José 'el Negro' y su hijo cumplirán doce años de cárcel por el tiroteo de Jinámar
Los implicados en el altercado que dejó dos heridos en 2022 reconocen los hechos y llegan a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía

José 'el Negro' y su hijo Kilian, a la izquierda junto a sus abogados, en la vista celebrada este miércoles. / Quique Curbelo / Efe

Las responsabilidades por el tiroteo de Lomo Las Brujas, que dejó un episodio de violencia e inseguridad en el barrio de Jinámar durante el Viernes Santo de 2022, se han saldado este miércoles en la vista celebrada ante la Audiencia Provincial de Las Palmas. Sus dos autores, José C. A. -más conocido como José 'el Negro'- y su hijo Kilian José C. H., han reconocido los hechos y han alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, por el que cumplirán un total de 12 años de cárcel por dos asesinatos en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas.
El magistrado Miguel Ángel Parramón dictó una sentencia a viva voz en los términos pactados, que incluye el abono de las costas procesales y órdenes de alejamiento hacia las dos personas heridas por una duración de 17 y 14 años. El varón que recibió dos disparos en las piernas y en la espalda recibirá como indemnización 11.470 euros por las lesiones y 255.000 euros por las secuelas, mientras que el segundo perjudicado, que sufrió el impacto en las manos, percibirá 20.600 euros.
Padre e hijo reconocieron que el 15 de abril de 2022, sobre las nueve de la noche, se pusieron de acuerdo para intentar acabar con la vida de un vecino de Jinámar, en el municipio de Telde. Con este objetivo se concertaron para acudir a las inmediaciones de su vivienda portando dos escopetas de caza en las manos. Cuando vieron a su objetivo y este intentó huir, le propinaron al menos dos tiros que le hicieron caer al suelo.
Uno de los heridos sufrió un brote psicótico y mató a su abuela cuatro días después
En ese momento, como recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, José 'el Negro' se acercó a él y le dijo: "Jódete, hijo de puta". Le propinó a continuación un golpe con la culata de la escopeta, que le impactó en el codo izquierdo al alzar el brazo para intentar protegerse la cabeza.
El agredido no estaba solo en el lugar. Le acompañaba su amigo Enrique R. C., más conocido en el barrio como Kike 'el Peluquero', que al ver la situación que se avecinaba quiso interceder para evitar que mataran a su amigo, pero los acusados se lo impidieron. Con idéntico ánimo de acabar con su vida y sin que este tuviera posibilidad de defenderse, le propinaron un disparo, que le impactó en las manos al intentar cubrirse la cabeza.
Crimen derivado
La situación no terminó ahí. Enrique recibía el apodo de 'el Peluquero' porque se dedicaba a arreglar cabelleras en casas de particulares y tenía la meta de abrir su propio local, pero la lesión que sufrió en la mano truncó todas sus esperanzas y el trauma le hizo adentrarse en un brote psicótico. Cuatro días después del altercado, le dio una paliza a su padre y mató a su abuela María Gertrudis de múltiples puñaladas.
El crimen fue juzgado a finales del año pasado, pero debido a que tenía sus capacidades alteradas por una enajenación mental que derivaba de su grave adicción a las drogas, la Fiscalía solicitó que cumpliera una pena de 20 años de internamiento en un centro psiquiátrico en lugar de una prisión. Según declararon las forenses en la vista oral, sus facultades para entender lo que ocurría quedaron anuladas y actuó en su lugar como si fuera un personaje de un videojuego.
Los penados tendrán que pagar 287.000 euros de indemnizaciones a las víctimas
Los autores del tiroteo carecían de cualquier tipo de permiso o licencia de armas y utilizaron, a pesar de ello, dos escopetas de caza para la comisión de estos hechos. Para su tenencia y uso debían haber contado con una licencia de armas de tipo "E" y una guía de pertenencia de las que carecían, motivo por el que la sentencia contempla otros seis meses de cárcel. Ambos se encuentran en prisión provisional por estos hechos desde el día 22 de abril de 2022.
La víctima que sufrió dos disparos padece graves secuelas, como el síndrome de cola de caballo, que se produce por una compresión de los nervios de la zona inferior de la médula espinal, vejiga neurógena por un daño del sistema nervioso, dolencias en los pies y material de osteosíntesis en la columna vertebral. Mientras tanto, su amigo recibió distintas heridas y fracturas que limitaron la movilidad de su mano.
Suscríbete para seguir leyendo
- ¿Qué hacer este fin de semana en Gran Canaria? Tres días para saborear el mundo, bailar al ritmo de la música y leer
- Ni Madrid ni Cantabria: el mejor bocadillo de calamares está en esta villa de Gran Canaria
- Cierran siete playas más del sur de Gran Canaria por el vertido
- Mogán cierra una octava playa, la de El Perchel, ante la aparición de residuos
- La demolición de una vivienda en el centro de Vecindario ampliará la plaza de San Rafael y la zona peatonal
- Minerva Alonso: «No vamos a seguir dando el dinero a lo loco para las campañas de promoción de las zonas comerciales abiertas"
- Dos hermanos canarios diseñan un aplicativo que revoluciona el registro de viajeros en alojamientos turísticos
- Reactivan el desahucio de una familia de Ingenio con seis hijos menores: “No sé a dónde vamos a ir”