La trayectoria de Carlos Espino desde que en diciembre de 2008 accediera a la secretaría general de los socialistas conejeros ha estado marcada por la guerra abierta contra un importante sector empresarial y mediático de Lanzarote. Sus denuncias en el Caso Unión que destaparon una presunta trama de sobornos urbanísticos en la isla y sus querellas contra el exalcalde de Yaiza José Francisco Reyes por la concesión de licencias ilegales a establecimientos turísticos en Playa Blanca le pusieron en el punto de mira de políticos del resto de las fuerzas políticas y de los promotores turísticos.

"He vivido momentos muy duros en estos tres últimos años", aseguraba ayer un Espino que deja la secretaría general del PSOE en la isla no por los ataques de sus adversarios políticos y empresarios sino por las voces críticas de su propio partido. Y es que son muchos los socialistas que entienden que la línea dura de Espino les ha pasado factura en las últimas elecciones locales hasta el punto que ha alejado al partido de la sociedad conejera.

Sin embargo, quienes piensen que Espino se va a retirar a su pueblo de Guatiza (localidad famosa por sus tuneras) están equivocados.

La batalla contra Espino puede haber terminado pero en el PSOE ya se preparan para las guerrillas y el cuerpo a cuerpo.