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¿Conoces el mirador escondido en mitad del barranco más profundo del norte de Gran Canaria?

Una creadora de contenidos viral encuentra y desvela un balcón natural que te dejará sin palabras en un sendero lleno de historia

Un paseo por Azuaje

El Coleccionista de Instantes

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

En mitad del sendero que desciende al interior del barranco de Azuaje, aparece un mirador improvisado y colgado literalmente sobre el vacío. La creadora de contenidos viral Tania Pyetu (@taniapyetku en TikTok) lo compartió en redes como "un rincón mágico lleno de silencio y verdes infinitos". Un lugar donde podrás detenerte y recordar lo afortunados que somos al vivir en estas islas.

No es un mirador oficial ni está señalizado, se trata de un saliente en el sendero que regala vistas impagables. Desde allí, se puede contemplar con claridad la desembocadura del barranco de Azuaje, una de las formaciones geológicas más majestuosas de Gran Canaria y Reserva Natural Especial por su riqueza biológica.

Pequeña cascada en Azuaje.

Pequeña cascada en Azuaje. / LP / DLP

Una garganta verde

Acorde a la Web Oficial de Turismo de Gran Canaria, el barranco de Azuaje nace a más de 1.600 metros de altitud, en la zona conocida como la degollada de Las Palomas, en Valleseco, bajo el nombre de barranco del Crespo. A partir de ahí, su cauce va adoptando distintos nombres según el tramo: barranco de La Virgen, Las Madres, Guadalupe y finalmente, Azuaje. Su recorrido termina en San Andrés, donde entrega sus aguas al mar tras haber surcado media isla.

Esta garganta natural ha sido modelada por siglos de erosión y presenta un perfil en "V" muy característico. Sus paredes verticales, las más profundas del norte de Gran Canaria, crean una experiencia casi abrumadora para quienes lo recurren a pie. No en vano, es uno de los lugares preferidos por senderistas y amantes del paisaje.

Columba junoniae Gran Canaria

Columba junoniae Gran Canaria / Aurelio Martín

Una joya ecológica en protección

El barranco no solo impresiona por su geografía, sino también por su valor ecológico. El tramo "aguas arriba del balneario" fue declarado Reserva Natural Especial y Zona de Especial Conservación dentro de la red europea Natura 2000. Este estatus garantiza su protección conservación ante amenazas externas.

Uno de los proyectos más significativos llevados a cabo en la zona ha sido reintroducción de la paloma rabiche (Columba juniae), una especie endémica de laurisilva canaria, desaparecida en Gran Canaria a comienzos del siglo XX.

El agua, que fluye todo el año, permite el desarrollo de una vegetación exuberante. En sus márgenes pueden encontrarse importantes saucedas, reductos de la antigua laurisilva y especies endémicas únicas como la rejalgadera (Solanum vespertilio subsp. doramae), presente únicamente en Firgas.

Es precisamente esa combinación de humedad, profundidad y vegetación la que transforma cada tramo del barranco en un pequeño universo natural. Desde helechos que parecen salidos de la era jurásica hasta sauces que se doblan sobre el agua, Azuaje tiene algo de selva en miniatura.

¿Cómo llegar a este rincón?

Para llegar al barranco de Azuaje, lo más habitual es comenzar desde Firgas y tomar el sendero que desciende por el antiguo balneario. La ruta es de dificultad media, con tramos resbaladizos, por lo que se recomienda llevar buen calzado y caminar con precaución. No está señalizado el punto exacto del “balcón”, así que lo mejor es ir con calma y dejarse sorprender.

Una vez allí: detente, respira y mira. En tiempos de prisas, este tipo de rincones nos recuerdan que la naturaleza sigue ahí, esperando a ser redescubierta. Aunque sea a través de un balcón escondido, colgado entre los árboles del norte grancanario.

¿Por qué se llama Azuaje?

El nombre del barranco se remonta a la época colonial. Francisco de Azuaje, industrial azucarero y antiguo regidor, fue una figura relevante en la zona del barranco de Guadalupe, de donde proviene la última parte del recorrido fluvial. Su apellido quedó ligado para siempre a este espectacular paisaje que hoy seduce a locales y turistas.

Aunque muchos conocen el antiguo balneario de Azuaje y el sendero que baja hasta sus ruinas, pocos han llegado hasta ese pequeño mirador del que habla Pyetku. No aparece en mapas ni en guías, y sin embargo, ofrece una de las vistas más espectaculares de toda la comarca.

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