Un hallazgo inesperado: esto es lo que esconde un instituto de Gran Canaria bajo sus aulas

El descubrimiento arqueológico del barrio del Hospital convierte al IES Agáldar en un museo vivo sobre la historia indígena de la isla

Material hallado en las excavaciones

Material hallado en las excavaciones / Arqueocanaria

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

Bajo las aulas donde hoy se enseña Lengua y Matemáticas, se escucharon hace siglos otras lecciones. Eran las de la supervivencia, el trueque, la agricultura y el culto a los astros.

Donde ahora resuena el timbre del recreo, antes hubo silos de grano, lapas al fuego, cerámica aborigen, además de botellas, jeringuillas y signos de un pasado más reciente y sombrío.

En el centro histórico del municipio de Gáldar, las capas del tiempo se apilan como páginas de una crónica viva que acaba de reabrirse gracias a unas excavaciones junto al nuevo instituto IES Agáldar.

Fue el creador de contenidos @phdc_23, del proyecto Pequeñas Historias de Canarias, quien lo resumió en pocas palabras con gran impacto: “En el corazón de la antigua capital de Gran Canaria, la historia vuelve a abrirse paso. Las excavaciones en el barrio del Hospital, al abrigo de un instituto, han sacado a la luz un asentamiento indígena con más de 40 cuevas habitacionales”.

Algunas de esas cuevas conservan silos para grano, restos de cerámica precolonial, huesos de pescado, burgaos y utensilios del día a día de los antiguos canarios. El yacimiento, prolongación natural de la Cueva Pintada, ha sido excavado por la empresa Arqueocanaria con apoyo del Ayuntamiento de Gáldar, el Cabildo y el Gobierno de Canarias. Lo que han destapado es una línea continua de ocupación que va desde los poblados indígenas hasta el siglo XX.

Estado de ruina en el interior de una de las cuevas del poblado aborigen de Risco Caído

Estado de ruina en el interior de una de las cuevas del poblado aborigen de Risco Caído / LP/DLP

Cuevas, azucareras, fincas y jeringuillas

"Este espacio cuenta la historia completa", explica el tiktoker. “Desde una etapa indígena, pasando por la colonización portuguesa y andaluza, la expansión azucarera, el paso a la agricultura moderna, hasta convertirse en un espacio marginal del siglo XX marcado por la prostitución y la drogadicción”.

Durante las excavaciones, entre las capas de tierra aparecieron vestigios muy diversos: platos carenados prehispánicos con base en forma de sol, cerámica tradicional y colonial, punzones, piedras de molienda, restos de pescado y también jeringuillas. Este material añade el tiktoker lejos de ser desechado, se integrará en el relato como parte de la historia reciente del barrio Hospital.

Un centro escolar sobre un poblado aborigen

La construcción del IES Agáldar, que se inauguró este curso tras casi 30 años de espera, no solo no destruyó el yacimiento, sino que ha permitido conservarlo. Dos núcleos arqueológicos han sido integrados en el interior del edificio, y el resto del instituto funcionará como un museo educativo permanente.

Imagen del poblado del barrio Hospital, con el colegio Agaldar en la parte inferior derecha, y su entorno en el centro del municipio.

Imagen del poblado del barrio Hospital, con el colegio Agaldar en la parte inferior derecha, y su entorno en el centro del municipio. / Arqueocanaria

Hasta ahora, solo se ha excavado un tercio de la superficie. Muchas de las cuevas estaban ocultas bajo tierra acumulada por décadas de cultivo de plátanos. Se han localizado 40 cuevas repartidas en cuatro niveles, algunas en excelente estado de conservación, especialmente las inferiores. En ellas, se han identificado espacios para la vida diaria, depósitos de grano, cazoletas y hasta viviendas modificadas en épocas más recientes para fines ganaderos.

Historia latente

Desde la cerámica aborigen hasta botellas de Los Berrazales y restos de materiales de los años ochenta, el yacimiento del Hospital es hoy un espejo donde se refleja la historia de Gran Canaria. Lo que comenzó como una obra educativa se ha convertido en una lección viva de arqueología, memoria y transformación.

“Queremos que este espacio sea una ventana abierta al pasado y al futuro”, resume el creador. Un sitio donde aprender que la historia no está solo en los libros, también bajo nuestros pies.

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