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Valleseco celebra una fiesta con sabor a sidra y a fabada

Miles de personas acudieron ayer al reclamo de la fiesta de la Encarnación y la Manzana en Valleseco, y a la II Feria de Artesanía

José A. Neketan

José A. Neketan

Las Palmas de Gran Canaria

Visitar Valleseco por las fiestas de la Encarnación y de la Manzana le pareció un buen plan a miles de personas que se acercaron al municipio norteño para saborear no solo la sidra que sale de sus diferentes lagares, que se ofrecían al público en culines o botellas, sino también la fabada, uno de los platos que también ha ido ganando adeptos a lo largo de más de una década. A estos dos ingredientes se le sumó la II Feria de Artesanía, con puestos de diferentes disciplinas de trabajos hechos a mano que los convierte en piezas únicas; la gastronomía, la música y el disfrutar de una jornada en un paraje «donde lo que te comes y te bebes te sabe diferente porque estás en el campo y a la vez no tan lejos de la ciudad», como coincidían muchas personas que disfrutaban del día.

La relación del municipio con la manzana es tal que el escudo oficial incluye un manzanero, que no manzano como se le denomina en la península, y una manzana en su centro, entre otros elementos como un pozo artesiano, la iglesia de San Vicente y el escudo parroquial.

Desde bien temprano, las sidrerías Tuscany, El Lagar de Valleseco, Senderos del Valle y Fierro escanciaban sus sidras para un público sediento por conocer el sabor de este producto que ha logrado en poco tiempo ganar fama y a la vez prestigio. Recientemente, las sidras de Valleseco consiguieron cinco premios en el XV Salón Internacional de les Sidres de Gala (Sisga) de este año celebrado en Gijón, Asturias, una de las cunas de esta bebida a nivel nacional e internacional.

Educar al consumidor canario

José María Déniz Fierro, de la sidrería Fierro, es uno de los jóvenes que se han incorporado a esta nueva corriente agroalimentaria que toma auge en el municipio. «Es un producto que la gente todavía está conociendo y hay que educarla porque la costumbre que teníamos en Canarias no era de sidras naturales, pero cada vez va teniendo más aceptación y empiezan a conocer el producto».

El trago se combinaba con varias elaboraciones gastronómicas en formato de pincho que habían preparado los restaurantes y cafeterías del lugar y que el alumnado del IES Bañaderos despachaba con éxito desde unas gastronetas. La Herradura, 3 Girasoles, Cantina Madrelagua, El Pollo Domínguez, El Rinconcito Canario, Valleseco K-Tana, La Cantina de Juan y Mi Cielo hicieron sus aportaciones culinarias tomando como base inspiradora para sus recetas las manzanas del lugar.

Ángeles y Carlos fueron a Valleseco a sabiendas de que se celebraba las fiestas de la Encarnación y La Manzana. «Hemos venido otras veces y se come súper rico y la sidra y otros productos de la zona son lo mejor», aseguró la pareja que venía de la capital grancanaria en su furgoneta camperizada y que tenían previsto continuar su recorrido después de un buen picoteo. Ambos señalaron que la mezcla de gastronomía y artesanía era un buen reclamo para visitar Valleseco un domingo, «porque esa combinación no falla. El ambiente, la gente y este lugar siempre verde es un planazo para un domingo».

Un buen plan

Iván aprovechó el día en familia. «Se le ocurrió a mi padre que sabía que se celebraba esta feria y nos vinimos a disfrutar de ella y acertó», comentaba con un vaso de sidra fresquita en sus manos. Cecilia también llegó desde Vegueta a la fiesta de la manzana. Ha venido otros años y le gusta el ambiente, degustar la sidra y la comida que se ofrece, «porque además se promociona este producto y se ayuda al sector primario, tanto del municipio como de la Isla, que nos estamos cargando». «En el campito todo sabe mejor, y además tenemos un día espléndido», destacó. La familia, compuesta por Cristina Iván y Gara, combinan la degustación de productos alimentarios del lugar con la visita a los puestos de artesanía para alguna compra, «y así ayudamos también a los artesanos y a la economía local». Juan Perdomo fue con su mujer Ángela y otros familiares. Compraron dos cajas de manzana reineta de Valleseco, «porque habitualmente no se ve en las tiendas». El hombre manifestó que «al campo hay que ayudarlo porque si no lo hacemos la capital se muere también. El campo es el motor de la vida», afirmó convencido.

La fabada de Tito Santana

Otro de los reclamos de estas fiestas es la fabada que desde hace más de una década prepara el chef ya jubilado Tito Santana. Su implicación con su municipio es tal que el Ayuntamiento decidió que como homenaje los delantales de este año llevarían una foto suya. Y lo portaba con mucho orgullo.

ito Santana junto a la perola de fabada que prepara para las fiestas desde hace más de una década y de la que despacha más de 1.000 raciones que se suelen acabar a lo largo de la jornada.

ito Santana junto a la perola de fabada que prepara para las fiestas desde hace más de una década y de la que despacha más de 1.000 raciones que se suelen acabar a lo largo de la jornada. / ANDRES CRUZ

Santana comanda a un grupo de 15 voluntarios y voluntarias que deben despachar algo más de 1.000 raciones de un menú que llevaba, por solo 3 euros, fabada, chorizo a la sidra, queso, pan, y tarta de manzana de postre. Toda la recaudación, que se calculaba entre los 3.000 y los 4.000 euros van a ser entregados a la Asociación de Padres de Niños con Cáncer Pequeño Valiente, que también recibió este año por parte del Ayuntamiento la Manzana de Oro del municipio en reconocimiento a su trayectoria solidaria y a la labor de apoyo a menores con cáncer y sus familias.

El alcalde de Valleseco, José Luis Rodríguez, explicó tras la procesión de la Encarnación que «estas son las fiestas con la que Valleseco celebra sus tradiciones». El regidor sabe que la manzana y la sidra tienen un gran potencial. «En 15 años hemos desarrollado una economía complementaria para los siete lagares que hay en la actualidad, incluso hay proyectos de aventurarse a dedicarse en exclusiva» Rodríguez aseguró que todos esos proyectos cuentan con el apoyo municipal. La intención es abrir el centro sidrero «para que las economías de escala se apliquen y pueda evolucionar más rápido». También destacó el apoyo del Cabildo y del Gobierno de Canarias, a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (Icca).

«Es un proyecto que ha evolucionado muy rápido y que nos ha dado muchas alegrías», aseguró.

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