La residencia de La Mareta, en Costa Teguise, donde se hospedan la Familia Real y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, durante sus vacaciones en Lanzarote, fue asaltada la noche del pasado sábado sin que los sistemas de seguridad alertaran de la presencia de ningún intruso en esa propiedad perteneciente a Patrimonio Nacional.

El asaltante provocó diversos destrozos que afectaron al reloj de un contador eléctrico y los cables y tubos de la depuradora que regenera y filtra el agua de la piscina. El coste de los daños producidos, que no han sido cuantificados aún, no sería muy elevado, según ha podido saber este periódico.

Ni las alarmas ni los sensores de los que dispone La Mareta sonaron porque no detectaron al asaltante, que todavía no ha sido detenido. De su presencia en el interior del recinto tampoco se percató el vigilante de la empresa de seguridad privada que estaba de servicio en la madrugada del domingo.

Horas después de los hechos, el trabajador del Estado que está a cargo de La Mareta y reside en uno de los apartamentos del palacete así como el segurita del inmueble sospecharon de que alguien se había introducido en el recinto, por lo que avisaron a la Guardia Civil de Costa Teguise, cuyos efectivos se personaron de inmediato en el lugar sin encontrar rastro de ningún individuo ajeno a las instalaciones.

La persona responsable de La Mareta no ha echado en falta, al menos hasta ahora, ningún material, por lo que se baraja que el móvil del suceso no fuera el robo sino provocar destrozos en la propiedad.

En entredicho

En un principio se sospecha que en La Mareta entró un solo malhechor, pero la Guardia Civil no descarta la participación de más personas en los hechos.

La seguridad de La Mareta, que se extiende a las veinticuatro horas del día durante todo el año, puede haber quedado en entredicho después de lo ocurrido el fin de semana.

Una de las hipótesis que se estudia es que el autor del asalto conocía los accesos a las instalaciones, por lo que pudo burlar los dispositivos de vigilancia con los que cuenta la vivienda.

El arquitecto Fernando Higueras Díaz, fallecido en 2008 en Madrid, fue el autor del proyecto de remodelación y construcción de seis bungalows en La Mareta, que tiene también un helipuerto. Se trata de una antigua casona del desaparecido rey Hussein de Jordania, que la cedió al monarca español Juan Carlos I y éste a su vez a Patrimonio Nacional.

Higueras, cuya obra es una de las más reconocidas de las vanguardias españolas, también realizó otra obra en Costa Teguise, el hotel Gran Meliá Salinas en la década de los sesenta.