La propuesta del párroco de Tinajo, Santiago Quintana, de construir un nuevo templo para la Virgen de los Dolores en Mancha Blanca reabrió ayer el debate entre los fieles que se acercaron hasta la pequeña ermita durante la festividad de la patrona de Lanzarote. "Levantar un templo, pero manteniendo por supuesto la actual ermita, creo que es necesario porque esta iglesia construida hace varios siglos se ha quedado muy pequeña", aseguraba ayer el párroco antes de oficiar la misa de las doce.

De hecho, decenas de fieles se agolpaban ayer a las puertas de una ermita que apenas tiene capacidad para algo más de cien personas. Una situación que desde hace ya una década ha obligado a habilitar una carpa en la explanada situada frente a la iglesia para dar cabida a los cientos de asistentes que acuden a la misa principal de Los Dolores.

Vanesa Rodríguez y Carmen González esperan pacientemente delante de la ermita para poder ver a la Virgen tras una caminata de casi tres horas desde el pueblo de San Bartolomé. "Estamos totalmente en contra de construir un templo mayor para dos días al año", señalan, a la vez que no dudan en asegurar que Mancha Blanca perdería todo su encanto.

Sin embargo, Rafael Guillén, bautizado en esta ermita, no vería con malos ojos la idea de construir el templo. "Yo vengo todos los domingos y desde luego que la ermita se hace muy pequeña", indica. "Para mí, la Virgen de los Dolores es mi capricho y siempre que no se toque esta ermita no me parecería mal", afirma.

Más realce

"Si dejamos la ermita quietita no me importaría que se hiciera una más grande", tercia Juan Cabrera que apenas vive a unos cientos de metros de esta iglesia. Este vecino de Mancha Blanca cree incluso que una basílica daría más realce a la localidad y atraería más visitantes.

"Con la que hay es suficiente", sentencia Enrique González, quien cree que un templo acabaría con la tradición. Sentada en uno de los bancos exteriores de la ermita, la graciosera Nieves Páez, es otra de las personas que espera a que termine la misa para poder rezar a la Virgen. "¿Hacer una mayor?, no sé, yo me conformo con mi iglesia de la Virgen del Mar en La Graciosa", señala mientras recuerda la época en la que los gracioseros venían a pie desde Caleta de Famara y hacían noche detrás de la iglesia entre risas y parrandas.

"Creo que es necesario abrir el debate porque es importante que los fieles puedan oír una misa de la forma más cómoda posible", añade el sacerdote que tras nueve años dejará Tinajo para hacerse cargo de la parroquia de Ingenio en Gran Canaria.

Un grupo de personas habla junto a la iglesia sobre la propuesta. "No creo que el Ayuntamiento de Tinajo tenga dinero para hacerla" , afirma uno de los fieles. "¿El Ayuntamiento?, si se hace sería el pueblo el que la pagase", interviene otro.