No apta para principiantes: esta ruta canaria es tan espectacular como exigente

Quien crea que ya lo ha visto todo en Gran Canaria, probablemente no ha pisado el Paso de los Laderones. Allí, en lo alto de los riscos que dominan el pintoresco barrio de Molino de Viento, comienza una de las rutas más espectaculares y exigentes de la isla. Un sendero tallado a golpe de historia y roca, donde cada paso exige respeto, forma física y, sobre todo, asombro.

El tiktoker canario Conra (@conraqsda) lo resume en pocas palabras:“Una ruta que te recomiendo si te flipan las alturas. Terreno exigente y vistas brutales”.

La travesía, ubicada en el municipio de Mogán, atraviesa paisajes vertiginosos y panorámicas que cortan la respiración. Pero no es para cualquiera. Aquí no valen las prisas ni la improvisación, se trata de una ruta de alta dificultad, con 850 metros de desnivel acumulado y un recorrido que puede extenderse entre cuatro y cinco horas.

El ascenso que marca el inicio

El punto de partida se encuentra en el Molino de Viento, donde es fácil aparcar el coche y comenzar la aventura. Tras una pista asfaltada inicial, el terreno empieza a inclinarse con decisión. En apenas dos kilómetros ya habrás ganado casi 400 metros de desnivel, lo que da una idea de lo que te espera.

La recompensa no tarda en llegar: el anden que conduce al Paso de los Laderones ofrece una perspectiva única sobre Mogán, donde el paisaje mezcla el verde de los valles con la sobriedad de los riscos. Aquí, las sendas parecen cosidas a mano en la ladera y el silencio se convierte en compañero de ruta.

Del barranco de Taurito a las alturas de Tauro

Superado el Paso, el sendero continúa ascendiendo suavemente hasta adentrarse en el barranco de Taurito, por un antiguo camino tradicional que aún conserva el espíritu de quienes lo trazaron hace generaciones. En épocas recientes, el cauce ha vuelto a cobrar vida gracias a las lluvias, añadiendo un toque fresco al recorrido.

Desde allí, el itinerario se desplaza hacia la ladera este del barranco, permitiendo vistas amplias y despejadas. Pronto se asciende hasta un lomo que separa dos mundos: el barranco de Taurito y el de Tauro, ofreciendo panorámicas sobre ambos valles.

En la cima, un pequeño pinar disperso recibe al caminante, y desde allí arranca uno de los tramos más bonitos: un sendero que bordea hasta alcanzar la Degollada del mismo nombre. Desde este punto, las vistas hacia Mogán, Inagua y el macizo de Guguy son simplemente inigualables.

Una bajada para la memoria

El regreso transcurre al pie de la Montaña del Guirre y por los Llanos adyacentes, donde pinos solitarios saludan al senderista. El descenso, aunque más amable técnicamente, sigue siendo exigente en lo físico. Los bastones de senderismo son muy recomendables. El camino se funde de nuevo con el tramo inicial, esta vez bajo una luz distinta, que transforma el paisaje y lo vuelve aún más poético.

El paso de los Laderones incluye zonas expuestas que no son aptas para personas con vértigo, y el desnivel acumulado exige una buena forma física. Como recuerda el creador de contenidos, es fundamental llevar agua, protección solar, buen calzado y evitar los días de calor. Y, sobre todo, respetar el entorno, no dejar basura, ni siquiera orgánica.

Gran Canaria está llena de senderos y rincones espectaculares, pero pocos ofrecen una experiencia tan completa como esta. Desde la adrenalina del paso en altura hasta la conexión con la naturaleza más salvaje, la ruta del Paso de los Laderones es una aventura inolvidable para quienes se atreven a mirar desde lo más alto.