El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arrecife, José Montelongo, ha anunciado "mano dura" contra los propietarios de solares y construcciones inacabadas en la capital que no amurallen o vallen de forma adecuada los accesos a los mismos para impedir que se cuele gente en su interior. En los últimos meses ha proliferado en la capital la presencia de indigentes en las obras, que hacen acopio de materiales abandonados, como bloques, hierros y maderas, entre otros elementos, para levantar sus casetas con el peligro de derrumbe de esos habitáculos por la precariedad de las estructuras.

Zanjas, grandes excavaciones, cimientos y columnas a medio hacer, edificios desnudos, grúas, bidones y piedras son parte del nuevo paisaje urbano de Arrecife que la crisis ha dejado a medio hacer. Se trata de otra ciudad dentro de la capital con un aspecto desolador en el que además se acumulan bolsas de basuras de todo tipo.

Las malas condiciones de los solares supone un riesgo no sólo para las personas sin hogar, sino también para el resto de viandantes que transitan junto a esos espacios por aceras y calles por la falta de medidas de seguridad para proteger las edificaciones.

El tapiado de más de medio centenar de viviendas por parte del consistorio de Arrecife, la mayoría de ellas en la zona centro, ha llevado a los 'sin techo' a buscarse cualquier hueco en el que pasar la noche.

Montelongo aseguró que "hay propietarios que han hecho dejación de sus funciones y no se han preocupado por tapiar los solares, por lo que, si después de ser requeridos por el ayuntamiento no actúan al respecto, serán sancionados tras la correspondiente apertura de un expediente". El edil dijo desconocer cuántos inmuebles hay abandonados.

Uno de los casos que ha suscitado más quejas por parte de los vecinos es una propiedad que está situada entre las calles Cienfuegos y Francos, a escasos metros del Charco San Ginés. En su interior hay dos chabolas, habitadas por toxicómanos, e ingentes cantidades de residuos desperdigados por la parcela.

Comerciantes y residentes denuncian lo inhóspito del lugar para los que viven en él y las continuas peleas que se generan en su interior y los alrededores.

Así mismo, se quejan de que estampas de ese tipo afean la ciudad. Mohamed es taxista y tiene su parada frente al solar de Francos, justo cuando termina el tramo peatonal de la Calle Real, la principal arteria comercial de Arrecife. Asegura que "muchos turistas cuando llegan a este punto se dan la vuelta porque les da miedo seguir más allá cuando ven ese panorama".

De un lado a otro

Para el jubilado Joaquín Burés "da miedo pasar por ahí porque la zona se vuelve insegura". En las tres chabolas del solar de la calle Extremadura, en el barrio de Valterra, viven entre cuatro y cinco personas, una de ellas una mujer. Uno de sus ocupantes, Juan, señaló que "si estamos aquí es porque no tenemos otro lugar a donde ir. Nos van tapiando las casas viejas y nos tenemos que mover de un lugar a otro".

Tanto Juan como una vecina, María Jesús Umpiérrez, reivindicaron un albergue para acoger a las personas sin hogar en el municipio capitalino.