La artesanía florece en Gáldar

La feria organizada por el Ayuntamiento galdense y la Fedac, convirtió este fin de semana a la plaza de Santiago en el broche de oro para un paseo por este municipio del norte de Gran Canaria

Feria de Artesanía en Gáldar

Esther Medina Álvarez

Gáldar

La artesanía y la música, especialmente el sonido del timple y de la contra, fueron este domingo un gran atractivo para las cientos de personas que durante la mañana acudieron a la plaza de Santiago de Gáldar, donde medio centenar de artesanos mostraban y comercializaban sus creaciones, y se sucedían las actuaciones musicales, entre ellas, de El Colorao. 

Era como el ‘premio final’ para quienes recorrían la calle principal, toda ella llena de flores y composiciones repletas de animales y simbologías que recordaban a países y lugares de los continentes africano y asiático. 

Para Susana Ramírez, una cerera de Agüimes que participaba en esta feria organizada por el Ayuntamiento de Gáldar y el Cabildo de Gran Canaria a través de la Fedac, la coincidencia de los dos eventos ha sido un acierto «y puede ser una buena propuesta para el año próximo». 

Asegura que esta muestra «es acogedora siempre» y destaca «la apuesta» del Consistorio galdense por dar visibilidad al artesano y la calidez del público en este municipio grancanario. 

Ventanas rescatadas

Ella no es la única que ayer reconocía el papel los representantes del Ayuntamiento y el Cabildo. La teldense Alejandra Macías mostró su sorpresa por «la atención» y el interés que mostraron a lo largo de la feria, preguntándole «cómo estaba, cómo iba todo, si estaba funcionando...». Esto, añade, es algo que «nunca» le había pasado.  

Alejandra Macías en su puesto de la feria celebrada en Gáldar

Alejandra Macías en su puesto de la feria celebrada en Gáldar / La Provincia

Alejandra elabora multitud de artículos con «vidrio reciclado», principalmente pequeñas piezas de bisutería y adornos. Con la ayuda de un sobrino rescata las ventanas que se van a tirar a la basura y las somete «a un proceso de reciclado con esmalte, con vidrio tritutado y diferentes materiales» y los lleva al horno en los moldes que previamente ha preparado. De entre todas sus creaciones, los pendientes son los que más conquistan a su público. 

La Cueva Pintada y una Arminda de barbilla

 En unos puestos más allá del suyo, Carmen Santana, conseguía que todos pararan delante de su puesto. Ataviada como si fuera una antigua pobladora de las islas, esta artesana de la barbilla de Las Palmas de Gran Canaria, llevó la Cueva Pintada de Gáldar y a Arminda de Arajelbén hasta la feria fusionando la canariedad con una técnica japonesa que cada vez está más extendida: el amigurumi, o lo que es lo mismo, un muñeco tejido. 

«Yo soy canariona y todo lo que sea de aquí, de la tierra, pues me llama la atención y lo hago. A la gente le encanta y la reconoce, sobre todo la del pueblo, que se identifica mucho».

En su caso, las ventas son menos voluminosas porque son productos con un coste elevado por el trabajo y las horas de dedicación. Arminda, relata, requiere un tiempo infinito porque siempre encuentra algo que mejorar o cambiar. Lo último, el pelo, que se lo desmontó ayer mismo para que se ajustara más con el personaje real. 

Música

Mientras estas artesanas compartían su labor con el público, numerosas personas se agolpaban delante del escenario donde Derque Martín Trío y la agrupación de Domingo Rodríguez El Colorao, Julia Rodríguez y Javier Cerpa, ponían el broche de oro a la jornada. 

Precisamente, Elena Talavera acudió a la feria con su pareja y sus dos hijos mellizos, Garoé y Ancor, que están a punto de cumplir dos años, atraída por la artesanía, pero también por El Colorao. En lo que esperaba a que comenzara su actuación, paseaba con el pequeño Ancor en los brazos observando, entre otras cosas, las creaciones de Isabel Peña, una andaluza afincada hace 15 años en la Isla. 

Esta modista es una de las últimas incorporaciones a la Fedac y la de Gáldar es la segunda feria en la que participa. Sus diseños, pensados principalmente para los más pequeños, llenaban de color el rincón de la plaza que ocupaba y reconocía que lo que más captaba la atención era el conjunto de celebraciones, una corona y ropa a juego para celebrar los cumpleaños o hacerse sesiones de fotos. De hecho, colabora con estudios fotográficos especializados en fotos infantiles. 

La delicadeza del calado

Entre los 50 artesanos que participaron este fin de semana en la feria de Gáldar se encontraba Emilia Rodríguez, una caladora de la Caldera de Firgas que cumple en junio cumplirá 85 años y crea «verdaderas obras de arte» con la técnica del calado canario. Al menos así lo cree Julia Parra, una madrileña que está de vacaciones en la Isla con dos amigas y llegó a Gáldar atraída por la muestra floral. «No sabíamos que estaba esta feria, pero nos ha encantado», afirmaba mientras buscaba a una de sus acompañantes para consultarle si compraba o no uno de los abanicos calados que vendía Emilia. 

La artesana, por su parte, no podía dejar de esbozar una sonrisa cada vez que le decían algo sobre su trabajo. Lleva más de 25 años dando clases de calado y reconoce con tristeza que aunque hay muchas personas aprendiendo esta técnica, no son jóvenes. 

Una de las personas que acudieron a la muestra atraída por los oficios más tradicionales era Gloria Gil, de San Isidro, que temió no poder llegar por la lluvia que cayó a primera hora de la mañana. Le gustaba todo lo que veía «porque la aguja de barbilla y todo esto lo he vivido desde pequeña». 

Talleres y juegos

Además de la música y de los puestos, la feria ofrecía talleres para el público infantil, que aprendieron la técnica de cardado de la lana o realizaban una inmersión en el calado, entre otras labores artesanales. 

También tenían la oportunidad de conocer el mundo de los juegos tradicionales o los que Gerardo Maya elabora con madera, entre los que hay desde curiosos coches y aviones, a otros más educativos o para desarrollar diferentes destrezas.

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