¿Conocías las ‘gafas del Nublo’? Revelan una vista mágica desde el Pico de las Nieves

Puede que hayas subido al Pico de las Nieves muchas veces y pienses que has visto todo, pero si te fijas bien, más allá del mirador oficial y sus espectaculares vistas al Teide, hay rincones ocultos que sorprenden incluso a los más habituales. Uno de ellos es la formación rocosa bautizada como "las gafas del Nublo", un enclave natural que la creadora de contenidos @celienruta ha bautizado así por su curiosa forma.

“Hoy hemos venido al Pico de las Nieves”, cuenta al inicio de sus vídeo. “Tomaremos el camino del mirador del Pico y, una vez lleguemos a la roca con forma de puño, continuamos por detrás hasta llegar a este lugar mágico”. Desde allí, se abre una vista inesperada, pues el Roque Nublo se cuela justo entre dos arcos de piedra, como si fueran los cristales de unas gafas esculpidas por la naturaleza.

Una ventana de piedra con vistas al atardecer

El lugar se ha convertido en uno de los rincones favoritos de la tiktoker, sobre todo para ver la puesta de sol. “Podrás ver un atardecer espectacular”, asegura. Y no le falta razón, ya que el cielo se tiñe de naranja y violeta mientras la silueta del Nublo se enmarca en ese hueco perfecto, ofreciendo una postal única que parece hecha a propósito.

El mirador del Pico de las Nieves, situado a unos 1.961 metros de altitud, ofrece una de las panorámicas más impresionantes de la isla porque se puede ver el Teide en días claros y buena parte de la Reserva de la Biosfera, con barrancos, calderas volcánicas y macizos que se abren como un abanico hasta el mar.

Una ruta con recompensa

La caminata hacia las “gafas del Nublo” no es larga, pero sí requiere atención al entorno, concretamente, al sendero que parte desde el mismo mirador del Pico de las Nieves. Tras avanzar unos metros, la roca con forma de puño marca el desvío. Solo hay que rodearla y continuar hasta toparse con esta formación sorprendente e ideal para quienes buscan recompensas fotográficas.

Además, en días despejados, la zona regala vistas de Tejeda, el Roque Bentayga, y hacia el sur, la Aldea de San Nicolás o Mogán, recortados contra el Atlántico. Una localización perfecta para quienes aman combinar naturaleza, tranquilidad y un poco de creatividad con la cámara.

Perfecto para sentirte diminuto ante la isla

Estar ahí, al borde de la roca, con el horizonte abierto y el silencio de la cumbre, genera esa sensación tan especial que ofrecen pocos lugares, el sentirse pequeño ante la inmensidad. El paisaje volcánico, erosionado durante siglos, dibuja formas caprichosas que han sido esculpidas por el viento y el agua.

Como explica la web oficial de Turismo de Gran Canaria, este punto forma parte del vértice más alto de la isla, un triángulo visual que conecta el macizo de Tamadaba, el de Amurga y el perfil del Teide en el horizonte.

Recomendaciones de sostenibilidad

Si decides visitar este rincón, recuerda seguir las recomendaciones de sostenibilidad. No dejes basura ni restos de comida, no modifiques el entorno natural, y evita hacer ruido o salirte de los senderos señalizados. Recuerda que incluso una simple colilla o una piedra movida puede alterar el ecosistema o dañar la experiencia de quienes lleguen después.