San Bartolomé de Tirajana
Semana Santa "abre la veda" en Playa del Inglés
Tres familias de la capital inician cada Jueves Santo su primer día playero del año desde hace décadas. La jornada no registró calor excesivo, ni aglomeraciones y aunque con bandera amarilla, el mar dio la bienvenida a los residentes y turistas nacionales y extranjeros en una de las playas más internacionales del país.

Jueves de Semana Santa en Playa del Inglés / Andrés Cruz
Playa del Inglés huele a Semana Santa también, sobre todo para los propios grancanarios y con tantos días festivos seguidos. Como dijo desde su silla de playa tras darse un chapuzón Tecia Ayala, de la capital, en su primer día: "En Semana Santa se abre la veda de playa. Ahora, todo seguido hasta diciembre", comentó más que contenta y con sonrisa de felicidad. Sin caravanas de tráfico, 26 grados arriba o abajo, aparcamientos libres, aunque de pago, sin aglomeraciones en la arena y en un paseo con restaurantes y locales a medio llenar, alguna nube pequeña, pasajera y de agradecer, una brisa con ráfaga de viento, pero pocas, convirtieron la jornada playera del Jueves Santo casi en un santuario de paz y sosiego para casi todos los que la visitaron. Había turistas isleños, también del resto del país y "mucho francés", dijo una camarera de un local del paseo, joven, que confundió a los que antaño llamaban rusos a los canarios con los rusos de Rusia. Afirmó que no había visto a ninguno. Las vacaciones empezaron para unos y acabaron para otros, como un grupo de suizos que se iban esa misma noche. Prometieron repetir y uno de ellos ya busca casa para venirse a vivir a Gran Canaria. Playa del Inglés abrió la veda.
Tecia Ayala es de Las Palmas de Gran Canaria y compartía sus espontáneas palabras de ironía de la buena en complicidad con su amiga Victoria Curía Clark mientras disfrutaban del sol y fresquitas tras el baño en el mar de la playa del municipio grancanario de San Bartolomé de Tirajana, que lucía bandera amarilla y tuvo momentos de oleaje y mar de fondo. Así como preguntándose a sí misma dijo Tecia con gracia "como la mayoría de los canarios. Tenemos la playa aquí al lado y parece que somos de temporada. Es que trabajamos, no estamos como turistas. Parece que venimos a la playa solo en vacaciones. Pero no. Hoy es mi primer día y desde hoy hasta diciembre, todos los días, de Las Palmas a esta playa".

Bañistas en Playa del Inglés. / Andrés Cruz
Mismo sitio
Acuden con sus parejas y otro matrimonio amigo desde siempre "a Playa del Inglés. Es la mejor y nos encanta", subraya Ayala. Hace años sí, pero además lo hacen en el mismo emplazamiento de la arena "porque todo lo tenemos controlado. Es estratégico, tenemos elaparcamientoo cerca, el acceso ahí al lado, un supermercado y listo". Y para comer "pues bocadillos, y además los preparamos en casa, tan ricos que están".
El buenrollismo lo comparten entre ellos y el resto que se irá uniendo al grupo. Ahora estamos nosotros, pero en nada se incorporan sus hijos al grupo, con los acuden desde que eran niños y ahora están estudiando, acotó Victoria Curía, del barrio de Tafira, que añade: "Claro, no vienen solos, y el grupo cada vez es más grande". Con otros se refiere a los novios, novias, amigos y demás. "En total nos podemos juntar entre 15 y 20 personas y ocho sombrillas y aquí, en el mismo sitio siempre", observó atenta Tecia, que disfruta al decir "y venimos desde las 11.30 más o menos y hasta que acaba el día, cervecitas y bocadillos no nos faltan. Como si cae la noche". Este jueves solo acudieron con otra amiga y el marido de una de ellas, José Manuel Bueno.
Desde Suiza y a quedarse
Los que disfrutaban pero de sus últimas horas en la isla eran los cuatro turistas suizos que esta misma noche iban a su país de vuelta. "Pasamos del calorcito primaveral a los 11 centímetros de nieve que me esperan allí", comentó en perfecto español y riendo Fabianne Ray, que compartía mesa en un restaurante del paseo con su marido Bertrand y sus amigas, que son hermanas, Goëlle y Marie Favre.

Fabianne Ray, a la izquierda, las hermanas Marie y Göelle Favre y su marido, Bertrand, que son de Suiza. / Andrés Cruz
Ray tiene explicación para hablar tan bien el castellano. "Viví doce años en Asturias, donde tenía un videoclub. Luego volví a Suiza", aclaró feliz la mujer, que ha visitado de vacaciones prácticamente todas las islas y pretende repetir viaje en breve para ir a Fuerteventura. Interesada por la oferta cultural, también sopesó volver a la isla de vacaciones sobre todo al descubrir que "hay locales donde sirven o escancian sidra en la capital, como en la Casa de Asturias", su entusiasmo lo contagió.
La que lo tiene claro es su amiga Goëlle, que aprovechó estos días de estancia en Gran Canaria para decidirse a comprar de aquí a un año una casa en propiedad. Con su español escaso pero entendible lo dijo alto y claro: "Este año me la compro y me vengo a vivir aquí".
No hay rusos
En otra terraza del paseo, a medio llenar como casi todas, se lo pensó para decir que sí, hay turismo, pero ojalá venga más gente como en invierno". La joven, amable, también resaltó que había notado la presencia de mucho turista francés, par ella nuevo, como cuando le preguntaron si habían vuelto los turistas rusos y los consideraban del mismo modo contestó con cara de perdida" rusos turistas si había notado un incremento esta semana santa. A la pregunta de si habían vuelto los rusos, dijo que no había visto a muchos o ninguno. Era de nacionalidad rumana y claro, lo tomó por la palabra.
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