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La Aldea de San Nicolás

La fiesta tradicional se viste de cabra y macho en La Aldea

El diablo se echa a la calle para ‘atemorizar’ a los lugareños junto a medio centenar de niños, con sus cencerros al cuello

Carnaval tradicional de La Aldea

La Provincia

Javier Bolaños

Javier Bolaños

Las Palmas de Gran Canaria

Las cabras y machos del Carnaval Tradicional volvieron este martes a echarse a las calles del casco antiguo de La Aldea, cumpliendo con la tradición de dar algún susto y hacer travesuras a la población. 

La Fundación Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea acometió en los años 90 el rescate con ayuda de los mayores de esta fiesta popular para que no se pierda para siempre. El resultado es que ahora hay hasta dificultades hasta para preparar los atuendos.

El testimonio de los vecinos recuerda que en esta celebración «el pastor iba vestido como hombre, con el garrote al hombro, con una veintena de niños tiznados iba con las cencerras grandes el cuello, y el perro, para que fueran en línea recta». Y uno de ellos se vestía de diablo, con una cadena en el «pescuezo», con un rabo detrás y entraba en las casas metiéndoles miedo, con el rabo ardiendo. Esos recuerdos de antaño de los mayores se han convertido en una parte esencial de los carnavales aldeanos, que se volvieron a revivir este martes. «Antes eso daba mucho gusto verlo», según un vecino, que recordaba en uno de los testimonios recopilados por la Fundación que este evento reúne también muchas canciones, al igual que comidas como las típicas tortillas

En otros rincones

Unos 50 niños vestidos de machos y cabras tomaron parte junto al diablo en este carnaval tradicional que salió desde el Museo de La Gañanía, y que reunió varios cientos de personas, pese a la amenaza de la aparición de la lluvia. Los participantes iban con sus pieles, sus gorros con cuernos y sus caras ennegrecidas, en el que no faltaron los cencerros.

El Carnaval Tradicional de La Aldea, que lleva tres décadas celebrándose tras desaparecer a comienzos del siglo asado, lleva también a muchos vecinos a vestirse con la ropa que llevaban nuestros abuelos. 

La fiesta aldeana tiene sus similitudes con los carneros de Tigaday, de El Hierro

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