¿Por qué se llama así Firgas? El misterio del pueblo más pequeño de Gran Canaria

Un nombre que apareció antes que el municipio y cuyo origen sigue siendo un enigma

La cascada del Paseo de Gran Canaria rinde homenaje a los municipios isleños y celebra la historia de Firgas con el agua.

La cascada del Paseo de Gran Canaria rinde homenaje a los municipios isleños y celebra la historia de Firgas con el agua. / LP/DLP

Héctor Rosales

Héctor Rosales

Las Palmas de Gran Canaria

El pueblo más pequeño de Gran Canaria ya tenía nombre mucho antes de gobernarse por sí mismo. Durante siglos, Firgas dependió de Arucas. En 1835, una reforma liberal concedió autonomía a los núcleos con más de cien vecinos, y así nació el municipio.

Con apenas el 1 % de la superficie insular —unos 15,77 kilómetros cuadrados—, Firgas supera los 7.600 habitantes y es uno de los municipios más densamente poblados del norte de la isla. En la vertiente norte, a unos 500 metros de altitud, su territorio está surcado por barrancos como el de Las Madres o el de Azuaje, donde, en el siglo XIX, funcionó un balneario.

El verdor del paisaje es obra de los alisios, que descargan su humedad en la cumbre. Esa misma humedad se infiltra en el suelo volcánico y da origen a las verdaderas protagonistas del lugar: las aguas subterráneas. Durante siglos, han alimentado manantiales y galerías que abastecen este rincón.

El balneario de Azuaje en 1930.

El balneario de Azuaje en 1930. / Fedac

El agua ha sido, sin duda, su recurso más emblemático. Hizo posible la vida en estas tierras y, con el tiempo, dio nombre a una de las aguas embotelladas más populares de la región. Muchos tienen una relación más cercana con el agua de Firgas —y con sus inconfundibles burbujas— que con el propio pueblo.

¿De dónde viene el nombre Firgas?

El nombre Firgas sigue envuelto en incertidumbre y ha sido ampliamente investigado por historiadores y lingüistas. Pocos han estudiado su origen con tanta profundidad como el filólogo Maximiano Trapero, quien en su Diccionario de Toponimia de Canarias recopila y examina las principales hipótesis sobre un nombre muy anterior, desde luego, a la creación del municipio.

Una de las teorías más sólidas lo vincula con el nombre Afurgad, que aparece en una lista recopilada por Andrés Bernáldez, cronista que llegó con los castellanos. En ella se enumeran 35 «lugares y aldeas» que existían en Gran Canaria antes de la conquista, y entre ellos figura este término, que algunos investigadores identifican con la zona que hoy ocupa Firgas.

Vista de la Plaza de San Roque, centro del casco histórico de Firgas.

Vista de la Plaza de San Roque, centro del casco histórico de Firgas. / Fedac

Trapero admite que vincular Firgas con Afurgad es casi un acto de fe. La similitud fonética y algunos rasgos formales apoyan la idea, pero su evolución es difícil de reconstruir. El cambio de la -d final (en Afurgad) por una -s (en Firgas) no tiene precedentes claros en otros topónimos canarios, lo que ha llevado a algunos expertos a plantear que podría tratarse de un error de transcripción del propio Bernáldez. La Navaja de Ockham solo falla a veces.

La montaña que dio nombre al pueblo

Lo que sí se sabe con seguridad es que el nombre Firgas aparece muy pronto en las fuentes castellanas. Ya en 1503 figura en el Registro del Sello del Archivo de Simancas, y poco después se documenta en mapas como el de Leonardo Torriani en el siglo XVI o el de Pedro Agustín del Castillo (1686), donde aparece escrito como Firga. Apenas una década después de la conquista, el topónimo ya estaba plenamente asentado.

Firgas no solo da nombre al pueblo, sino también a otros lugares del entorno, como la Montaña de Firgas, que —según Trapero— pudo haber llevado ese nombre incluso antes que el propio asentamiento. No sería extraño, ya que muchos topónimos se originan en accidentes naturales y luego designan los núcleos poblacionales cercanos.

Panorámica del pueblo de Firgas hace varias décadas.

Panorámica del pueblo de Firgas hace varias décadas. / Fedac

El significado (casi) perdido

En cuanto a su significado, no se ha identificado ninguna raíz clara en las lenguas bereberes —como en tantos otros casos de toponimia indígena en Gran Canaria— que permita interpretar con certeza el nombre Firgas. Es posible que se trate de una adaptación temprana de un término aborigen, alterado con el tiempo hasta el punto de que hoy resulta muy difícil saber con exactitud cómo sonaba y qué quería decir en sus inicios.

Según recoge Francisco J. Estévez en la Guía Turística y Cultural del Norte de Gran Canaria, el término podría aludir a una «pradera» o a un «lugar de vegetación».

Firgas es, con toda probabilidad, un topónimo de origen indígena, con una historia documentada desde comienzos del siglo XVI, aunque su sentido exacto siga siendo desconocido. En la toponimia canaria, ya es mucho que los nombres hayan perdurado, aunque casi nunca lo hayan hecho sin alteraciones. Tal vez su significado se haya perdido para siempre, pero no faltan quienes se empeñan en recuperarlo.

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