Del Castillo del Romeral al podio internacional: Joel Reyes, la promesa del hip hop canario
El joven, con tan solo 15 años, es campeón de Canarias en el ‘Weekend Urban Dance’ y subcampeón en la batalla ‘Bring the Heat Battle’ en Bulgaria

Joel Reyes junto al Faro de Maspalomas / Andrés Cruz
Bailar para expresar felicidad, tristeza, para evadir los problemas y, sobre todo, para sentirse libre. Esa es, sin duda, la filosofía de vida de Joel Reyes, un joven de 15 años del Castillo del Romeral, en San Bartolomé de Tirajana, que lleva desde los cuatro años moviéndose al ritmo de la música. Su talento y esfuerzo lo han llevado a convertirse en campeón de Canarias en la competición Weekend Urban Dance (Expodeca) y subcampeón en la batalla internacional Bring the Heat Battle, celebrada en Bulgaria, entre otras muchas en las que ha destacado.
Cuando era pequeño, Joel pasaba horas frente al espejo intentando imitar a la perfección los pasos y las coreografías de Michael Jackson. Lo que empezó como un juego pronto se convirtió en una pasión que lo llevó a probar, mezclar y romper moldes dentro del baile urbano. Con el tiempo, descubrió que su esencia estaba en el hip hop, el estilo donde se sentía más libre y auténtico. Más que el ritmo y los pasos, lo que realmente lo atraía del hip hop era la historia y la fuerza cultural de este género, que nació en los años 70 en el Bronx, un barrio de Nueva York, como un altavoz de jóvenes afroamericanos y latinos para expresarse, resistir y contar al mundo sus realidades.
Cuando tenía aproximadamente nueve años, Joel comenzó a viajar junto a su madre dos veces al mes a Barcelona para recibir clases de baile más avanzadas. Poco a poco perfeccionó su técnica y aprendió de los mejores profesionales del sector, y fue allí, al cumplir los diez, donde ganó su primer premio. Este se convirtió en el inicio de una trayectoria que, a día de hoy, no ha dejado de crecer.
Visión a futuro
Ahora mismo, el adolescente está en plena etapa educativa, cursando la Educación Secundaria Obligatoria, pero su mirada está puesta más allá de las aulas. Su sueño no es tanto colaborar con un artista famoso, sino vivir de la música y la danza, la pasión que lo acompaña desde que tiene memoria. «Me apasiona todo lo que tenga que ver con la danza, y me encantaría dedicarme a cualquier trabajo relacionado con ella, no es necesario que se centre únicamente en el hip hop», explica. Eso sí, si pudiera elegir con quien bailar sería con el cantante Chris Brown.

Joel Reyes junto al Faro de Maspalomas. / Andrés Cruz
En sus ratos libres entre clases en el instituto, Joel no deja de bailar. Es uno de los pocos chicos de su grupo de amigos que se atreve a hacerlo, y al principio recibió críticas e incluso algunos insultos por encontrar en el baile una pasión. «Antes estudiaba en Las Palmas de Gran Canaria, y uno de los chicos que se metía conmigo por bailar fue a verme a una de las batallas y me felicitó por los pasos que había hecho», recuerda.
Sin embargo, al joven nunca le han frenado las críticas y, desde que comenzaron a llegarle comentarios despectivos, los tomó como un empujón para mejorar paso a paso y dejar que su baile hablara por sí mismo. «Me han llegado a llamar incluso maricón por bailar hip hop», denuncia, «pero pronto aprendí que quienes critican este género y cualquier otro desconocen la música, la historia y el mensaje que los pioneros de los bailes quisieron transmitir», resalta.
Pasión familiar
La pasión por la danza le viene de familia, ya que su madre dirige la escuela Urban Dance, el único club federado de danza urbana de Gran Canaria, con varias sedes repartidas por la isla. Estos espacios están abiertos a todos los jóvenes que quieran formarse, sin ningún tipo de exclusión, y en ellos Joel no solo participa activamente en clases, talleres y demostraciones, sino que también apoya a sus compañeros mientras perfecciona, más si cabe, su propio estilo.
Además, Joel colabora con la Fundación Alejandro Da Silva, que lucha contra la leucemia, y ofrece actuaciones y talleres para los niños que padecen esta enfermedad, llevándoles momentos de alegría a través de la danza. En los próximos meses, también trabajará con los pequeños que tienen leucemia y que, a su vez, están ingresados en el Materno Infantil. «Allí bailaré y realizaré los talleres en una especie de escenario que hay en una de las plantas», destaca.
A sus 15 años, Joel Reyes demuestra que la danza puede ser libertad, expresión y, en especial, un regalo para los demás.
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