El Juzgado número ocho de Arrecife celebró ayer un juicio de faltas contra la activista saharaui Aminatu Haidar por supuesta alteración del orden público en el Aeropuerto de Lanzarote, donde se encuentra atrincherada desde el pasado sábado después de ser expulsada por las autoridades marroquíes a su llegada a El Aaiún. En la vista oral no estuvieron presentes ni ella ni su abogada, Inés Miranda, coordinadora a su vez de la Observación Jurídica Internacional en el Sahara Occidental del Consejo General de la Abogacía Española. La acusada no acudió por motivos de salud, pues afronta una huelga de hambre desde el domingo. Su letrada, por su parte, llegó tarde, pues nadie le había advertido que la cita había sido fijada a las 13.15 horas en lugar de a las 15.00, información aparentemente errónea que manejaba el entorno de Haidar.

En el juicio sí estuvieron presentes tanto un representante del Ministerio Fiscal como un representante legal de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), pues la denuncia partió de la dirección del Aeropuerto de Lanzarote. La sentencia, cuyo contenido se desconoce, deberá ser notificada ahora a Aminatu Haidar. La condena, en su caso, podría suponerle una multa económica de escasa cuantía o trabajos para la comunidad. Más allá de eso, el episodio se suma al embrollo de trascendencia internacional en el que se ha convertido la estancia forzosa de Haidar en la isla. Casi se asemeja al desarrollo de un sainete, aunque lo que está viviendo la llamada Ghandi del Sahara es un drama.

La abogada de Haidar dio rienda suelta a su indignación y aseguró que el juicio puede ser "presuntamente nulo", aunque matizó que esperará "a ver cómo se desarrollan los pasos siguientes" antes de decidir si impugna el acto. En cualquier caso, entiende que la denuncia forma parte del "cúmulo de atropellos" que a su entender ha sufrido Haidar desde su llegada a España, pues recordó que AENA forma parte del Ministerio de Fomento. "AENA ha dicho que la denuncia no iba contra ella en concreto, pero es falso, porque si fuera así no la habrían citado", argumentó. AENA insistió ayer en que no ha existido denuncia contra Haidar y anunció que ha habilitado unas dependencias para que pueda pasar la noche tras el cierre del Aeropuerto.

Un funcionario se presentó el martes por la mañana en la terminal de salidas, aunque Haidar se negó a firmar alegando que no contaba con asesoría jurídica. A su defensora le llama la atención que tan sólo mediaran poco más de 24 horas entre el primer y único intento de notificar a la interesada y la celebración del juicio.