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Denuncian en Tamadaba a dos personas por marisqueo furtivo y uso de fuego no autorizado en espacio protegido

La Policía Canaria interviene en el Parque Natural de Tamadaba ante una acampada ilegal con captura de lapas sin licencia ni respeto a los límites legales

Captura de lapas en Gran Canaria

Captura de lapas en Gran Canaria

La Provincia

La Provincia

El Grupo de Protección Medioambiental y de Patrimonio Cultural (GRUMA), perteneciente a la Unidad de Vigilancia e Inspección Administrativa (UVIA) del Cuerpo General de la Policía Canaria, ha actuado recientemente en una operación en defensa de los espacios protegidos de Canarias. En esta ocasión, dos personas han sido denunciadas por realizar una actividad de marisqueo furtivo y uso de fuego no autorizado dentro del Parque Natural de Tamadaba, en la isla de Gran Canaria.

Los agentes sorprendieron a los infractores acampando sin autorización y capturando lapas sin licencia, excediendo tanto la cantidad legal permitida como realizando esta acción en un día no autorizado por la normativa regional.

Marisqueo ilegal: un riesgo para el ecosistema canario

La extracción de lapas sin permiso no solo constituye una infracción administrativa, sino que representa un riesgo ambiental considerable. Las lapas, como especie intermareal protegida en muchos sectores del litoral canario, cumplen una función esencial en el equilibrio ecológico de las costas. Su sobreexplotación pone en peligro la biodiversidad marina y altera el ecosistema.

Este tipo de prácticas ilegales está regulado por normativas como la Ley de Pesca de Canarias, que establece límites de captura, temporadas de veda y la necesidad de disponer de una licencia adecuada. Capturar lapas fuera de los márgenes legales es una infracción sancionable, especialmente si se realiza en áreas de especial protección como Tamadaba.

Además del marisqueo ilegal, los denunciados hacían uso de fuego al aire libre sin autorización, lo que supone un grave peligro en zonas naturales como el Parque de Tamadaba, especialmente durante épocas del año con alto riesgo de incendios. Esta práctica está expresamente prohibida en áreas protegidas salvo autorización expresa y previa de la administración competente.

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