Agüimes

El Grill El Cazador crea tendencia en Agüimes y solo con un cocinero: "Si no estoy yo, no se come"

El restaurante Donde Jose se vuelve referente culinario a los pocos meses de su apertura en el antiguo Señorío de Agüimes, donde hasta el pequeño de su propietario, Martel, hace sus pinitos. Clama por formar a cocineros "porque no hay"

Restaurante Grill El Cazador

Fotos de Andrés Cruz

Las vistas son inigualables desde la explanada donde se ubica el Grill El Cazador Donde Jose, en el casón del Señorío de Agüimes, donde su arrendador José Juan Martel Guedes llegó en septiembre pasado. Tras una fuerte inversión, ha atraído a nueva clientela y atraído a la antigua del desaparecido local de restauración de las medianías de Ingenio, referente por sus ricas carnes del país a la brasa. Ahora innova con nuevos platillos, alguno de temporada, como sus champiñones rellenos de almogrote. Hay que pedir reserva en ocasiones.

"Borrón y cuenta nueva" es el lema de este emprendedor, que en este tiempo tiene aforo para 140 comensales, da empleo a 12 personas del sureste y abre las puertas a su hijo de tan solo 12 años para que haga sus pinitos culinarios. Pero sobre todo, reclama y exige soluciones por la gran escasez de personal cualificado en restauración y concretamente, de cocineros: "Es que no hay", afirma. De hecho él es el único chef: "Y si no estoy yo, no se come", ironiza.

Restaurante Grill El Cazador Donde Jose, en la entrada a Agüimes en el Señorío de Agüimes.

Restaurante Grill El Cazador Donde Jose, en la entrada a Agüimes en el Señorío de Agüimes. / Andrés Cruz

En solo siete meses ha logrado hacerse un hueco y grande en Agüimes. Es José Juan Martel que a sus 42 años, hizo borrón y cuenta nueva al iniciar este negocio con sello propio desvinculado del restaurante El Cazador del barrio La Pasadilla del vecino municipio de Ingenio. Arriesgó y ha ganado la partida al hacerse con la concesión en concurso público del Ayuntamiento de Agüimes del anterior restaurante Señorío de Agüimes, ubicado en las Crucitas, ante una balconada en la misma entrada o salida del casco que muestra una de las mejores panorámicas de la zona baja y costera del municipio, como Arinaga o el imponente Roque Aguayro.

Uno de los comedores con el nuevo techo.

Uno de los comedores con el nuevo techo. / Andrés Cruz

Invirtió 68.000 euros sobre todo para poner al día la casona del Señorío anexa a la almazara municipal con cuatro comedores para 90 comensales en el interior y otros 50 en mesas de la gran terraza con vistas impresionantes. Ha mantenido la estructura señorial canaria del inmueble con guiños arquitectónicos, como un solariego techado interior. Abrió en septiembre y ya acoge eventos como la presentación de los vinos Señorío de Agüimes.

Entre sus platos estrella, las parrilladas al grill con carne del país como ternera lechal, solomillo, entrecot, pollo o morcilla. Predomina la ternera, pero incluye en carta la típica de medianías machorra en salsa, conejo siempre de producto km 0. Las croquetas de cochino con manzana, los champiñones rellenos de almogrote, garbanzada, caracoles especiales, calamar sahariano, pescados, sopas, o por qué no, unos ricos huevos fritos con sorpresa.

Martel con su mujer Inma, a la derecha y su hermana, el día de la inauguración.

Martel con su mujer Inma, a la derecha y su hermana Pili, el día de la inauguración. / La Provincia

Apoyo familiar

"Este proyecto fue un apoyo total de mi esposa Inma y mi hijo Adriel, de ahí viene el nombre de la empresa, Inmadriel SL", matiza el emprendedor. Desde que tenía 9 años "siempre de enteradillo iba aprendiendo y cogiendo recortes como quien dice desde que mis padres tenían su negocio. Siempre aprendí lo que sé de mi madre, ya fallecida hace 3 años", comenta en referencia a sus progenitores, Josefa y Manuel: "Ella fue siempre el pilar de mis conocimientos en la cocina por eso sigo en la misma línea aquí en Agüimes".

Su orgullo es su restaurante y su familia. Como su hijo Adriel. "Cocinó aquí conmigo porque tenía una práctica escolar y le encantó", subrayó esperanzado de que siga sus pasos.

Jose Martel y su hijo Adriel a los fogones en el restaurante.

Jose Martel y su hijo Adriel a los fogones en el restaurante. / La Provincia

"No hay cocineros"

No obstante, no todo es alegría. El propietario se queja de la falta de empleados en hostelería, de la carencia a nivel formativo. "Cocineros no hay, te lo digo ya". Lo dice con seguridad, "porque a pesar de rebuscar", no ha encontrado a alguien que le sustituya como chef. "Si no cocino yo, aquí no se come", comenta con ironía. Es el único cocinero del restaurante y no solo sugiere sino anima ya a responsables en formación y empleo, que ofrezcan "buenas ofertas formativas donde de verdad el alumnado finalice los estudios preparados para ejercer la profesión".

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