Quemas prescritas para proteger los pinares de Gran Canaria en otro verano seco

El Cabildo presenta una infografía de Fernando Montecruz sobre los beneficios de los fuegos preventivos y la recogida de la pinocha

Agentes de Medio Ambiente del Cabildo realizan una quema prescrita en un pinar de la cumbre.

Agentes de Medio Ambiente del Cabildo realizan una quema prescrita en un pinar de la cumbre. / David Delfour

J. M. N.

Las Palmas de Gran Canaria

El dispositivo contra incendios forestales del Cabildo de Gran Canaria ha realizado varias quemas prescritas en las últimas semanas con el objetivo de preparar los pinares de la Cumbre para otro verano que se augura seco y caliente. El presidente Antonio Morales observó este miércoles ese fuego preventivo y presentó una campaña informativa encargada al ilustrador Fernando Montecruz.  

El Corral de los Juncos, Bailico, la base de helicópteros de Artenara o la zona recreativa de San José del Álamo han sido escenarios en las últimas semanas de las quemas prescritas para reducir el combustible natural de años de sequía en la cumbre de Gran Canaria y en las medianías orientadas al sur. La experiencia indica que los grandes incendios forestales se apagan en invierno, pues en verano no hay forma de controlarlos.  

El presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el consejero de Medio Ambiente, Raúl García Brink, fueron testigos de una de esas quemas preventivas en la zona de Llanos de la Pez y explicaron que han sido «fundamentales» para contener el fuego en los siniestros de 2017, 2019 y 2023. «Con un total de 39 acciones ejecutadas en 2024 y una superficie de 51 hectáreas gestionadas al año en zonas estratégicas, las quemas prescritas se han convertido en una de las herramientas más poderosas para generar un paisaje mosaico con el que prevenir los grandes incendios forestales en Gran Canaria», según detalló el gobierno insular en una nota.  

Los fuegos preventivos en invierno evitan los grandes incendios forestales de verano

Para divulgar la importancia de la gestión del pinar en la prevención, el Cabildo presentó una infografía encargada al prestigioso ilustrador Fernando Montecruz que muestra a la población «la importancia de realizar las quemas prescritas y la recogida de pinocha para reducir las acumulaciones desmesuradas de combustible vegetal en zonas estratégicas».

Morales declaró que «se trata de gestionar el territorio para hacerlo resistente a los grandes incendios forestales, una de las mayores preocupaciones ambientales de la isla, además de un grave problema de seguridad ciudadana». Recordó que la recogida de pinocha por parte de los ciudadanos está regulada, pero no está prohibida», por lo que si se recoge en determinadas zonas «se hace prevención de incendios y se contribuye a la conservación de la biodiversidad, al evitar que un gran incendio afecte al pinar». 

El problema se genera cuando, debido al paulatino abandono de los usos tradicionales del campo, no hay suficientes agricultores y ganaderos que impidan que se produzcan grandes acumulaciones de pinocha en lugares estratégicos, como en bordes de carreteras y pistas forestales.

Presentación de la infografía de Fernando Montecruz.

Presentación de la infografía de Fernando Montecruz. / David Delfour

Las quemas prescritas, resaltó, están consideradas como una vacuna para nuestros bosques y funcionan como incendios de baja intensidad, al imitar a los naturales de invierno, muy diferentes en su comportamiento de los grandes incendios. Así, se realizan únicamente cuando las condiciones meteorológicas son propicias en los meses de otoño, invierno y primavera. 

En la actualidad estas quemas las hace personal especializado que, además de hacerlas con eficacia y total seguridad, controla que no afecten negativamente al ecosistema.

En ese sentido, se comprueba que las quemas prescritas han evitado importantes daños ecológicos en el pinar canario, ya que en las zonas tratadas previamente con quemas el fuego ha sido mucho menos intenso cuando se ha producido un incendio forestal y se ha propagado con menor fuerza por la superficie del pinar, sin afectar a las copas de los árboles.

Desde el año 2005 se viene estudiando por la Universidad de La Laguna el efecto de las quemas prescritas en el ecosistema, con el resultado de la publicación de varios artículos científicos que señalan que se no encontraron efectos significativos sobre los ecosistemas, ademas de observar una rápida recuperación de la composición florística, las propiedades del suelo y las comunidades de invertebrados tras las quemas prescritas.

Tal y como destacó durante la presentación Luis Alberto Bermejo, profesor titular del Departamento de Ingeniería Agraria y del Medio Natural de la Universidad de La Laguna, las quemas afectan a las capas superiores de pinocha, es decir, a una parte superficial del suelo. Invertebrados, microfauna, semillas y plantas se refugian bajo el suelo o en aquellas ‘islas de vegetación’ no quemada, colonizando posteriormente el espacio quemado. Al ser de baja intensidad, las llamas no alcanzan alturas considerables y las copas solo se ven afectadas en su parte baja.

Por otra parte, si no se realizan estas quemas prescritas, la acumulación de vegetación hace que se queme todo cuando se producen los incendios de alta intensidad, con afecciones graves a poblaciones de especies de flora y fauna y el riesgo que supone para la seguridad de bienes y personas.

Junto con la mejora y profesionalización de los dispositivos de extinción y la implementación de protocolos y tecnologías para la eficiencia en la gestión de la emergencia, la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo ejecuta y promueve diferentes acciones de silvicultura preventiva para crear un paisaje mosaico resistente a los grandes incendios, entre los que destacan los tratamientos selvícolas, el pastoreo controlado y las quemas prescritas.

Un paisaje mosaico es un paisaje diverso donde conviven campos cultivados, huertas, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosques. Los grandes incendios forestales se mueven muy rápido por bosques y matorrales extensos y homogéneos, pero cada vez que el incendio encuentra un campo de cultivo, una zona forestal tratada o una vegetación diferente tiene que cambiar de comportamiento. Eso lo frena o lo ralentiza, lo que da una oportunidad a los servicios de extinción para poder sofocarlo.

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