólogo explica qué fue lo que llamó la atención a los médicos en el caso Anabel Pantoja
- Agresión en una guagua: un pasajero escupe al conductor y sale a patadas
- Casa con jardín en Gran Canaria: tranquilidad y naturaleza por menos de 100.000 euros
- Antonia López, sancionada por la ley turística: 'Compré la casa en 2006 para disfrutarla, no para explotarla
- Mogán aclara si se personará como acusación popular en la investigación contra Anabel Pantoja y su pareja
- Santana Cazorla sufre un nuevo revés judicial en los pleitos de Anfi
- Un pasajero escupe a un chófer de Global