La vendimia más temprana de Europa arrancó ayer en Lanzarote con la recolección de los primeros kilos de uvas del millón y medio que se espera recolectar este verano, una cantidad superior a la campaña de 2011 -que con 716.043,25 kilos fue la más escasa del último medio siglo- aunque insuficiente para atender la demanda de las bodegas, más de dos millones.

Los primeros racimos que se han recogido proceden de las zonas de la Capellanía, Masdache, El Grifo y El Tablero de Uga, en La Geria. Esta producción la destinarán las bodegas Los Bermejos y El Grifo, las primeras en recepcionar la cosecha, a elaborar los vinos espumosos.

A media mañana de este jueves El Grifo ya había recibido unos 1.000 kilos de los aproximadamente 300.000 de uva blanca y negra (la mitad de lo habitual) que espera comprar este año a los más de doscientos viticultores que proveen a esa industria vinícola de la materia prima para la elaboración de los caldos, al margen de las sesenta hectáreas de viñedos de El Grifo.

La calidad del fruto, explicó el enólogo de esa instalación, Tomás Mesa, es "buena aunque el tamaño es inferior porque no ha llovido y el grano no ha engordado lo suficiente", a lo que hay que añadir las olas de calor de mayo y julio pasados, que provocaron una parada vegetativa de las parras, con la consiguiente pérdida de productividad.

El director de Los Bermejos, Ignacio Valdera, aseguró que calculan adquirir "entre 300.000 y 350.000 kilos frente a los 135.000 que compramos en la anterior vendimia, bastante pobre". Auguró que la recogida se acortará unos días, hasta principios de septiembre, porque "se ha unificado mucho la maduración de la uva por el calor".

Las restantes quince bodegas inscritas en el Consejo Regulador del Vino iniciarán las próximas semanas sus faenas.

La cosecha de los Barrios

Una docena de miembros de la familia Barrios, originaria de Muñique (Teguise), se plantó a primera hora de ayer en la finca de Nicolás Barrios, en La Capellanía, para recolectar los racimos que venden a Los Bermejos.

Entre los que acudieron a echar una mano se encontraban Morelba Lorenzo, que se estrena en esta "dura" labor, y Catalina Barrios. Los universitarios Yanira, David y Ellery también arrimaron el hombro, aunque dejaron claro que no se dedicarán a la agricultura porque es "un trabajo muy mal pagado que no da para vivir".