La Cofradía del Puchero celebra más de tres décadas de tradición gastronómica
Desde hace 33 años los miembros disfrutan del plato canario que contiene siete carnes

Encuentro gastronómico de la Cofradía del puchero de las 7 carnes / Andrés Cruz

La Cofradía del Puchero de las Siete Carnes se reunió el sábado para disfrutar de uno de los platos típicos canarios con más historia. Esta comida era preparada únicamente por la burguesía de la época y desciende de la olla podrida peninsular, que no era llamada así por su mal estado sino porque solo la podían consumir aquellos con buen poder adquisitivo. Es más, incluso Cervantes la menciona en Don Quijote, ya que el personaje Sancho Panza desea comer un plato de esta olla podrida. La cofradía lleva 33 años reuniéndose para hacer homenaje a esta receta canaria, así como para tener una excusa para compartir con amigos y compañeros. En esta ocasión, la cita ha tenido como novedad la creación de una cofradía para mujeres.
«En los primeros años tuve algún que otro tirón de orejas por parte de varias esposas de nuestros compañeros. Me tildaron de machista», explicó el cofrade invitador, Mario Hernández Bueno en la carta de invitación. «Hete aquí que este año las señoras se han conjuntado bajo el nombre de Damas de la Cofradía del Puchero Canario de las 7 Carnes. Mismo día, misma hora. Y nosotros las animamos a que se lo pasen muy bien, que se reencuentren, tertulien y promocionen este gran plato ‘nacional’ en los banquetes de bodas», añadió. Lo hicieron y fueron unas 90 mujeres que disfrutaron del pucheron en el resturante del club de golf Las Palmeras.
Una cita tradicional
Por su lado, la tradicional cita masculina tuvo lugar en el restuarante El Padrino, en Las Coloradas. La cofradía empezó como una reunión de 20 o 30 amigos, pero poco a poco fue acogiendo a más integrantes hasta llegar a invitar a 200 personas. El encuentro ha pasado por diferentes restuarantes, ya que se ha celebrado en Lanzarote en Bodegas El Grifo, en el Gamonal, en Valle de Guerra en Tenerife, en Cruz de los Artiles y en el Hotel Santa Catalina.
Para abrir estómago se preparó un enyesque con papas arrugadas y mojo, queso tierno de Lomo Gallego, jamón ibérico bellota Joselito y carajacas de ternera y de pollo que prepara habitualmente el hijo del organizador y cocinero, Mario Hernández. Luego llegó el plato estrella: el puchero con sus verduras, los garbanzos, el embutido y, por último, las siete carnes. Y para endulzar la boca unas tortillas de Carnaval de calabaza acompañadas con café arábico. Y fin del capítulo.
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