¿Sabías que una de las carreteras más peligrosas de España está en Gran Canaria?

Más de 60 muertes, desprendimientos constantes y un paisaje de vértigo hacen de esta vía un lugar tan temido como hermoso

El Cabildo invierte 1,2 millones en renovar el asfalto de la carretera entre La Aldea y Mogán

LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Quienes la recorrieron jamás la olvidan. Curva tras curva, con el océano a un lado y el barranco al otro, la antigua GC-200 ha sido escenario de accidentes, sustos y paisajes imposibles. Hoy permanece cerrada, devorada por la naturaleza, pero aún hay quien se atreve a mostrarla.

El creador de contenidos Guaripeta Camper (@guaripetacamper en TikTok) ha compartido imágenes de esta vía que aterra y fascina a partes iguales.

Conocida como “la carretera de las 365 curvas”, se encuentra entre Agaete y La Aldea, y fue durante décadas el único camino posible entre estos puntos.

Sin embargo, los constantes desprendimientos de rocas, que acabaron con la vida de más de 60 personas, forzaron su cierre definitivo y la construcción de una nueva carretera.

"Se intentó mantener colocando barreras para evitar el continuo desprendimiento de rocas, pero estas siempre terminaban cediendo por el peso constante", apunta el creador de contenidos.

Un tramo histórico y letal

La GC-200 fue construida entre 1924 y 1954 en una obra titánica dividida en cuatro secciones independientes.

Su diseño es tan espectacular como peligroso, ya que guarda 32 kilómetros de curvas, más de 700 alineaciones, túneles escavados y puentes para sortear barrancos imposibles.

Hasta 1970, ni siquiera tenía vallas de seguridad, lo que sumó más muertes documentadas.

Un camión, cerca de caer al vacío en la GC-200

Un camión, cerca de caer al vacío en la GC-200 / LP/DLP

La belleza de esta carretera es innegable, pues se aprecian acantilados y vistas al mar, el Roque Faneque, la Playa de El Risco o el Andén Verde. Pero esa misma belleza era la trampa.

A pesar de las reformas y los intentos de mantenerla abierta, la GC-200 acabó cediendo. Hoy, el tráfico está cerrado y caminar por ella tampoco es recomendable. Aun así, quienes se atreven aseguran que no hay ruta más sobrecogedora en la isla.

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