¿Conoces el edificio de Madera y Corcho de Gran Canaria? Esta es la curiosa historia de su origen
Un profesor de historia y creador de contenidos virales cuenta cómo una cooperativa marcó el urbanismo de Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, sin que hoy casi nadie sepa sus inicios

Vídeo: TVE
Durante décadas, los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria han escuchado hablar de "Madera y Corcho" como si se tratara del nombre de un negocio olvidado. Pero detrás de esa curiosa denominación se esconde el origen del desarrollo urbano de la ciudad.
El profesor de Historia y creador de contenido Luis Cabrera Rodríguez (@historiaparagandules en TikTok) ha recuperado esta historia que parece sacada de un archivo pero que, en realidad, está viva cada vez que alguien menciona el nombre del barrio.
“Si retrocediéramos 100 años, estaríamos en mitad de un campo de dunas”, señala. Porque sí, todo este entorno no existía antes.
Una cooperativa que puso nombre
El desarrollo urbano de Guanarteme y la zona de la playa de Las Canteras no empezó a consolidarse hasta bien entrado el siglo XX.
Fue en los años 60 cuando se construyeron bloques residenciales que hoy forman parte del paisaje habitual de la ciudad, como las conocidas torres de los taxistas, el Grupo Rumbo o el conjunto de viviendas de una cooperativa llamada “Madera y Corcho”.
Luis Cabrera lo explica así: “A mediados del siglo XX empieza a desarrollarse la avenida José Mesa y López". Poco a poco se expande hacia Guanarteme y, con la necesidad de viviendas, surgen nuevas promociones residenciales, muchas por cooperativas.
Una de ellas fue la Cooperativa de Madera y Corcho, formada por trabajadores vinculados al gremio de la carpintería y derivados del corcho, que buscaron construir sus propios hogares en la zona costera.
Un nombre para siempre
Con el paso del tiempo, y a pesar de que las generaciones actuales no siempre saben el porqué, el nombre de la cooperativa acabó bautizando a toda la zona de manera coloquial.
Hoy, “Madera y Corcho” no aparece en los mapas, pero sí en la memoria colectiva. Es una forma de nombrar con cariño una parte de la ciudad que surgió del esfuerzo colectivo y el deseo de construir hogar junto al mar.
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