Turismo
El negocio del golf en Gran Canaria: 100.000 turistas y 198 millones al año
Siete campos de primer nivel, un gasto medio de 1.875 euros por estancia y la fidelidad de los visitantes consolidan a la Isla como destino líder en este deporte

Cuatro golfistas junto a uno de los hoyos del campo de golf de Lopesan, en Meloneras. | ANDRÉS CRUZ
Elena Montesdeoca Herrera
Gran Canaria se ha consolidado como uno de los destinos más atractivos de Europa para el turismo de golf. En 2024, cerca de 100.000 visitantes eligieron la isla para disfrutar de este deporte, atraídos por un clima templado que se mantiene durante todo el año, una variada oferta de campos y un entorno natural incomparable. Con siete instalaciones de primer nivel situadas a menos de una hora de distancia entre sí, y una tradición que se remonta a 1891 -año en que se fundó en la isla el primer club de golf de España-, este deporte forma hoy en día una parte esencial de la identidad turística y cultural grancanaria.

Un deportista marca la posición de la boca en el campo de Salobre Golf, en San Bartolomé de Tirajana. | ANDRÉS CRUZ
Aunque los turistas que llegan a Gran Canaria para practicar golf representan apenas el 2,5% del total de visitantes, su impacto económico es notable. Este segmento genera más de 198 millones de euros anuales, con un gasto medio que supera los 1.800 euros por estancia, muy por encima del turista convencional. Además, se trata de un visitante extremadamente fiel: el 65% repite la experiencia, atraído no solo por la calidad de los campos y el clima privilegiado, sino también por la oferta complementaria de alojamiento, gastronomía y bienestar que la isla ofrece a quienes buscan algo más que unas vacaciones de sol y playa.
El deporte llegó a Gran Canaria hace más de un siglo y, desde entonces, ha ido evolucionando en dos grandes etapas. La primera de ellas está vinculada al ocio de la colonia británica en 1891, con la creación del Real Club de Golf de Las Palmas, el más antiguo de España. Este fue el nacimiento del llamado golf social, ligado a la vida local y a la presencia británica en la isla. La segunda etapa corresponde al golf turístico, que surge con la apertura del Maspalomas Golf, impulsado por el sector hotelero durante el desarrollo turístico del sur de Gran Canaria. El Hotel Maspalomas Oasis, considerado uno de los primeros establecimientos de lujo de la isla, necesitaba ofrecer una propuesta complementaria a sus huéspedes, y así nació un campo pensado especialmente para que los visitantes pudieran disfrutar del golf sin salir del cómodo entorno del resort. «De esta manera no solo surgió el turismo de golf en la isla, sino que, a su vez, también se inició el turismo de golf en España», explica el empresario Agustín Manrique de Lara, presidente de Gran Canaria Golf.
Sin embargo, el impacto de este deporte en la economía insular no solo se refleja en las cifras, sino también en la alta demanda que mantienen las instalaciones durante todo el año. Todos los campos de golf de Gran Canaria registran niveles de ocupación elevados, un reflejo del atractivo continuo del destino entre los aficionados a este deporte. Entre ellos, el Maspalomas Golf se mantiene como el clásico por excelencia, que destaca por su ubicación junto al entorno natural de las dunas y su proximidad a las principales zonas turísticas del sur. Aun así, la diferencia con el resto de campos es mínima. Los que están situados en las áreas turísticas más privilegiadas suelen alcanzar ocupación plena durante la temporada alta.
Actividad complementaria
No obstante, aunque el pasado año Gran Canaria recibió alrededor de 100.000 turistas de golf, todavía no se dispone de un balance definitivo para este año 2025. Se espera que esta cifra pueda incrementarse, ya que no todos los visitantes llegan exclusivamente con la intención de jugar. Muchos descubren el golf como una actividad complementaria dentro de su viaje y combinan este deporte con otras experiencias que ofrece la isla, desde el sol y la playa hasta la gastronomía, la cultura o el turismo más aventurero.
«Muchas de las personas que llegan a Gran Canaria no vienen expresamente a jugar al golf sino que, por el contrario, eligen la isla como destino de vacaciones para disfrutar de un turismo integral», argumenta Manrique de Lara.
Origen de los jugadores
Además, los turistas que llegan a Gran Canaria disfrutan de la posibilidad de recorrer los distintos campos de golf de la isla ya que todos cuentan con una alta calidad y unos estándares homogéneos. Esta diversidad les permite vivir una experiencia completa, ya que combinan distintos paisajes, niveles de dificultad y estilos de diseño, sin sentirse limitados a un único recorrido.
El turismo de golf en Gran Canaria tiene un carácter principalmente internacional, con visitantes procedentes, sobre todo, de Alemania, los países nórdicos, Francia y Reino Unido. Sin embargo, también juega un papel importante el turismo nacional, ya que muchos españoles que viajan a la isla combinan sus vacaciones con la práctica del golf. Aun así, los turistas que más han impulsado el desarrollo y reconocimiento del golf en Gran Canaria son, sin duda, los alemanes y nórdicos, cuya afluencia constante y fidelidad han contribuido a consolidar a la isla como uno de los destinos de golf más destacados de Europa. «Los que le han dado potencia a este deporte aquí son, sin duda, los alemanes y los nórdicos a los que se han unido con fuerza los británicos y los franceses», destaca.
Perfil del turista
El jugador de golf es un turista de alto poder adquisitivo, precisamente el tipo de visitante que el sector turístico de la isla busca atraer. Su perfil se caracteriza por vacaciones de largas estancias, un elevado gasto en el destino y la preferencia por alojarse en espacios turísticos no masificados, lo que contribuye a una experiencia más exclusiva y, por ende, más cara. Cada jugador suele gastar alrededor de 1.000 euros diarios, una cifra que incluye alojamiento, gastronomía, ocio y actividades complementarias, lo que convierte al turismo de golf en un segmento estratégico y muy rentable para la economía insular. «Es un visitante de muy alto consumo y que se gasta bastante dinero en tiendas, en material deportivo, en excursiones, en náutica y en alquiler de coches», enumera Manrique de Lara.
Gran Canaria ha sabido ganarse un lugar privilegiado en el mapa mundial del golf y su crecimiento en este segmento turístico ha sido constante durante más de dos décadas. En los últimos 20 años no se ha registrado un año significativamente peor que el anterior, lo que refleja tanto la fidelidad de los visitantes como el compromiso de los gestores de los campos de la isla, quienes han trabajado para mantener altos estándares de calidad en cada instalación. «Se ha ido incrementando año tras año la ocupación de los campos, también se ha incrementado el empleo y, además, también ha aumentado considerablemente al gasto medio de los jugadores en sus estancias en la isla», manifestó Manrique de Lara.
Gracias a este crecimiento constante, la fidelidad de los visitantes y el compromiso de los gestores de los campos, el golf se ha consolidado como un pilar estratégico del turismo en Gran Canaria. La combinación de tradición, calidad, clima excepcional y oferta complementaria convierte a la isla en un destino de golf líder en Europa, donde cada partida es una experiencia única que une deporte, naturaleza y excelencia turística. n
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