Aprender a vivir con insuficiencia cardíaca :: Prensa Ibérica para Astrazeneca

SEMANA DE LA IC

Aprender a vivir con insuficiencia cardíaca

Los expertos consideran urgente la mejora y el incremento de la coordinación entre niveles asistenciales para un correcto abordaje de la enfermedad

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Las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en 2019, fallecieron por este padecimiento 17,9 millones de personas1, aproximadamente un tercio (32%) de todas las muertes registradas en el mundo, por encima de las enfermedades oncológicas.

Las cifras están ahí y hablan por sí solas

Gran parte de las ECV derivaran en insuficiencia cardíaca (IC), una enfermedad crónica y degenerativa que se muestra como una incapacidad del corazón para bombear la sangre suficiente, de modo que no se cubren las necesidades de otros órganos.

En España afecta a más de 770.000 de personas, y se estima que la padece entre el 4,7% y el 6,8% en personas mayores de 45 años, alcanzando el 16% en personas mayores de 75 años2. “La mortalidad, al año del diagnóstico, sigue estando en torno al 20% y a los 5 años entre el 40 y el 50%3” según el Dr. Javier Segovia, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda.

Como indica Segovia “es considerada la principal causa de hospitalización en pacientes de más de 65 años y de reingresos hospitalarios no programados4”. Su coste estimado se cifra en “torno a los 2.500 millones de euros anuales, lo que supone el 3,8% del gasto sanitario global4”, según cifras de Maite San Saturnino, presidenta de Cardiolianza.

Para un óptimo abordaje de la enfermedad, sería necesaria la mejora y el incremento de la coordinación entre niveles asistenciales, lo que significa “la definición y establecimiento de criterios y vías rápidas de derivación entre Atención Primaria (AP) y especialidades: Cardiología/Medicina Interna/Nefrología/Urgencias, así como en la implantación de protocolos de actuación y atención al paciente, para asegurar una continuidad asistencial y una atención más eficiente”, afirma el Dr. Sergio Cinza Sanjurjo, profesor asociado en Cátedra de Educación Médica USC-Semergen, quien sugiere que se están haciendo necesarios ciertos cambios organizativos “que precisan un compromiso político, aunque debemos ser los clínicos los que lideremos esos cambios que requieren nuestros pacientes”.

En opinión de Maite San Saturnino, presidenta de Cardiolianza, la Asociación Española de Pacientes del Corazón, otro de los aspectos prioritarios es la necesidad de es potenciar la atención de la persona con IC como paciente crónico, haciendo hincapié en la “importancia del seguimiento integral y combinado tras la hospitalización, no solo en la etapa de sospecha del diagnóstico” ya que solo esto permitirá una disminución del gasto sanitario y una mejora de la calidad de vida en términos de ingresos hospitalarios”.

Problema de primer orden

La insuficiencia cardíaca es un problema de primer orden en España. Se trata de uno de los síndromes más frecuentes en nuestro país y se espera que su prevalencia vaya en aumento como consecuencia, entre otros factores, del envejecimiento de la población. Ciertas dificultades que viven los pacientes, la necesidad de reformulación de algunos de los conceptos de la enfermedad y las nuevas necesidades asistenciales han alumbrado la razón de ser de la Asociación de pacientes, Cardioalianza, cuya presidenta Maite San Saturnino afirma que “En España, entre el 4,7% y el 6,8% de personas mayores de 45 años padecen IC, llegando al 16% en los mayores de 75 años2. De hecho, la IC es la primera causa de hospitalización en pacientes mayores de 65 años, llegando a suponer el 3% de todos los ingresos hospitalarios en nuestro país. En este sentido, existe una carencia importante en la atención de estos pacientes, a los que la enfermedad además de suponerles una limitación física (reducción de la movilidad, disnea, etc.) les supone también un importante deterioro de su salud emocional (dolor, malestar, depresión, etc.). Así lo demuestra una reciente encuesta realizada por Cardioalianza5, donde se ha visto que el 80% de las personas que conviven con IC declaran que la hospitalización les ha impactado emocionalmente y dos de cada tres personas afirman tener algún tipo de afectación emocional debido a la IC”

Las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo

Iniciativas y respuestas

La IC es una enfermedad desconocida que puede dar la cara de distintas formas y que, además, puede causarla cualquier enfermedad del corazón. “Más que una enfermedad, hablamos de un síndrome con múltiples pluripatologías y que no tiene cura, aunque existen varios tratamientos que mejoran la calidad de vida de la persona y alargan su supervivencia consiguiendo que la IC no progrese. Para ello, a pesar de los tratamientos farmacológicos o dispositivos, es muy importante la colaboración del paciente en su autocuidado y estilo de vida (práctica de ejercicio, dieta baja en sodio, control de ingesta de líquidos, control del estrés y reducción de peso, etc.; todo ello adaptado a la situación del paciente y bajo control médico) solo así se pueden controlar los signos que pueden agravar la enfermedad. Por ello, el autoconocimiento de la enfermedad y como cuidarse es fundamental para todos los pacientes y también para sus cuidadores y/o familiares.” señala San saturnino.

Del 9 al 15 de mayo se conmemora la semana de la concienciación mundial de la IC, y desde Cardioalianza está previsto difundir la campaña “de corazón a corazón”, sumándose a la campaña global de la Global Heart Hub (entidad mundial de pacientes, a la que Cardioalianza pertenece). Esta iniciativa tiene el objetivo, según San Saturnino, de concienciar y dar a conocer a la población como afecta la IC en el día a día del paciente a través de testimoniales de pacientes que compartirán sus experiencias sobre como vivieron el momento de su diagnóstico, con qué síntomas dio la cara la IC, como repercute en su día a día la enfermedad, etc. Queremos acercar la IC a la población general, y que todo el mundo conozca un poco más sobre esta patología cardiaca.

Hablan los especialistas

Javier Segovia,
jefe de Servicio de Cardiología

Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda

Trabajamos con el dato de que una de cada cinco personas mayores de 40 años padecerá insuficiencia cardíaca a lo largo de su vida, pero es muy importante indicar que se trata de una enfermedad prevenible. Además, gracias al trabajo de los profesionales cada vez contamos con más opciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Podemos definir la IC como el estado fisiopatológico en el que algún tipo de disfunción del corazón provoca su incapacidad para bombear sangre en la cantidad necesaria para suplir los requerimientos metabólicos del organismo. Se trata de una patología muy frecuente en nuestro país que afecta entre 1% y 2% de la población6 y causa una importante pérdida de la calidad de vida. Supone la primera causa de ingreso en un hospital por encima de los 65 años4. Nuestra experiencia apunta que por encima de los 75 años tenemos un 10 por % de afectados2.

Es una enfermedad que impacta de manera significativa sobre la calidad de vida y supone una importante causa de mortalidad, hablamos de un 10-20% de mortalidad año y a 5 años vista es de entre el 30 y el 50%3. Los pacientes necesitan ingresos frecuentes y es causa de un importante gasto sanitario (entre un 2-3% del total)7.

En la parte positiva hay que mencionar que la mitad de las IC tienen tratamiento, lo importante es aplicarlo correctamente y hacer un diagnóstico temprano y preciso. Porque hablamos de tratamientos complejos que hay que administrar de manera progresiva y combinarlos adecuadamente, lo que precisa especialistas (médicos y enfermeras). En esta coyuntura se ha puesto de manifestó lo importante que son las unidades especializadas, para informar y tratar a los pacientes y realizar un seguimiento cercano que evite ingresos hospitalarios.

La pandemia, que tanto daño ha hecho a la sociedad, ha traído algunos beneficios colaterales como la puesta en marcha de sistemas de control a distancia que han favorecido el acceso al sistema de muchos pacientes, sobre todo en aéreas alejadas de los hospitales y zonas rurales.

Las recomendaciones para prevenir este padecimiento pasan por vigilar los factores de riesgo: el tabaco, la tensión y el colesterol alto y mantener controlada la diabetes, porque estos son los mayores factores de riesgo.

Doctor Javier Segovia

Sergio Cinza Sanjurjo,
profesor asociado

Cátedra de Educación Médica USC-Semergen

Desde el área de atención primaria a la que pertenezco y respecto al abordaje del paciente con IC, ofrecería un plus disponer de enfermeras destinadas al seguimiento, aunque sea telefónico, (e incluso otras patologías crónicas en el caso de la AP) identificando a pacientes que se descompensan precozmente y adelantando la atención y estabilización.

Hay que recordar que como consecuencia de la pandemia por Covid los pacientes crónicos y en concreto aquellos más frágiles como son los afectados con IC han estado damnificados tanto porque no se les ha podido prestar mayor atención como por el hecho del miedo al contagio y las complicaciones que pudieran experimentar. La falta de atención trae un mayor incremento de complicaciones, descompensaciones e ingresos hospitalarios que conduce a un peor pronóstico en los pacientes y que posiblemente se refleje en los próximos meses en un aumento de la mortalidad que además será más precoz.

En este escenario es recomendable un seguimiento continuo y longitudinal de los pacientes. Sin duda, la relación entre niveles es fundamental y ante descompensaciones o complicaciones debe haber una comunicación fluida que permita la asistencia ambulatoria, evitando los ingresos hospitalarios que condicionan negativamente el pronóstico.

Más allá del control de factores de riesgo e implementar correctamente el esquema terapéutico recomendado por las guías de práctica clínica, no debemos olvidar el seguimiento estrecho de los pacientes para anticipar complicaciones y una adecuada comunicación entre niveles que permita que cada uno aporte lo que necesita el paciente en cada momento de su curso evolutivo.

Destacar en este contexto que una adecuada formación de pacientes y sus cuidadores repercute directamente en comprender mejor la enfermedad, abordar mejor sus necesidades y, probablemente, en un mejor pronóstico porque el paciente estará mejor controlado e ingresará menos.

La IC genera una importante incapacidad física del paciente condicionando toda su vida social, familiar y laboral. Tanto mayor cuanto más avanza. Debemos intentar mantener lo más estable posible al paciente para intentar reducir todo lo posible el impacto en estas esferas.

Debemos ser ágiles en identificar las necesidades de los pacientes que más recursos necesitan y que peor pronóstico puedan presentar en caso de actuar incorrectamente o insuficientemente con servicio de salud.

Y recordar siempre que a pesar de ser una patología con elevada mortalidad, superior incluso a cánceres de alta prevalencia, no se vive como tal. Por lo que es muy importante sensibilizar a pacientes y cuidadores pero también, como he dicho antes, a los ciudadanos.

Profesor Sergio Cinza Sanjurjo.

Maite San Saturnino,
presidenta de Cardiolianza

Asociación Española de Pacientes del Corazón

Desde Cardioalianza, ponemos de manifiesto la necesidad de actualizar el abordaje actual de estos pacientes con CI, priorizando una atención integral que tenga en cuenta las necesidades biopsicosociales de la persona.

Recientemente se acaba de aprobar la nueva Estrategia de Salud Cardiovascular (ESCAV), en la que Cardioalianza ha participado activamente como voz representante de los intereses de los pacientes cardiovasculares en nuestro país.

La nueva Estrategia tiene por objetivo la prevención y control del riesgo cardiovascular con el fin de contribuir a mejorar la eficiencia del Sistema y la calidad de vida del paciente. Y, para lograrlo se centra en el abordaje de cuatro patologías clave: la cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, arritmias/muerte súbita y valvulopatías.

Ahora esperamos que las Comunidades Autónomas tomen el testigo y agilicen los cambios necesarios para garantizar un abordaje holístico de la salud cardiovascular en general, y de la IC en particular, atendiendo a las necesidades reales que demandan los propios pacientes, como eje central sobre el que se organizan los recursos, y no al revés.

Y es por ello, que remarcamos los siguientes puntos como ejes principales de actuación que deberían aplicarse en la IC:

  • Mejorar los tiempos de diagnóstico de la IC. Se trata de una patología en la que claramente, cuanto antes se diagnostique mejor para poder identificar las causas que han conducido a la IC y poder prescribir el mejor tratamiento personalizado para detener la progresión de la IC.
  • Avanzar e instaurar programas de IC. Habría que reformular el concepto de “Unidades” y avanzar hacia “Programas” de IC, de tal modo que el manejo de la patología se realice con la colaboración e implicación de todos los niveles asistenciales (hospitalaria pero también atención primaria).
  • Asegurar que todo paciente con IC pueda acceder a un programa de rehabilitación cardiaca. Todos los pacientes cardiovasculares, también los pacientes con IC, con independencia de su área/ región de salud debe tener acceso a un programa de RC (normalmente se contemplan dentro de las Unidades/Programas de IC).

Para lograr los puntos mencionados anteriormente, es necesario que se involucren todos los agentes que trabajan y están implicados en el abordaje de la IC. No solo los políticos a nivel de legislación, sino también la administración, los gestores hospitalarios, los proveedores de servicio, etc. a nivel de planificación y gestión.

Para que este cambio de abordaje sea eficaz y se ajuste a las necesidades de los pacientes también es necesaria la implicación de los mismos, tanto pacientes como cuidadores y familiares, en todas aquellas políticas que atañen a su salud. La visión de los pacientes representa la experiencia de quien está padeciendo directamente la enfermedad y es completamente necesaria si queremos lograr nuevos modelos de atención que respondan a las necesidades reales de los pacientes.

Maite San Saturnino.

El momento de actuar es ahora, por Marta Moreno, directora de Corporate Affairs y Market Access. AstraZeneca España

El momento de actuar es ahora.

A pesar de que uno de cada cinco adultos mayores de 40 años padecerá Insuficiencia Cardiaca8, todavía existe un enorme desconocimiento acerca de las patologías cardiovasculares, sus síntomas y los hábitos de vida más adecuados para frenar su aparición o mitigar sus efectos. A esta cifra se suma que el coste medio por paciente con insuficiencia cardiaca se eleva en España por encima de los 15.300 euros durante un periodo de cinco años, siendo el ingreso hospitalario el 75,8% de la factura total, de acuerdo al estudio Costes y utilización de atención médica en pacientes con insuficiencia cardíaca en España9, que cuenta con la colaboración de AstraZeneca y que se ha publicado en la revista BMC Health ServicesResearch.

Las cifras están ahí y hablan por sí solas. El momento de actuar es ahora. Por eso, queremos aprovechar la Semana de la Insuficiencia Cardiaca para recalcar que creemos que se pueden hacer las cosas de forma diferente, pasando de tratar a pacientes con una única patología, como puede ser una enfermedad cardiovascular, a abordar factores de riesgo concurrentes en diferentes patologías. De esta forma, se puede proporcionar al paciente, que es nuestra razón de ser, una atención colaborativa y multidisciplinar. Centramos nuestro compromiso en desarrollar nuevas opciones de tratamiento para las personas que padecen enfermedades que afectan al corazón, los riñones y el sistema metabólico, poniendo el foco en la detección precoz y el tratamiento temprano de dichas enfermedades.

Creemos que es importante atreverse a hacer las cosas de forma diferente y por eso en el último año hemos colaborado con el Proyecto Carabela, una iniciativa impulsada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Este proyecto tiene como objetivo acabar con la inequidad en el abordaje asistencial en insuficiencia cardiaca en España, de forma que el lugar de residencia de los pacientes no influya en la atención que reciben.

Pero eso no es todo. De la mano de la Asociación Nacional de Pacientes con Enfermedades Cardiovasculares estamos trabajando de forma conjunta en el proyecto Best IC para mejorar el modelo asistencial de la insuficiencia cardiaca en nuestro país. Esta iniciativa aborda la insuficiencia cardiaca desde una perspectiva multidisciplinar, involucrando a profesionales sanitarios de diferentes áreas y a pacientes con el objetivo de elaborar propuestas que contribuyan a optimizar los procesos asistenciales de esta patología. Además, poniendo el foco en visibilizar la patología y ofrecer herramientas y recursos de utilidad a los pacientes en 2021 lanzamos nuestra campaña de concienciación El Idioma del Corazón.

El compromiso de AstraZeneca con los profesionales sanitarios, los pacientes y el sistema de salud propiamente dicho ha formado parte del ADN de la compañía desde sus inicios. De ahí nuestra voluntad de colaborar activamente con todos los agentes implicados.

Referencias:

1Informe: Causas de muerte y discapacidad en el mundo. Organización Mundial de la Salud (OMS)
2Anguita Sánchez M et al. Prevalencia de la insuficiencia cardiaca en la población general española mayor de 45 años. Estudio PRICE. Rev Esp Cardiol. 2008;61(10):1041-9
3Sayago Silva I et al. Epidemiología de la insuficiencia cardiaca en España en los últimos 20 años. Rev Esp Cardiol 2013; 66 (8): 649-56
4Rodríguez-Artalejo, F et al. Epidemiología de la insuficiencia Cardiaca. Rev. Esp. Cardiol. 57, 163–170 (2004)
5Encuesta: impacto de la insuficiencia cardiaca en la vida del paciente. CardioAlianza. 2022. Disponible en: cardioalianza.org
6Sicras-Mainar A et al. Epidemiología y tratamiento de la insuficiencia cardiaca en España: estudio PATHWAYS-HF. Rev Esp Cardiol 2020.
7Lesyuk et al. Cost-of-illness studies in heart failure: a systematic review 2004-2016 BMC Cardiovasc Disord 2018;18(1):74.
8Cinco preguntas (y sus respuestas) sobre insuficiencia cardiaca - Fundación Española del Corazón. Enlace web
9Escobar C, Varela L, Palacios B, Capel M, Sicras-Mainar A, Sicras-Navarro A, Hormigo A, Alcázar R, Manito N and Botana M. “Costs and healthcare utilisation of patients with heart failure in Spain”. BMC Health Serv Res 2020; 20:964.

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