La Virgen de las Nieves fue elegida oficialmente en 1725 por el Cabildo de Lanzarote "patrona y abogada medianera entre los hombres y Dios María Santísima". Un título que según el cronista oficial de Teguise, Francisco Hernández no ha sido revocado y que muy bien podría servir para que siguiera siendo considerada la patrona de la isla, con permiso claro está de la Virgen de Nuestra Señora de Los Dolores.

Una polémica que para Martín Rodríguez carece de cualquier valor dado que su devoción se divide a partes iguales entre la Virgen de Los Dolores en Mancha Blanca, las Nieves y San Marcial en Femés , que también sigue ostentando el privilegio de ser el patrón de los conejeros.

Y es que Martín sabe muy bien de lo que habla ya que desde hace más de 20 años es uno de los costaleros del pequeño trono de la Virgen de las Nieves. "Mi madre fue la que me inculcó la devoción tanto por los Dolores, San Marcial y Las Nieves y para mi son iguales", aseguraba ayer este vecino de Tías tras terminar la procesión que recorrió los alrededores de la ermita situada en lo alto del risco de Famara.

El párroco de Teguise, Antonio Juan López tiene claro que la patrona de la isla es la Virgen de Los Dolores desde que paró la lava que amenazaba a los vecinos de la isla aunque reconoce la especial devoción que sienten los lanzaroteños por Las Nieves. "Esta mañana me vino una mujer a que le bendijera el rosario y nada más hacerlo se echó a llorar", relata el sacerdote quien también dio la bendición al agua que otra feligresa llevó hasta la Virgen para dársela a un enfermo.

En la mañana de ayer fueron muchos los conejeros que llegaron a pie hasta la pequeña ermita situado en el punto más alto de la isla a más de 650 metros de altitud. De hecho, el Ayuntamiento de Haría organiza cada año una peregrinación a pie desde la plaza de San Juan hasta esta ermita.

Felipe Cabrera fue uno de los lanzaroteños que ayer fue caminando hasta una ermita centenaria. En 1676 ya hay datos de que existía una ermita que había sido quemada y arrasada 100 años antes por los moros en un ataque pirata. Cabrera tardó algo más de una hora en subir a pie desde Teguise hasta la venerada iglesia.

Tras más de 30 años en Suecia donde tuvo que emigrar en busca de trabajo, Felipe Cabrera recuerda que solía acudir a todas las celebraciones religiosas durante su etapa como monaguillo en Teguise. "Yo creo que antes venía más gente y había más devoción hacia la Virgen", señala. Hace dos años que regresó a la isla aunque no descarta volver a Suecia si no encuentra trabajo en su tierra.

El sacerdote diocesano y delegado episcopal para la Vida Consagrada de la Diócesis de Canarias, Segundo Díaz Santana fue el encargado de presidir ayer la solemne función religiosa en honor a la Virgen de las Nieves. "He podido comprobar la devoción y la gran participación", aseguraba.

Para Segundo Díaz, que también es profesor del Instituto Superior de Teología Islas Canarias, es importante aprovechar la fe para tomar conciencia de la realidad de la Iglesia, de una Iglesia como encuentro para la misión".

Desde sus orígenes los conejeros acudían a la ermita ante las calamidades de falta de lluvia y otras necesidades, incluso la sacaban de la capilla, no sólo en su novenario, sino ante las adversidades que diezmaban a la escasa población de la isla. La Virgen (una talla que data del siglo XVII) volvió a salir ayer de su ermita pero sólo para tener un pequeño y breve contacto con sus fieles que abarrotaban el entorno del santuario.

Una traca de voladores daba la bienvenida a la patrona . "¡Viva la Virgen de las Nieves!", exclamaba el párroco. Durante su recorrido pudo incluso divisar desde los imponentes acantilados de Famara la belleza del parque natural del Archipiélago Chinijo. Y es que lo que sí tiene claro las Nieves es que nadie le quitará el honor de ser la Virgen más alta de Lanzarote.